Capitulo 26

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Cada momento en que nos encontrábamos solos y juntos, era mágico, pero estar con nuestras amistades lo era aún más, como ahora en mi casa.
— ¡Te gane Alonso! – exclamó Jos con el control del XBOX
— Oh claro que no perdedor.– se defendió este.
Finalmente, todo había vuelto a la normalidad, o bueno, algo a sí, Alonso y yo somos más cercanos aún como si de mi hermano de sangre se tratase, con Freddy llevamos una linda amistad de mejores amigos junto con los demás.
Caitlin y Alan son novios, cosa que es escalofriante, cuando me lo dijeron, casi muero de un paro cardíaco, nunca imagine a mi hermanastro y a mi mejor amiga saliendo. Y bueno... Jos y yo, no vamos más allá de mejores amigos, es un gran chico y ya no tiene la fama de "chico malo", ahora es normal, aunque eso nadie de lo cree ya que creemos que es "Un ser no identificado de un planeta desconocido"

—¿Quieren algo de comer?– ofrecí rodando por mi sofá.
— Cinco hamburguesas grandes y dos refrescos grandes, por favor. – pidió Axel y todos reímos, el y su enamoramiento con la comida.
Hace unos pocos días había superado lo de Caitlin, ya que el la quería con todo su corazón y de un día a otro, ella comenzó con Alan. Pero luego lo rellenamos con comida y milagrosamente, las penas se esfumaron.

— Hablo en serio – reí.
— Cinco hamburguesas y dos refrescos grandes, por favor – repitió Axel
— No Axel, no – sonreí.
— Cinco hamburguesas y dos refrescos grandes, por favor.
— ¡Joder Axel! ¡Pareces disco rayado!
– grito Alonso con una risa contagiosa.
— Iré por una pizza y...
— Cinco hamburguesas y dos...
— Refrescos grandes, por favor. – imite su voz masculina, pero salió algo tan extraño que ni siquiera sabía si ese acento era acento hámster.
— Jay ¿Me ayudas? – pedí amable.
— Vete a la mierda, ____. Estoy en pleno juego. – musito con la mirada en el televisor.
— También te quiero – dije irónica.
— Yo voy – se levantó Jos.
— Pero el juego... – dije mientras el me arrastraba a la cocina.
— Estaba aburrido, de todas formas ganaría – reí
— Ibas en último lugar. – musite y al parecer, los chicos oyeron y rieron conmigo.
— Bien... ¿En qué le puedo ayudar señorita? – dijo el con "tono seductor" a lo que yo reí.
— Las bebidas – sonreí– son dos extra grandes para Axel y las demás normales son para nosotros.
— ¿Es broma verdad? – río.
— No no. – reí – ¿Crees que cinco años siendo amiga de Axel no funcionaran para nada?
— Ahora veo que realmente funcionan
–sonrió, diablos no... una simple sonrisa de Jos, hacia que mi cuerpo actuara nervioso, ser mejores amigos es una cosa, que yo aún este enamorada de el, es totalmente diferente e incómodo.
— Ehm... ahm... –tartamudeé– S... Si. –reí nerviosa – ¿Nos vamos? Tengo las... – tropecé, genial cada ve mejor ____. Cerré los ojos con fuerza para sentir el impacto del suelo contra mi rostro, pero en vez de eso, sentí el tacto de sus extremidades en mi cintura.
— ¿Estas bien?
— Si, gracias. – sonreí nerviosa, su respiración chocaba contra mi nariz, lo cual me colocó aún más nerviosa, claro, dejando de lado sus brillantes ojos cafés en contacto con los míos.
— Ahm... ¿Interrumpo algo? – dijo una voz risueña tras Jos.
— ¿Qué? – dijo el confundido– N... No...
— Algo me dice que mientes – entrecerró los ojos y luego volvió a la normalidad– Demoran demasiado con la comida, luego compartan saliva. – Se burló Alonso.
— ¡Alonso! – eleve la voz sonrojada, a lo que ambos rieron – Son unos idiotas. — tome nuevamente las pizzas y me dirigí a la sala de estar donde se encontraban los demás – ¿Y Alan con Caitlin? – cuestione extrañada.
— En la habitación de Navarrro. – confeso Jay mientras tomaba un trozo de pizza.
Freddy iba a tomar el trozo más grande pero Axel con un pequeño golpe en su mano, hizo que Freddy la retirara y Axel gustoso comió de esta.
— Te volverás una bola – le advirtió Leyva.
— Voy al gimnasio. – sonrió triunfante.
— No quiero ni imaginarme lo que Caitlin y Alan hacen en sus habitación — musite con una mueca de asco.
— Tienen sexo duro – río Alonso saliendo de la cocina con los refrescos extra grandes de Axel en la mano.
— ¡Cállate! – ordene con más asco aún, no podía imaginármelos haciendo "eso".
— Eres una exagerada – sonrió – déjalos se aman
— Lo se pero... es extraño, aún no me adapto.

No Me Asustas CanelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora