Mi Ángel ||One piece|| AcexOc

Reencuentro

n/a:  He utilizado nombres de la mitología, pero sólo he usado sus nombres, nada más :)

Bufe sonoramente para llamar la intención de Ace, pero él seguía tumbado en el suelo del barco, con el sombrero sobre los ojos y los brazos detrás de la cabeza. Infle los mofletes y me deje caer encima de él bufando, pero ni modo. No está dormido, porque cuando me he tirado encima de él ha lanzado un pequeño "ay". Me senté en su regazo y le levante el sobrero. Tenía los ojos cerrados pero una sonrisa en los labios.

-No estás dormido.-Dije quitándole el sombrero de la cabeza y poniéndomelo yo. –Hazme caso.

No dijo nada, solo fingió un ronquido. Infle los mofletes y lleve mis manos a sus mejillas, las pellizque y estire de ellas.

-¡Ace!-Grite estirándole los mofletes. Frunció el ceño y pequeñas lágrimas aparecieron en sus ojos.

-¡Para Alia!-Solté sus mejillas, y él se las sobo.-¡Me ha dolido!

Me cruce de brazos y le mire con el ceño fruncido. Tenía las mejillas, allí donde había pellizcado rojas.

-¿Por qué fingías estar dormido?-Pregunte molesta. Allí en el Nirvana, sólo era la bonita hija del Rey, donde nadie me escuchaba sólo por ser la maldita princesa. Odio que no me escuchen. Ace pareció ver que de verdad estaba molesta, ya que su rostro se endureció.

-Perdóname, no sabía que te sentaría tan mal. Sólo estaba jugando.

Abrí los ojos sorprendida. Yo no quería hacer sentir mal a Ace. Mi deber como su ángel y como su enamorada es hacerle feliz, no hacerle sentir culpable y menos por algo así, después de todo Ace no sabe nada respecto a todo eso de ser una bonita flor sin opinión.

Sonreí.

-No pasa nada, pero si quieres jugar,-Tome su barbilla y la alce para que me mirara directamente a los ojos. Sus mejillas no tardaron en colorearse de rojo.- podemos jugar a otros juegos.-Bese su nariz y pude ver como se prendía fuego. Salte hacía atrás para evitar quemarme, sintiendo como se me caía una gotita de sudor. Creo que me he pasado.

Temí que prendiera el barco, así que corrí hasta la cocina, agarre un blande y lo llene de agua. Cuando se lo vacié entero en la cabeza se lo deje caer, golpeando su cabeza.

-Para la próxima, si quieres hacer cenizas algo que no sea el barco.

-Ha-ha sido culpa tuya.-Dijo el quitándose el balde de la cabeza.-Me provocas.

Me acuclille a su lado y levante el ala un poco de su sobrero para mirarle.

-¿Me perdonas?

-Te perdono, total, contigo nadie se puede enfadar.

Reí al recordar a Zeus.

-Mi hermano sí. Me llamo rara y loca cuando le dije que te resucitaría.

Ace parpadeo.

-No sabía que tenias hermanos... ahora que lo pienso, no sé nada de ti.-Se arrodillo delante de mí. Las hebras de pelo negro estaban mojadas, se le pegaban a la cara y formaban surcos sobre sus pecosas mejillas. ¿Puedo comérmelo ya?-Cuéntame algo de ti vida.

Me levante, al igual que un dedo diciéndole sin palabras que me esperase ahí sentadito como un niño bueno. Ace me miro con un interrogante en la cabeza mientras me alejaba de él. Cuando volví con una toalla en las manos, pareció entender ya que me tendió la mano. Negué con la cabeza y comencé a secarle el pelo ya misma.

-Ya está.-Dije dejándole la toalla sobre los hombros. - ¿Qué te apetece comer?

Ace frunció el ceño y agarro mi muñeca con fuerza. Tiro de mí hasta que me dejo sentada en su regazo. No me esperaba eso, así que mi sonrojo fue notable. Tomo mis muñecas juntas y las inmovilizó sobre mi regazo. Si quiere violarme, yo le dejo, tampoco tiene que forzarme a nada, estaré encantada de hacerlo con él.