El toque de timbre indico que todos los estudiantes debían abandonar la institución, mi única conversación en el día había sido con aquel chico del corredor... cuando me informo– escasamente – lo que ocurría con los chicos.
Tome mis libros y me dirigí al casillero para guardarlos.
—____– oí a mis espaldas, lo ignoré, no quería hablar con el – ¡Joder ____ te estoy hablando – exclamó furioso.
— ¡¿Qué demonios quieres?! – cuestione a gritos – !No quiero hablar con ustedes!
— Créeme que nosotros tampoco queremos hablar contigo luego de lo que dijiste a nuestras espaldas. – ¿De qué hablaba?
— ¿Qué mier*da dije ahora?
— Claro, haste la tonta. – musito con fastidio – Sabes muy bien lo que dijiste Villal.
— ¡Joder Chicos! – se unió una tercera voz.
— ¡Están formando un escándalo! – gritó, reconocería aquella voz dulce donde fuera, pero ahora, se encontraba cargada de odio– Jos vámonos.
Los chicos nos esperan afuera.
— No iré a ningún lugar sin antes que me diga al rostro aquellas horribles e hirientes palabras que musito a nuestras espaldas.
— Escucha Jo... Canela – mordí mi lengua para que su nombre no se fugara de mis labios– No tengo no la menor idea de que hablas y Jay, ¿Que diablos sucedió contigo?
— Cosas que no deberían importarte... después de todo, ¿Que importamos nosotros?, somos una carga. – río irónica, ¿Que?, no, ellos no eran una carga para mi... es más amaba poseerlos a mi lado, pero ahora estaba fastidiada, aún, por lo de Jos – Miguel rápido, quedarme en el mismísimo lugar donde se encuentra una "traidora" a la que odio, no es muy cómodo.
— Ustedes no son... – Alto, ¿Dijo "traidora a la que odio"?
— Llegaremos tarde – completo Jay tomando de la camisa a Jos.Me quede allí observando como ambos se retiraban y a los otros estudiantes dejar el lugar , dejándome sola. Lágrimas resbalaron por mi mejilla, había logrado contenerlas, pero ahora ¿Cómo?, Jay nunca me había dicho que ella y los chicos eran una carga para mi... cosa que no es verdad, sólo lo había dicho una vez, en receso, hace unos días cuando estaba enfadada con todos – Aunque aún era así, pero no como antes –, ¿Lo habrá oído?, Además... ¿Traidora?,Jamás los traicionaría, nunca.
Seque mis lágrimas deseando esto jamás hubiese ocurrido, deseando que Jos nunca hubiera aparecido en mi vida... así todo sería como antes, excepto Alexis, habría terminado con el de una u otra manera. Ahora Jay me odiaba y mi vida diaria, cada vez se parecía más a aquella historia que le leí a Phoebe, sólo que sus amigos fallecían en vez de enfadarse con Liza... pero ella se quedaba sola, sin nadie, hasta el momento donde uno de sus difuntos amigos, Christopher, se me acercaba para musitarle las más bonitas frases que pueden existir, llenas de hermosos recuerdos.— ¿Qué tal estas hoy ____? – sonrió Ángela.
— Horrible – conteste seca
— ¿Qué ocurrió?
— Un extraño cambio, eso ocurre. Mis día mejores amigas ahora me odian y el chico al que... amo, debe de odiarme también juntó a su bolita de amigos.
–pause– Además, ahora todos son temidos por los demás. – suspire– No asisto una semana completa a clases y me pierdo de todo, ahora están con la idea de que son una carga para mi, cosa que es totalmente falsa.
— Lo siento... – se disculpó.
— Descuida, yo al principio no les hablé, supongo que algo de culpa debo poseer.
— Recuerda que, aunque hace pocos días nos conocemos, puedes confiar en mi – sonrió.
— Gracias Ángela. – devolví el gesto, pero con un ánimo menor – Iré por unas bebidas a la máquina, ¿Quieres algo?
— No gracias. –sonrió– Supongo deberé cubrirte
— ¡Exacto! ¡Gracias! – exclamé.Hundí mis manos en los bolsillos del blanco delantal de enfermería buscando algo de dinero, y gracias al cielo encontré cinco pesos. Los inserte en la máquina y está me dio lo que quería , una lata de coca-cola.
Estuve apunto de abrirla, cuando me encontré con una puerta semi abierta que enseñaba a una anciana, completamente sola y con una fotografía a su lado.
— Creo que tengo visitas – río levemente.
— Oh, ¡Lo siento!, no fue mi intención espiar...
— No te preocupes querida –sonrió– Anda, entra.
— No quiero molestar...
— No lo harás –dijo comprensiva
— Permiso... –musite al entrar
— Dios mío... – artículo la anciana– Tu físico se asemeja mucho al mío cuando tenía dieciocho. –esbozó una linda sonrisa.
— ¿Si? –sonreí.
— Si... –asintió con la cabeza – Hay días en que es bueno estar en compañía con alguien. Hace unos cuantos meses mi marido fallecido y ahora... es mi turno. –dijo reposando su cabeza en la almohada.
— No diga eso... la vida es bella – vaya, que mentiras digo.
— Lo sé y ya la vivi, ahora mi José espera por mi en los cielos... –sonrió liberando una lágrima. La mire atónita.
— ¿Jo....José? – cuestione sorprendida.
— Mi marido, José Vega, alguien a quien ame, y aún amo con todo mi corazón ... – cerró los ojos – ¿Cuál es tu nombre princesa? – cuestionó sonriendo y con la mirada fija en mi.
— ____,____ Villal. – conteste aún sorprendida por el asemejo de nombres
— ¿ Y el suyo?... – pregunte temerosa.
— Charlotte Vega. Adopte el apellido de mi José al unirnos en santo matrimonio.
— Así veo – sonreí con ternura, pero cada vez que nombraba el nombre de
" José", mi cuerpo comenzaba a temblar – Y.... ¿Cómo lo conociste? –pregunté.
— Han transcurrido muchos años desde lo sucedido... – suspiro – Pero lo recuerdo como si hubiese ocurrido hace unos minutos... –sonrió– El era un "chico malo" y todos le temían a excepción de mi, yo siempre me había sentido atraída hacia el, su cabello desordenado le daba el toque de chico perfecto... la primera vez que le hable fue a gritos, pues, yo creía que lo odiaba con todo el alma. – río y mis ojos se abrieron a no poder más, la historia... era muy parecida a la mía – Luego de unos meses comenzamos a llevar una relación entre amigos, hasta que me entere de que mi mejor amiga, Isabella, sentía algo por el... lo cual, sólo causo problemas que llevaron a más problemas – suspiro. Okay esto da miedo, es exactamente igual a mi vida.
— Pero luego todo se soluciono y una tarde de noviembre, bajo un árbol de flores de cerezo, el me confeso algo que cambiaría mi vida para siempre...
— Sra____la buscan en recepción.
— ¡Maldición! ¡Charlotte estaba por decirme la mejor parte! – Un...
— _____ – vi como el se adentraba a la habitación, no podía moverme, estaba en "shock", ¿Cómo logró localizarme? ¿Por qué se encontraba aquí? ¿Por qué ahora?Carraspearon.
— Lo siento Charlotte – me disculpé – El idiota de mi lado siempre llega en momentos inadecuados.
— Necesitamos hablar – dijo frío.
— No tengo nada de que hablar contigo– respondí de la misma forma
— No estoy para bromas ____ – su voz cambió a un tono más duro.
— Adiós Charlotte – suspire con fastidio.
— Cuídate – y con una sonrisa tomo la fotografía de su mesón para observala.Cerré la puerta a mis espaldas y el comenzó a hablar.
— Dimelo en la cara. – exigió.
— ¿El que? – pregunte.
— Que soy una maldito criminal sin sentimientos, que sólo estas conmigo porque te causo lástima por mi madre muera. – soltó y comenzó a derramar unas cuantas lágrimas
— ¿ Ma... Mariana murió ? – cuestione incrédula, ella fue buena persona conmigo...
— Hace días – mordió su labio inferior–, Vamos ____, dimelo ¡Dimelo! – elevo la voz.
— ¿Quien diablos te informo todo eso?
— Summer
— ¿Le crees a esa maldita zo*rra?
— Tenía una grabación
— ¡¿Qué clase de persona edita mis palabras?! – grite furiosa y con ambos ojos cristalizados– Jamás en la vida diría algo como eso, por más enfadada que este contigo Jos.
— No creo que algo como eso sea posible. Jamás creí que llamarías a Caitlin una zo*rra de primera, a Alonso,mi amigo que si quiera a entablado una larga conversación contigo, le has llamado criminal sin vida al igual que a Freddy, y Jay... dijiste que sólo fuiste su amiga por la gran fortuna que poseen sus padres.
— ¡Jos! – dije derramando lágrimas que cada vez se hacían más potentes – ¿Realmente le creerás a ella?... por favor... créeme, nunca diría algo como eso, amo a Mariana tanto a ti como a los chicos – dije entre sollozos – Y si también estas enfadado por no hablar les, es porque... porque... ¡Joder Jos! ¡Estaba celosa!, verte con Summer me hacia llorar cada noche y día, y aún más aquel día que te encontré...No dije más, el me rodeó con sus brazos y susurró a mi oído un tierno "Siempre supe que no eras tu, tan sólo quería oír lo de tus propios labios". Yo lloré en su pecho mientras que con hilo de voz le devolví el susurro, "Te quiero y nunca, jamás en la vida... quiero perderlos"...
Hola chicas..... ¿qué tal? Les debía un capítulo y aquí está aproveche que salí temprano de la escuela, y les escribí este capítulo.
Espero y les halla gustado 😉.
Les agradezco a las chicas que me siguen, comentan y votan en verdad gracias :) Las quiero ❤️
No olviden:
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