37. Decisión final -parte uno-

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Su madre entró a la casa con una sonrisa gigante. Era obvio, cada vez quedaba más poco, el tiempo corría como el agua y él solo quería que los días se hicieran más eternos para que ese día no llegara aún.

Estaba a una semana de casarse...

Lanzó con torpeza la caja con el smoking sobre su cama. Hoy había sido su última prueba con la modista y estaba todo listo, ahora solo quedaba esperar, aunque no mucho; hoy ya era Lunes y el día había pasado sumamente rápido.

El tiempo no se iba a detener, era hora de dejar de lamentarse.

Se sentó sobre la cama y con el móvil en la mano dudó un poco antes de llamar a KiBum; sin embargo, luego de pensarlo por un par de segundos, terminó marcando el número.

Esperaba que le contestara y no esté con alguien más, JongHyun por ejemplo, que no se despegaba de KiBum ni para ir al baño.

El rubio afortunadamente contestó casi de inmediato, haciéndole sonreír levemente.

— Hola.

— Hola, Taem.

Se recostó en su cama, haciendo a un lado la caja con el smoking en su interior.

— ¿Cómo estás?

— Bien —respondió KiBum, quedándose callado un rato, aunque no demasiado tiempo—. ¿Y tú?

— Bien... Creo.

— No te creo, pero bueno —El rubio suspiró antes de volver a hablar—. Justo te iba a llamar porque, ¿adivina qué? Acabo de recibir una cordial y elegante invitación a tu boda.

Uh, las invitaciones, sí...

— ¿Vas a ir?

— Tengo que ir, aunque no quiera.

— No es obligación.

El rubio resopló.

— Iré de todas maneras, no te preocupes. Quiero estar allí.

Abrió los ojos y se mordió el labio inferior. Era hora de soltar algunas verdades para su amigo.

— KiBum... Tengo muchas cosas que contarte.

Uff, una infinidad de cosas a decir verdad, seguro KiBum se iba a desmayar después de todo lo que le iba a contar.

— Soy todo oídos.

— Te vas a morir.

— Pues mátame de una vez entonces.

Rieron divertidos. Había olvidado lo bien que se sentía hablar con uno de sus amigos, en realidad había olvidado muchas cosas; como ser él mismo, por ejemplo.

— MinHo y yo follamos.

Hubo un prolongado silencio, solo la respiración acompasada de su amigo al otro lado de la línea le indicaba que estaba allí aún. Estaba en shock, efectivamente. Él también lo estaría así que espero pacientemente a que KiBum volviese a hablar.

— Uhm, bueno... ¿Y cómo fue?

— Estuvo... Bien —Se sonrojó, hablando cada vez más bajito aún cuando sabia que estaba solo en su habitación y que su madre estaba abajo en la cocina.

Bueno, había que ser discreto siempre, nunca se sabía; dicen que las paredes tienen oídos.

— ¿Te dolió?

— Más que la mierda —soltó apenas el otro terminó de preguntarle—. MinHo fue cuidadoso al principio pero luego-

— Ah sí, eso les pasa a todos, pero tienes que entenderlo, es imposible que no pierda el control.

Pretending To Be Gay (2Min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora