El Sunny Go estaba en reciente calma. Tras haber derrotado a Doflamingo y que Law se uniera temporalmente a la tripulación de Luffy, se estaban tomando lo que Usopp había denominado el descanso del guerrero.
La navegante del barco estaba tumbada en una hamaca, leyendo el periódico. No solo hablaban de Luffy y Doflamingo, si no también la aparición de una nueva pirata. Nami miro el cartel.
"La ángel maldita. Alia"
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-¿Qué lees navegante-san?-Preguntó Robin.
-Al parecer hay una nueva pirata.-Le dejo el cartel a Robin y leyó la noticia que venía después del cartel. Su sangre se helo.
-¡AHHH!-Grito provocando que todo el océano la oyera.
-¡Nami-swan!-Grito Sanji saliendo de la cocina preparado para defender a su navegante. Todos los de la tripulación se acercaron a Nami preocupados.
-¿Qué ocurre Nami?-Pregunto Luffy.
-Con tu grito se me ha saltado el corazón... aunque yo no tengo corazón. ¡Yohohoho!-Exclamó Brook.
Nami estaba totalmente pálida. Sus manos temblaban y sus ojos estaban totalmente abiertos.
-L-Luffy...-Dijo temblando.
-¿Qué pasa Nami?-Pregunto el capitán ajeno al estado de su navegante.
-Mi bella Nami-swan, su preciosa piel esta pálida.-Dijo Sanji bailando.
Nami le tendió el periódico a Robin ya que ella no podía hablar. La arqueóloga frunció el ceño y comenzó a leer.
-En el archipiélago Shabondy, donde había una gran base marine, con incluso Pacifistas a su disposición a ocurrido algo impensable.-Leyó.- La nueva pirata <La ángel maldita. Alia.> ha destruido con un solo ataque al Pacifista XC-6, pero no solo eso. La ángel maldita acompañaba a un muerto viviente, alguien que falleció hace dos años en Marineford.-Todos los tripulantes se tensaron, sobretodo el capitán.- el ex-comandante de la segunda división el fallecido Barbablanca ha resucitado de entre los muertos.
Todos giraron buscando ver la reacción de su capitán. Luffy estaba en pie, la sombra de su sombrero tapaba sus ojos.
-¿Mugiwara-ya?
-¿Ace... esta vivo?
-Eso parece.-Dijo Robin.
-¿Cómo es posible?-Se pregunto Zoro.- Ace murió.
La pierna de Sanji voló hasta impactar en la cabeza de Zoro.
-¡Cierra la boca marimo!
-¡Ciérrala tu maldito Ero-cook!
Zoro y Sanji como es costumbre comenzaron a pelear.
-¡Basta idiotas!-Grito Nami.- ¿No veis que Luffy está mal?
-¡Lo siento Nami-swan!
-No estoy mal.-Hablo Luffy captando la atención de todos. -¡Estoy muy feliz! ¡Mis dos hermanos están vivos! –Se acerco a Robin.-¿Dice algo más?
-Solo que huyeron. Él y la nueva pirata.
Los ojos de Luffy brillaron. Solo con pensar que se rencontraría con su hermano, su pecho se inflaba de felicidad.
-Nami ¿Crees que podemos enviarle un mensaje a mi hermano?
-No lo sé Luffy...
-Lo que me preocupa a mí es otra cosa.
-¿Qué quieres decir Torao-kun?-Pregunto Robin.
-No iba solo, iba con esa "ángel maldita". Nunca he oído hablar de ella.
-Yo tampoco... aunque no tengo oídos. ¡Yohohoho!
-Esto no me gusta nada.-Opino Law pensativo.
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-Fíjate.-Dijo Ace mostrándome mi cartel.- Eres famosa.
Tome el cartel ¿Ángel maldita? ¿Quién les ha dicho que estoy maldita? Menuda potra en poner nombres. Ace y yo habíamos comprado un bote bastante grande y amplio para nosotros, para que la busca de Alexiel no sea tan complicada. Nuestra bandera era una bandera pirata con el Jolly Roger de Ace.
-¿Y tu cartel?
-Seguramente utilicen el mismo que tenía hace...¿Cuánto tiempo llevo muerto?
Levante los dedos y comencé a contar.
-En tiempo de ángeles serían unas cuatro horas aproximadamente, eso en tiempo de humanos. –Comencé a contar, a sumar y a restar, hasta que me rendí. Tome el periódico y vi la cuanto tiempo exactamente.-Dos años.-Respondí.
Ace sonrió.
-Se te dan muy mal las matemáticas.
Infle los mofletes.
-A ti no se te dan mejor.
Él solo rió.
-Oi Alia.-Le mire.- Quería darte las gracias. Me has resucitado estando prohibido y ahora me vas a ayudar a encontrar al ángel guardián de mi padre. No tenias por que hacerlo y aun así lo has hecho.
Sonreí y me acerque a él. Estábamos en la cocina, ya que es la única habitación aparte de nuestras dos habitaciones y la bodega.
-No tienes nada que agradecerme Ace. Lo he hecho porque te quiero. –Respondí algo sonrojada. No sé si debería habérselo dicho ya, pero llevo enamorada de él desde hace 20 años.
-Yo también te quiero.-Mi corazón dio un vuelco. Le mire. Lo ha dicho, esta vez no es un suelo, lo ha dicho de verdad. –Eres mi nakama.
¿Eh?
-¿Qué?
Ace poso las manos en mis hombros, tenía una radiante sonrisa que me habían entrado ganas de arrancársela a base de golpes.
-Te quiero de la misma forma que quería a mis nakamas.-Abrió los ojos al darse cuenta de algo.-¡Es cierto!-Dijo soltándome.- Seguro que mi hermano y mis antiguos nakamas ya deben saber que estoy vivo. ¿Cómo podré contactar con ellos?
No puede haberme hecho eso. No puede ser tan idiota, ¡oh vamos! ¿A quién quiero engañar? Me he enamorado de un idiota, lindo, pero idiota al fin de cuentas. Tengo que enamorarle y tengo que hacerlo antes de que mi cuerpo comience a debilitarse. No sé cuánto tiempo mi cuerpo se mantendrá así, con lo que supone resucitar a un humano.
-Alia. Oi, Alia.-Parpadee mirando como su mano se movía delante de mis ojos.- ¿Qué te apetece cenar? Cocino yo.
-Tú no sabes cocinar.
Sonrió.
-La idea es que tú me enseñases.-Sonreí feliz. Enseñar a Ace cocinar... ¡Guerra de comida asegurada!
