Una familia del este de Inglaterra, la familia Cardiff, se mudó de su casa anterior para buscar una agradable casa de campo, sería una casa antigua, de eso se le advirtió al padre y a su familia, el vendedor era un conocido agente de propiedades en esa zona, además de ser un primo cercano del padre de familia.
Llego el día tan esperado por los miembros de dicha familia, que iba a vivir el infortunio de vivir una pesadilla.
El llegar a la casa no fue una experiencia del todo agradable, no era precisamente en el campo, más bien, la propiedad estaba dentro de un espeso y profundo bosque, el cual, tampoco era precisamente bonito, era uno de arboledas secas y pinos amarillentos, pero tan altos que reducían mucho la luz solar en ese lugar. Eran las 5:30 aproximadamente, cuando llegaron a la ubicación en un Ford 1939 azul, la casa parecía en extremo vieja, probablemente victoriana, descolorida y maltrecha, el padre, ilusionado por el hecho de adquirir una nueva casa y cegado por la emoción, solo pensó que con una "manita de gato" quedaría como nueva, pero la verdad eso no sería suficiente.
Al abrir la puerta no se toparon más que con un viejo cadáver carcomido, no eran más que los huesos de unas cuentas costillas y un amarillento cráneo que reposaban en un pasillo, eso era lo primero que se vio al entrar a la construcción; simplemente, el padre dijo: -Bueno, alguien murió aquí- y entró sin ningún temor, en cambio el resto de la familia, la madre llamada Jenny y sus 2 hijos, un barón y una niña, llamados respectivamente Jimmy y Caroline, se tomaron su tiempo para entrar y se alejaron lo más que pudieron pegándose a la pared de enfrente sin quitarle la vista a ese viejo esqueleto, el miedo que les produjo fue inquietante, por último el tío de los chicos termino por entrar ultimo y procedió a hablarles un poco acerca de la casa, pero no comentó mucho, parecía estar ocultando algo, se mostraba callado y, talvez, con algo de miedo...
Al entrar a la sala, las cortinas develaban una espesa oscuridad para nada tranquilizadora, los muebles, estaban polvorientos y no había electricidad. En la planta baja no había más que la sala, la cocina y el pasillo que daba hacia la entrada. en cambio, las escaleras que daban a un segundo piso, revelaban 3 habitaciones, una para el padre y su esposa, una para los hermanos, y un ático, el cual estaba lleno con lámparas, sillas y cajas, nada más que eso, pero algo tenia de sospechoso dicho ático, pensó Jimmy, quien vio lo que había tras la puerta que lo cerraba.
Después de desempacar lo que quedaba en las maletas y después de comer algo que habían cocinado improvisadamente en el fogón la hora de dormir había llegado.
La hora de dormir había sido peor, no se esperaba poder dormir tranquilamente en una casa a la cual te habías mudado ese mismo día, pero en una casa así, y después de lo que habían visto y sentido, no sería nada intentarlo sencillo, esto recaería en los hermanos pequeños, que no tenían más que 7 y 9 años de edad, quienes se alojaron en su cuarto, cada quien en su respectiva cama, el pequeño niño de 7 años tendría la mala suerte de que su cama quedara viendo frente a la puerta del cuarto, tenía a la vista el pasillo de la planta superior. Como no había electricidad, no tuvieron opción que irse a la cama sin compañía de ninguna luz, no tenían ni siquiera velas, así que en una total oscuridad no pudieron hacer nada más que esperar el abra del sol, que debido a la vegetación del lugar, tardaría más en llegar hasta las ventanas de la casa.
La noche no fue tranquila, no porque hubiera ruido incesante inexplicable, como pasaría en otras noches, ni por la presencia de un ente sobrenatural, sino porque la casa en sí, no producía una sensación acogedora ni cálida, procuraba una incomodidad y una sensación de frio interior que alertaba a tu cuerpo del miedo que le producía estar entre sus paredes.
Por la mañana no hicieron más que cocinar algo para el desayuno y comenzar a reparar lo posible en la casa, en el transcurso del día la casa y lo que había en ella no se mostraba normal, no dejaban de oírse sonidos de los cuales no se tenía exactitud de donde provenían, pero se oían desde la parte de arriba.
Jimmy decidió subir hasta el ático del cual provenían los ruidos y mientras subía los peldaños de la escalera con más miedo que ganas de entender la extrañeza de la casa una puerta se había azotado arriba, era la puerta del ático justo donde él se dirigía, esto le dio un motivo más para irse, pero un instinto de conocer lo desconocido.
Abrió la puerta que había escuchado cerrarse sola y tras recorrer lo que se encontraba en esa habitación, tras rodear lámparas y muebles que estaban tapados con sábanas y lonas se topó con una figura que reposaba en el suelo, estaba igualmente cubierta, y pensó que se trataba de algo que quería conocer, pero cuando quitó la sabana que lo cubría vio un cadáver del cual únicamente pocos huesos quedaban, tras ver las cuencas de sus ojos vacías soltó un grito y salió corriendo rápidamente a decirle a su padre, quien despreocupadamente calló al chico diciendo que esta casa era muy antigua y era normal encontrar cosas extrañas dentro de ella, después saco el cadáver y lo enterró más allá de unos 6 metros de la casa. La familia estaba molesta con el terror que sentía y mayormente enojados con que el padre de familia no reconociera el miedo que la casa azotaba en sus caras, el caballero estaba emocionado por el hecho de tener casa y por eso el miedo dejaba en segundo plano.
De nueva cuenta la hora de dormir arribaba y con ella una terrible sensación de observación por parte de algo anormal.
Eran aproximadamente las 3:57 de la mañana cuando lo niños que no habían logrado dormir desde las 12:34 observaron una silueta de un hombre que se paró en frente de su habitación, su corpulenta masa negra tapaba la entrada y no se movía, y ninguno de los chicos tenía la intención de acercarse para cerrar la puerta, entre lágrimas no hicieron más que disimular estar dormidos y esperar al amanecer con alguien vigilándolos desde la puerta.
Durante muchas noches eso era lo que los chiquillos debían sobrellevar a la hora de dormir, y durante el día sonidos y ruidos que emanaban de la casa como si esta pudiera producirlos a su gusto.
Una noche, la pareja de padres disponían irse a dormir cuando los ruidos comenzaron a crecer exponencialmente al grado de ser completamente molestos y constantes como para intentar dormir.
El padre de decidió ver por la ventana que daba a la entrada de la casa y tras la reja de barrotes de hierro fundido vio una silueta que se encontraba parada y pensó en observarla el tiempo que pudiera, pensó que si no intentaba entrar a la propiedad él no debía hacer nada, el caso es que no hizo nada, hasta que literalmente en un parpadeo esta silueta ya no estaba afuera de la propiedad, estaba dentro de la entrada de este lado de la reja, el padre contrariado, tomo su fusil de caza que era una escopeta y desde la ventana apuntó y tras amenazar que dispararía si esa cosa no se iba de la misma manera en que había entrado, y sin recibir respuesta alguna, jaló el gatillo, la bala atravesaría esta silueta sin que nada pasara, segundos después esta silueta se desvanecería frente los ojos del sorprendido hombre, quien después de dejar su arma recargada en la pared, solo pensó que lo que haya sido ya se había ido, y tras ignorar los ruidos de la casa durmió, la madre no pegaría ojo esa noche.
Tratar de escribir cada eventualidad vivida por la familia sería imposible, no pasaba un día en el que algo de tallas paranormales ocurriera, algunas con poca intensidad, otras con mayor ímpetu. Hasta una tarde, la pequeña niña se dirigía a la cocina en busca de algo que su madre le había encargado, cuando sintió algo que caminaba tras ella, cada paso que ella daba, era copiado por una presencia invisible para la pequeña niña que sentía la sensación de ser seguida muy de cerca por algo o alguien.
Ella, en respuesta a estos sucesos volteaba para ver si lograba ver a esa presencia pero nada lograba observar, el padre, entró oportunamente a la cocina y logró distinguir una figura espectral de ojos completamente rojos y complexión robusta que seguía a su pequeña hija con carácter de acecho, el padre rápidamente reacciono y no hizo más que tomar un vaso de vidrio y lanzarlo a ese espectro para apartarlo de su hija. El hombre grito -Cuidado Caroline.- y al hacerlo esta figura de tintes macabros volteo a ver los ojos del hombre mientras este arrojó el vaso, después de menos de un segundo, el amenazante fantasma se desvanecería y el vaso se estrelló en la pared.
El padre por fin había abierto los ojos acerca de la extraña condición de la casa y sin más decidió recorrerla sin dejar un detalle sin revisar hasta llegar al sótano donde encontró el cadáver que Jimmy había visto y un golpe de realidad le había azotado en la cara, no podían seguir viviendo en esa casa. Dejarían la casa abandonándola en el bosque donde no le esperaría más que caer tras la putrefacción de la madera dejando atrás todo el sentido de lo paranormal que vivía en la propiedad. Comprendía que era en extremo inusual que cosas como esas sucedieran en una casa habitada por una familia.
Terminaron por mudarse a Venecia, Italia. Nada se supo de ellos otra vez.