Capitulo 10

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--¡Villal!--
Una voz masculina y conocida gritó a mis espaldas, voltee y era.... ¿Jos?
–¿Eh?
–La enfermera pidió que te entregara esto...–Extendió su brazo para entregarme unos papeles–. Documentos de tu estado antes.
–Claro, gracias.– Vire un poco la mirada para encontrarme con una petrificada Yaz–. ¿Yaz?
–E...es...Jo...Jos...Ca....Canela...
–Actúas igual a Caitlin
–¿Nos matara?–Susurro a mi oído.
–¡No seas tarada! Es Jos– Tome las mejillas del chico y las empecé a mover de arriba a abajo, de un lado a otro–. ¿Vez?.
–No vuelvas hacer eso–Musito dejando ambas manos de golpe.
–¿Tu me lo dices?

Diablos , un momento somos "cercanos" al otro segundo, ser distantes.
Somos infinitamente bipolares.

–¿Vez a alguien más hablando?– Me fulmino con los grandes ojos cafés que posee.
–Cállate Canela. Sólo no asustes a mi amiga.–Rodee mis globos oculares.

Dicho eso, dio media vuelta fríamente y se retiró de mi lado.

–¿Hace cuanto tiempo eres amiga de ese delincuente?–Pregunto Yaz como si nada.
–Primero que nada, no soy amiga de Canela; y segundo, no es un delincuente, sólo son rumores.
–Estas defendiéndole–Canturrio.
–No digas tonterías– sonreí irónica.
–Por otro lado...–Esquivo el tema–. Y ¿Caitlin?, acostumbran estar juntas...
–Discutimos.
–¿Otra vez?– Rodó los ojos –. Siempre es lo mismo: Amigas, discuten y amigas nuevamente– Realizo una breve pausa–. ¡Oh! ¡Mira! ¡Ahí esta! – Señalo a Caitlin sonriendo–. ¡Vamos!
–No creo que...
Cuando me di cuenta de donde estaba en pie, reaccione.
–¡Oye!–exclame enfadada.
–¡Caitlin! ¡Meses que no te veía!–. Grito emocionada.
–¡Dios!, ¡No puedo creer que hayas vuelto!.

Observe el momento en el que se abrazaron, para luego desviar la vista y encontrar me con Alan sentado bajo un árbol mientras estudiaba una fórmula– O eso creí ya que usaba el texto de matemáticas–.

–¿Y en tu vida Caitlin?, ¿ Te gusta alguien?– Aveces Yaz podría ser muy directa.
–Hmm...yo...–observe como sus mejillas tomaban color–. Hay alguien...
–¿ Quien?– Pregunto aún más intrigada, Yaz.
–Jo... Jos Canela.

La mire sorprendida, estaba en lo cierto...pero...¿Jos? Sentí una punzada en el pecho, la pregunta a eso sería el ¿ Por qué?, nunca antes lo había experimentado.

–¡¿Canela!?– Grito.
– Baja la voz Yaz– Caitlin tapo su boca para que se callase.
–¿ Eso es verdad Caitlin?...– Pregunte
¿ Decepcionada?
– Si y..._____, no puedo enojarme contigo...– Sonrió tiernamente para luego abrazarme.

(...)

Las clases fueron eternas, intenté no cruzarme con Alan y Jos y funciono.
Recordé los momentos con Jos, luego lo ocurrido con Alan; y diablos, mi cerebro era un desastre.

– Gustavo nos invito a su fiesta, este viernes– sonrió Yaz.
– ¿ Hola?– Pregunte intrigada.
Digamos que adoraba las fiestas, con ellas olvidaba todo lo que ocurría a mi alrededor.
–Desde las ocho de la noche y más allá
–Iré– sonreí
– También yo– Me siguió Caitlin.

Llegue a casa y no me asombre al no ver a mama en casa, ya es costumbre.
Subí las escaleras velozmente y me tire sobre la cama, para caer en un profundo sueño.

Desperté y mire hacia el reloj, 22:34pm.
Saldría a caminar, dormí una eternidad.
Coloque mis converse en mis pies, unos pantalones cortos y una sudadera roja sin cierre. Sigilosamente baje las escaleras– Realmente no tenía idea de por que, mama no estaba en casa y supongo que Alan estaría aún en la biblioteca, con lo nerd que es– y comencé mi caminata "nocturna".

El viento golpeaba mi rostro de una manera suave y relajante. Cerré los ojos y me deje de llevar, sin darme cuenta donde mi dirigía. Hasta qué los abrí.
Me encontraba en un horrible y maloliente callejón negro.
– Vaya, vaya...– una voz masculina murmuro–. ¿ Qué tenemos aquí? – Un chico alto y vulgar salió de una sombra que ocultaba su rostro.
– ¿ Qué tienes? – Interrogue neutra para que no se notará el miedo que recorría mi ser.
– Estas buena...– Musito acercándose más.
Remojo sus labios, para luego morder el suyo con deseo.
–Si que estas buena...– oí otra voz detrás mío.

–Pierdanse–hable y me alargue a correr con la esperanza de que ninguno me atrapara. Al correr por el lado de uno de ellos tomo firmemente mi cuello, y me llevo hacia la pared, se sentía horrible.
–Nos perderemos dentro de ti, preciosas..– dijo este, se notaba como el líder.
–Me das asco– Musite apenas audible, me tenía del cuello, recibía el mínimo oxígeno posible en estos momentos–. Cerdo.

Sentí como aquel hombre comenzaba a tocar mis piernas, hasta subir a mis caderas y cintura. ¿ Por qué diablos intentaba hacer conmigo? Sea lo que sea, no lo permitiría.

–¡Sueltame!– intente zafarme pero era imposible.
–Oh claro que no...– Comenzó a tocar mi vientre plano y con lentitud subió hasta mis senos–. Nos divertiremos un rato...– Dijo saboreando sus labios una vez más.
– Sueltame...por favor...–suplique.
–¡ Jack! ¡Inyectala!– ordeno el otro chico.
–Claro– respondió el otro, fue por algo extraño y luego volvió donde me encontraba.
–Nos vemos preciosa.

Mi cuerpo se debilitó al sentir como un frío líquido recorría todo mi organismo. Los ojos me pesaban, no podía sobrevivir tanto con estos ojos abiertos.
Entonces se cerraron dejando que la oscuridad me invadiera.
















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No Me Asustas CanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora