Cada centímetro que se acercaba, yo retrocedía uno más, sus ojos color cafés penetraban mi mirada nerviosa, podría jurar que sabía todo lo que pensaba en estos momentos. Sentí que mi espalda topaba contra la pared y el, con su extremidad derecha apoyada sobre esta, nos alejaba escasos centímetros el uno del otro.
— Hace poco tiempo te conocí, lo sé.
Pero hay algo en ti que... no lo se, me atrae, me gustas. –musito con lentitud, ahora nuestras narices rozaban.
— George... – baje la mirada– Lo siento, yo...
— "Amo a Jos" – completo con una risita mientras mis mejillas obtenían un color más intenso que el rojo – Lo sé, pero... deseó esto más que nada en la vida. –dijo acercándose aún más.
— No George, esto no está bien. – hable quitando su brazo de la estúpida pared que había provocado que nos acerquemos más – Yo no puedo...
simplemente no puedo hacerle esto a Jos, aunque no seamos nada, le quiero con toda mi alma... y también se que siente lo mismo por mi, sólo que...
no sabe cumplir promesas... –dije triste.
Sentí sus brazos y correspondí a este abrazo al instante.
— Tranquila... – susurró a mi oído y un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero me sentí protegida bajo sus extremidades.
— ¿Sabes? No quiero perder a un amigo como tu – murmure y me aleje centímetros de el – Es por eso que no...
No atendí a besarte – Hice una pausa – ¿ A que se refería Jos con "Quieres arrebatarme a otra persona que más amo" ? –cuestione y visualice como hacia una mueca de desagrado.
— No lo se, sólo lo dijo. – musito rápidamente– Ahm... debo ir a casa, mañana hay instituto y no despertare si duermo menos de tres horas – río nervioso, ¿Cuanto tiempo había transcurrido desde mi llegada?
—Pero...
— Adiós, cuídate. – dijo mientras besaba mi mejilla y desaparecía por mi terraza.No le di más vuelta al tema y me dirigí al armario para buscar una pijama, pero claro, no había ninguna gracias a las criadas. Tomé una camiseta ajustada y un pantalón de buso, similar a la tela de pijama, para luego quitar las prendas que traía sobre mi cuerpo y remplazarlas por estas otras.
Abrí mi cama y me adentre en ella, por unos segundos vi atentamente al blanco techo, pero luego decidí checar mi celular."27 llamadas pérdidas y 12 mensajes de texto sin leer", indicaba mi pantalla.
Primero revisaría las llamadas y luego los mensajes, mi rutina."Usted tiene 25 llamadas perdidas de Jos, 2 llamadas perdidas de Alonso."
Necesite leer más de aquella información ¿Jos había marcado a mi número tantas veces? ¿Estarán preocupados por mi?, no, claro que no, los rompe promesas nunca se preocupan por los demás...Me dirigí a mensajes, todos pertenecientes a el y no abrí ninguno, seguro serían más falsas promesas, por lo cual, borre todos y cada uno de aquello mensajes de texto.
Mis ojos,como siempre, adquirieron pequeñas gotitas de decepción, lo que ocurría realmente me lastimaba...(...)
— ¡____! ¡Despierta! – oí que gritaban a mi oído.
— Cinco minutos más... – respondí soñolienta
— ¿No despedirás a tu mejor amiga y a tu hermano, cuando no los veras en dos meses más?
— Lo siento... – dije tallando uno de mis ojos – ¿Hora?
— 8:23 AM
— ¿Qué con el instituto? – cuestioné, está ves, bostezando.
— No asistirás un día, no creo sea problema. – sonrió.
— Vale– sonreí – Y.... ¿A que hora es tu vuelo?
— En dos horas. – hizo una pausa y le observe con detenimiento, Alan llevaba sólo una camiseta blanca y unos simples Jeans obscuros– ¿Qué esperas? ¡Anda, ve a alistarte! – me regaño.
— ¡Vale, vale! – exclame defendiéndome – No tardo demasiado en eso...
— Si claro...
— ¿Qué insinúas, Navarro? –
Entrecerré mis ojos
— ¡Vístete! – gritó y se retiró de la habitación con una sonrisa.
—Mandón. – bufe.Tomé dos toallas – una para el cabello y otra para mi cuerpo – y quité el atuendo que traía sobre mi cuerpo, para luego, adentrarme al cuarto de baño y a la bañera.
Es relajante sentir como el agua se desliza por todo tu organismo, al menos para mi, hacia que olvidara cada una de las mentiras y problemas que existían en mi vida...(...)
— ¿Listo? – cuestioné con una sonrisa.
— Siempre – sonrió.Mark esperaba en la camioneta de mamá,junto con ella. Alan abrió la puerta trasera para que yo entrara en esta, reí ante su acto de caballero y subí, luego el.
— ¿Caitlin estará en el aeropuerto? – Pregunté.
— Si – confirmo él.
— Es extraño que ambos estén saliendo, jamás me acostumbrare – reí.
— Lo se... pero, aunque no lo creas, fue gracias a ti que ella me gustase.
— ¿Qué?
— Ya sabes, aquel día en el parque de diversiones, con Caitlin subimos a la montaña rusa... y bueno... – rasco su nuca – Descubrí que ella era especial. Me sentí atraído por ella en el momento que tomo asiento a mi lado.
— ¡Awww! – Exclame con ternura – Esas palabras en ti sonaron tan gay... –reí.
— ¡Hey! – se quejó – No soy gay, ovni.
–desordeno mi cabello.
— ¡Con mi cabello no, con todo menos con el! –exclamé, jamás me agrado que alguien tocara mi cabello, podrían desordenar lo no ordenado que está – Haría exactamente lo mismo si al menos tuvieras cabello. –bufé
— Tengo... algo... muy escasos – sonrió.
— Eres un gay con cáncer
— Tu ovni con cabello afro.
— ¡No es afro! – exclame.
— ¿Podrían guardar silencio? – cuestiono mi madre con fastidio– parecen niños pequeños.
— ¿Esperas que seamos como tu? – mi voz cambió a un tono frío – No quiero ser alguien amargada en la vida... – gire la mirada hacia la ventana.
—¡Guerra de cosquillas! – Gritó Alan, me tomo desprevenida y comenzó por mi punto débil, mi estómago.