La momia que revivió (Fragmento)

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-Me encontraba en la tumba del rey Akenatón, me encontraba justo enfrente de su sarcófago, estaba hermosamente detallado, no podía creer que estaba enfrente de un cuerpo momificado, la curiosidad me invade, debía saber que se ocultaba tras esa careta ornamentada de madera, debía ver como se había conservado el cuerpo del faraón a través de 3000 años aproximadamente.

Fue lo que vi tan impresionante que me hizo soltar un pequeño grito que resonó dentro de toda la cámara mortuoria, no podía creer que estaba viendo un cadáver real que al estar tan bien conservado generaba una sensación de un completo milagro histórico. La forma en la que esta retorcido, la manera en la que el cuerpo se ve, extremadamente delgado y de un color oscuro y una facción en la cara que parece verte fijamente con una expresión de más de 30 siglos de encierro, la imagen del rostro de ese cadáver se quedó grabada en mi mente como pocas cosas lo hacen en tu memoria.

De repente, escucho algo, son gemidos de esfuerzo, y no son míos, estoy solo con el cadáver, provienen de él, acaso esto estaba recobrando vida como respuesta al perturbar su eterno descanso. Me quedo paralizado y los bellos de mí nunca se erizan, este cadáver tieso se está moviendo de una manera totalmente maquiavélica, parece que desea levantarse, oigo sus ahogados gritos y alaridos que hacen paralizar cada nervio de mi cuerpo. El simple hecho de imaginar a un cadáver de un humano que está casi petrificado en una postura que propone más sensaciones de desagrado que nada, que tuvo vida y se movía naturalmente y ahora trata de hacer lo mismo, es algo que puede generarte tanto temor que bloquea tu mente si más que continuar viendo.

Está caminando hacia mí, escucho sus terribles gritos y siento que debo escapar rápidamente o no saldré de aquí, no puede ser que algo que lleva más de 3000 años inerte se esté moviendo de un modo completamente aterrador y pueda producir unos alaridos tan desgarradores que el simple hecho de imaginarlo te puede dejar helado, el vivirlo en carne propia es lo peor que alguien puede vivir en la vida.

Comienzo a correr, no sé cómo puede ser que esto esté pasando estoy siendo perseguido por una momia, no tiene cerebro, no tiene corazón, sin embargo se está moviendo por sí misma y está gritando, es una pesadilla de tintes proféticos, debo escapar de un cuerpo cuya terrible complexión está cazándome.

El miedo me ha atrabancado, estoy totalmente bloqueado y he entrado a un pasillo sin salida, estoy atrapado y solo, no logro encontrar una escapatoria. Frente a mí, al inicio de este largo andador esta la momia, se está acercando profesando cosas que no puedo entender y comprendo mi situación, estoy acabado, se está acercando muy lentamente hacia a mí, puedo ver el aire de muerte que posee en su interior a través de las cuencas donde debían estar sus ojos...-.

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