—hola Kendall, a mi también me da gusto verte—habló sarcásticamente.
—¿que es lo que quieres?—pregunté.
—es evidente que de ti nada—sonrió falsamente—solo vine por que el consejo me lo pidió.—mi cuerpo tembló al escuchar "el consejo"—en fin, quieren verte.
—¿a mi?—pregunte y me miró mal—¿por que?
—no lo se, pero debes ir a verlos hoy.
No quería verlos, no debía verlos.
—¿y si no voy que pasara?—pregunté mirándolo.
—sabes perfectamente lo que pasara—intente apartar la vista pero me obligo a mirarlo—no querrás que lastimen a alguien por tu culpa ¿o si?
Ya no quería ser controlada, quería mi libertad, aquella que me quitaron cuando los conocí, pero no quería que lastimarán a nadie mas, al menos no por mi culpa, ya tenía suficiente con todo el daño anterior que había causado.
—ahí estaré—dijé finalmente y cerré la puerta antes de que pudiera decir algo.
¿Que es lo que quieren? ¿Cuando me dejaran en paz?
Las horas pasaron hasta que la noche llegó, salí de la casa y subí al auto, conduje hasta donde supuse que estarían como la ultima vez.
Al llegar observe el lugar, se encontraba como anteriormente estaba, la vieja bodega abandonada, entre al lugar encontrando al hombre con canas y a la rubia que lo acompañaba.
—al fin llegas—articuló sentado sobre la silla de metal que aun conservaba.
—toma asiento—pidió la rubia mostrándome un pequeño banco despintado de plástico.
—no,—los mire—mejor hablen y diganme que quieren.
Un grito desgarrador se hizo presente.
—¡Ayudenme! ¡Por favor!—gritaba con desesperación.
Me gire y observe a una chica la cual entraba a estirones por parte de una chica a la cual jamas había visto antes, sangre corría por sus brazos, piernas y su cuello, se veía débil, sentí un poco de lastima por ella, la chica la tiro al suelo bruscamente haciendo que se golpeara fuertemente la cabeza y quedara inconsciente por el golpe y el desangre.
—Mariale ¿que has hecho?—preguntó el canoso mirando a la chica y el charco de sangre que se había formado en el suelo.
La tal Mariale tenia la sangre escurriendo por su boca, miró a la rubia la cual comenzó a acercarse a ella.
—¿como te atreves?—preguntó indignada—sabes perfectamente cuales son las reglas—sus ojos se volvieron mas obscuros y miró detenidamente a la chica, metió la mano a su gabardina negra y saco algo afilado.
—yo..—intentó hablar pero rápidamente se calló al sentir la mano traspasando su pecho.
Llevó la vista encontrando el brazo de la rubia metido en su pecho, la rubia sacó lentamente el brazo sacando el corazón de ella e inmediatamente cayó al suelo y su cuerpo comenzó a tomar la palidez.
—deshaganse de los cuerpos—ordenó y rápidamente Cárter y el chico que en algún momento fue alguien especial para mi cogieron los cuerpos y los sacaron.
Lo que proseguía era quemarlos, como siempre lo habían hecho.
—Lilian—llamó la atención de la rubia—continuemos—indicó el canoso.
—lo siento Ardack—se disculpó caminando hacia el mientras hacia una reverencia—te preguntarás que haces aquí ¿cierto?
—así es—afirmé.
—¿por que no habías venido?—preguntó.
Pensar no era una opción.
—tenía cosas que hacer—respondí.
—¿como cuales?—cuestionó Lilian.
—como intentar hacer una vida normal—respondí fríamente y ella sonrió.
—los humanos son tan estúpidos, la mujer esa te llenó la cabeza de ideas tontas, pero aceptemoslo, no puedes tener una vida normal, somos diferentes, no normales.
—la mujer esa tiene su nombre—dijé olvidando todo su parloteo.
—tenía—susurró y alcance a escucharla.
—¿que dijiste?—pregunté.
—dije que tenía.
—Lilian—intentó detenerla Ardack.
En ese momento todo tenía sentido, "pase lo que pase tu no tienes la culpa" eso era, Luisa se había sacrificado por mi, no había otra opción, las manchas eran la sangre de uno de ellos por eso no la olfatee.
Cerré los ojos intentando concentrarme y ver que había pasado pero lo único que logre ver fue un cuerpo quemándose.
—ustedes la mataron—susurré—no era su momento—ustedes la mataron.
—no es así—negó Ardack.
—sabía demasiado—habló la rubia.
—esa no era una razón para matarla—dije intentando calmar la furia que estaba sintiendo por dentro.
—claro que la era, no podíamos dejarla vivir.
—ustedes acabaron con todo lo que tenia—susurré y escuche unos pasos aproximándose—acabaron con mi familia, con mi humanidad, con mis sentimientos y ahora también con la mujer que me cuido por mucho tiempo, esa mujer que me dio cariño, amor y atención, la única persona que se preocupo por mi en toda mi maldita existencia.
—Kendall tranquilizate—pidió el pelinegro que acompañaba a Cárter.
—no, tu lo sabias y no me dijiste nada, me odias eso lo entiendo pero Luisa no merecía eso, sabias lo importante que era para mi.
—lo era también para mi.
—¡Si lo hubiera sido no hubieras dejado que la mataran! Me queda claro que tu no tienes ni un poco de humanidad ¡Te odio!—grite mientras me alejaba de ese lugar—te odio Andres, y odio que seas mi hermano—susurré por ultima vez saliendo.
—si te vas, no vuelves—advirtió Liliana.
—por mi mucho mejor—dijé, me gire y comencé a caminar.
Ahora si estoy sola, si antes creía no tener a nadie ahora lo confirmo.

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Atrapada
Teen Fiction»Nosotros Creamos Nuestro Propio Infierno Y Nos Atrapamos En El« Primer Libro De La Saga Eternos. 817 en vampiros-26 de julio 2016 703 en vampiros -24 de agosto 2016 306 en vampiros -29 de agosto 2016 225 en vampiros -27 de septiembre 2016 188 en va...