Pretending To Be Gay (2Min)

36. Resignación -parte uno-

TaeMin siguió caminando, ignorando la presencia de Naeun, o intentándolo porque ella seguía disculpándose en voz alta una y otra vez y era difícil de pasar por alto su voz insufrible y fastidiosa.

Dios, ¿qué había hecho para merecer esta vida?

— Oppa, por favor, perdóname. Yo no quería molestarte ayer, es solo que me causaba curiosidad el cómo ibas con tu parte de la boda —Ella lo tomó por el brazo y, desgraciadamente, tuvo que darse la vuelta y mirarla. Ella sonrió levemente—. Prometo no volver a molestarte con ese asunto, ¿sí?

Resignándose, asintió. ¿Qué más podía hacer?

—Bien, pero para que ya no preguntes más... Hoy tengo la primera prueba del smoking.

Joder, sí, y era solo la primera, tan solo pensar que habría una segunda le daba dolor de cabeza y de huevos. Odiaba esto con toda su alma, pero nada podía hacer, solo resignarse y aguantarse las ganas de mandar todo a la mierda.

Paciencia.

El aire tibio golpeó su cara ligeramente al salir de la universidad, aún con Naeun siguiéndole; de pronto la cara de ella se había iluminado y parecía que iba a estallar de felicidad.

— ¡¿En serio?! ¡Vaya, me has alegrado toda la semana! —Exclamó contenta ella.

Debía reconocer que esa reacción le parecía algo tierna... Algo.

— Espero que esta sea la última vez que hablemos de los preparativos de la boda —Sus ojos vagaron por el lugar, esperando inconcientemente encontrar a cierta persona.

Ella asintió enérgicamente.

— Claro, oppa, no te preocupes. Mantendré mi boca cerrada —Sonrió.

TaeMin asintió.

— Bueno, me tengo que-

Pudo haber seguido hablando, pudo haber seguido mirando a Naeun mientras se despedía, pudo incluso haberse despedido y dirigirse directamente hacia la tienda en donde Haeun le estaría esperando para la prueba de su smoking. Pudo haber hecho todo eso si tan solo sus ojos no se hubiesen topado con lo que anteriormente había estado buscando, pudo haber hecho todo eso si tan solo no hubiese hecho contacto visual con MinHo.

Lo más increíble de todo eso era que parecía como si todo a su alrededor se hubiese desvanecido.

¿Quién era Naeun?

El rojo vivo subió hasta sus mejillas y los recuerdos de esa loca y apasionada noche de sexo intenso aparecieron en su mente instantáneamente. Apartó la mirada avergonzado y torpe, intentando aparentar normalidad ante Naeun que no le quitaba los ojos de encima.

Aunque podía jurar que se había visto más sospechoso al fingir "naturalidad".

Pero joder, no podían exigirle mucho si los ojos de MinHo casi le atravesaron debido a la latente profundidad y magnetismo de estos. No, definitivamente nadie podía pedirle que no se ponga nervioso con una de esas miradas.

— Me tengo que ir, nos vemos por ahí —Besó cortamente la mejilla de la castaña y se fue, caminando rápidamente hacia la salida.

Sonrió, recordando la mirada de MinHo.

Dios, estaba tan cagado por MinHo.

~*~

— ¡Perfecto! Dios, hijo, te ves tan guapo —Haeun lo miró con evidente adoración en sus ojos mieles—. Naeun es una mujer muy suertuda —Dijo ella, con engañosa sinceridad. TaeMin no dijo nada—. Bueno, bueno, ¡Entra a ese probador y mírate!