9. Siete minutos en el paraíso.

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"Un hermano puede no ser un amigo; pero un amigo siempre será un hermano."


MinHo bufó y rodó los ojos, haciéndose a un lado y dándole permiso a TaeMin para que entre. Estaba molesto por verlo en esas condiciones, ¿Acaso el menor nunca le iba a tomar el peso a las cosas? ¿Nunca iba a preocuparse por las consecuencias? ¿Nunca iba a... Madurar?

A pesar de todas esas preguntas y su enojo, su inquietud era mayor, además no podía regañar al menor porque éste ya estaba molesto con él y que haya ido a su casa en estado de ebriedad no quería decir que lo haya perdonado.

Está ebrio, es normal que no piense en lo que hace.

Cuando el pelirrojo entró, MinHo cerró la puerta despacio; si sus padres se despertaban y vieran a TaeMin en ese estado llamarían a los padres del pelirrojo de inmediato y, para ser sincero, MinHo no quería causarle más problemas a TaeMin.

- Key me llamó -dijo cuando el menor ya había dejado de sonreír así-. Dijo que... -La frase quedó a medias cuando TaeMin se lanzó a sus brazos, riendo infantilmente.

Había olvidado lo cargante que se ponía el menor cuando bebía. Y lo detestable.

-¿Quién es Key? -rió, modulando mal la frase completa.

MinHo rodó los ojos nuevamente. Envolvió un brazo alrededor de la estrecha cintura del otro y lo guió hasta las escaleras, procurando no tropezar.

Estaba un poco confundido. TaeMin había ido a su casa aún cuando estaban enojados, ¿Y entonces qué? ¿Mañana de nuevo lo odiaría?

Espero que no.

Subieron las escaleras sin ningún inconveniente, gracias a Dios. Cerró la puerta de su habitación con cuidado cuando el menor ya había ingresado a la habitación, soltándose de su agarre. Se giró para mirar al sonriente TaeMin.

Jodido niño.

La ropa mojada de TaeMin no pasó desapercibida ante los ojos de MinHo. Tampoco quería que el menor agarre un resfriado pero ¿Dónde rayos se había metido que estaba tan mojado?

El castaño entrecerró los ojos y se acercó.

TaeMin sonrió más.

- ¿Dónde estabas?

El pelirrojo alzó una ceja en respuesta, mirándolo retadoramente.

- Por ahí.

¿Dónde?

- Bien.

MinHo no preguntó más, ¿Y para qué? El menor estaba ebrio, dudaba que pudiese recordar lo que había hecho o dónde había estado metido. Con mujeres, eso era obvio, ni siquiera necesitó volver a preguntar para saberlo.

Suspiró.

- Buscaré ropa para que te cambies -murmuró por lo bajo. Caminó hacia su armario y de allí sacó una musculosa negra y unos pantalones cortos del mismo color.

TaeMin se sentó sobre la cama con pesadez y por la expresión en su rostro era indudable el hecho de que tenía nauseas y quería vomitar.

MinHo le lanzó las prendas y luego caminó hasta su cómoda, abriendo el primer cajón de esta. Sacó unos boxers blancos, lo cuales se los habían obsequiado para navidad y nunca usó, y se los lanzó nuevamente al fatigado pelirrojo.

Pretending To Be Gay (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora