Hoy me levanté a las 8:00 tenía que arreglarme rápido, los Hofman pasarán por mi en 2 horas, cuando baje a desayunar me hicieron el típico desayuno de despedida, la verdad era muy incómodo que las personas te lanzarán confeti en tu cereal pero no se puede hacer nada.
Me metí a bañar, cuando salí me puse un short rasgado, una playera holgada de tirantes, una camisa de cuadros color roja con negro y no me podían faltar mis vans negros, por último, me ondulé el pelo.
Salí del baño, guardé el rizador, y noté que Emily me miraba desde su lado del cuarto.–¿Sabes que será la última vez que nos veamos cierto? .– La mire, tenía la vista en mi y los ojos un poco llorosos, pero conservaba una pequeña sonrisa
Me acerqué a ella y la abracé, ella fue mi mejor amiga desde que llegué aquí, la única a le que le podía contar cosas sobre mis padres y llorar, la única persona que jamás me soltó la mano, no podía creer que este fuera nuestro adiós.–Gracias por todo, te prometo que seguiremos en contacto.– Dije mientras la abrazaba
–Sabes que no será lo mismo aunque sigamos en contacto.– permanecí en silencio, me di cuenta de que era verdad.
–Cuídate mucho ¿sí? Te voy a extrañar.– empezamos a llorar, no se cuanto tiempo pasó antes de que la soltara. Pero la señorita Helen ya me estaba apresurando
–Si yo fuera los que te vana a adoptar ya te hubiera dejado estúpida.– Dijo riendo mientras se separaba de mi y secaba sus lagrimas, reí un poco.
– Te quiero, te prometo que en un futuro nos volveremos a ver.
Me despedí de unas cuantas personas más de las que no me despedí en el desayuno y bajé.
En lo que los Hoffman firmaban algo yo me puse a recapitular toda mi vida, comencé a separar todos mis recuerdos, evitando... Eso.
La familia Hofman me recibió con mucho entusiasmo:
-Hola querida.–me dijo la señora Ericka al salir del Orfanato
-Hola señora Ericka– le dije esbozando una sonrisa nerviosa
-Puedes decirme mamá –me reí un poco sin contestar-Esta es tu nueva familia.– Me dijo el señor César quitándose los lentes de sol
-Hola...– oí una voz chillona y un poco tímida que venía de Collete – Cuantos años tienes?
-Hola linda, tengo 17.– le devolví una sonrisa.
-Me agradas.– su voz era chillóna pero agradable
En el carro no hable mucho, de pronto me hacían preguntas y se las contestaba, pero siempre evitaba contar sobre mis padres.
Después de un rato llegamos a la casa, era una casa grande y cuidada, con muchas ventanas y una casa del árbol
La señora Ericka se fue a preparar la comida y el señor César fue a ayudar mientras que Collete me llevaba a mi habitación, era una cama grande con una sábana blanca y cobijas color pastel, tenía balcón y era al estilo vintage, me gusta mucho, creo que podré empezar bien la vida nueva.
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¿Nos conocemos? // [EN EDICIÓN]
Teen FictionTras el trágico accidente que dejó huérfana a Emma, es adoptada y llevada a la preparatoria Hevensville, donde se encontrará con alguien que le resulta familiar, ¿cómo encontrar al amor de tu vida puede ser lo más trágico que pueda pasar? Este desc...