Busque bajo las sabanas a Alia, pero al no encontrarla me obligué a abrir los ojos. No vi su cabellera blanca salir de las sabanas, ni tampoco rastro de ella en la habitación. Me incorpore en la cama algo extrañado, por el ojo de buey se podía ver perfectamente que aun era de noche. Salí de la cama y camine hasta salir de la habitación. En cubierta no había nada raro... espera un segundo ¿Quiénes son esas?
-No llores Lluvia, eso no va contigo.-Dijo una mujer abrazando a otra.
-Es mi culpa.-Sollozó la otra que tenía el cabello mucho más corto.-La princesa Alia...
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¡¿Alia?!
Salí de mi escondrijo alterado. ¿Quiénes eran ellas y porqué estaban hablando de Alia?
-¡Eh vosotras!
Ambas se giraron hacía mí asustadas. La del pelo más corto se seco las lágrimas mientras que la otra solamente daba un paso hacia atrás.
-¿Quiénes sois y porqué estáis hablando de Alia?-Se quedaron calladas durante unos segundos, con los ojos clavados en mí como si mi sola presencia fuera algo realmente extraño. Comenzaba a impacientarme. No sabía quiénes eran ellas, no sabían que hacían aquí y lo más importante, no sabía dónde estaba Alia. -¡Respondedme!
-¡Oye!-Me grito la de pelo largo alzando un dedo.-No tienes ningún derecho a gritarnos. No te creas que por no llevar camisa y tener una linda cara (unas pecas adorables por cierto) vamos a dejar que nos grites.
-Layla...
-Espera un segundo Lluvia, le tengo que cantar las cuarenta a este tipo.
-Layla es mejor que no...
-Dame un segundo te digo.
-Pero...
-¿Quieres esperar?
-¡Layla!
-¡¿Qué?!
-¡Es el protegido de la princesa Alia!
La tal Layla se quedo en off observándome con los ojos como platos. La otra chica llamada Lluvia tenía un rostro no muy diferente. Como sabía que ninguna de las dos iba a decir nada, hablé.
-¿Me vais a decir donde esta Alia o qué?
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¿Cómo ha podido pasar esto? ¿Cómo Alia ha ido sola a por Teach? Me cuesta reconocerlo, pero ese bastardo es muy poderoso.
Al parecer esas dos chicas que estaban en cubierta eran Lluvia la ángel guardiana de Luffy y la otra, Layla la ángel de Zoro. Cuando a amanecido ya todos estábamos en cubierta, oyendo de la boca de Lluvia como Alia había emprendido el vuelo para poder luchar contra Teach.
