Capitulo 24 La Amo

194 26 2
                                    

Itan Mccolman

Ha pasado una semana desde que se la verdad, ¿como asimilar que la chica que amo es un.. un.. un.. Va.. Monstruo? no he ido al instituto. Mariana ha estado como loca preguntándome ¿Que me pasa? ¿Por qué no voy al instituto? ¿Por que no me levantó? ¿Por que no salgo? ¿Por que no como? En fin se la ha pasado preguntándome muchas cosas y no me deja en paz.

Escuché como tocaba la puerta y me giré a mirarla.

—¿Que?—pregunté de mala gana y entró Mariana.

—a mi también me da gusto verte hermanito—respondió sarcástica.

—¿que quieres?

—te traje algo de comer—me extendió una charola con un jugo, una nutella y un pan.

—¿tu lo cocinaste?—pregunté sonando estúpido.

—claro que no, a lo mucho se hacer una ensalada.

—si, una asquerosa ensalada—murmuré.

—aún así te la comiste la otra vez.

—no tenía opción.

—miserable.

Cogí el jugó, la nutella y claro el pan y deje caer la charola. Mariana se fue y después regresó.

—¿ya me dirás por que no quieres ir al instituto?—preguntó—todos me preguntan por ti.

—por que no quiero y punto, además sabes que odio estudiar.

—jamas estudias y además se me hace raro.

—¿que?—pregunté con la boca llena de nutella.

—eres un asqueroso no hables con la boca llena.

—pensé que ya te habías acostumbrado.

—me acostumbre a verte en boxer todas las mañanas, me acostumbre a ver putas todas las mañanas saliendo de tu habitación semi-desnudas, me acostumbre a verte la cara y eso ya es mucho pero no me acostumbre a verte hablando con la boca llena—se sentó sobre la cama y me quitó la nutella y se la comenzó a comer—además quería preguntarte si no has sabido nada de Kendall.

—¿por que tendría que saber yo algo de esa?—Mariana me miró como si hubiera dicho algo horrible.

—cierto como vas a saber tu algo de ella si jamas te ha hecho caso—le arrebaté la nutella.

—no necesito que me haga caso, puedo tener a quien yo quiera.

—¿y te has enamorado de alguna de todas las que han pasado por tu cama?—preguntó alzando una ceja.

No le respondí debido a que no, jamás me he enamorado de nadie, sólo de ken... De la innombrable, si ahora sera la innombrable, no quiero ni pronunciar su nombre.

—lo supuse—sacó su celular y comenzó a llamar a no se quien.

—¿a quien le llamas?—pregunté con curiosidad.

—a Kendall, me preocupa.

—¿por que te preocupa esa?—pregunté enojado y ella me miró raro.

—por que la considero mi amiga, y no ha ido al instituto, tampoco esta en su casa y no me contesta y no tengo ni la mas mínima idea de donde pueda estar y además ¿desde cuando le dices "esa"? ¿no que te gustaba mucho y no se que mas?

—no me gusta, nunca podría gustarme alguien como.. ella.

—definitivamente estas loco,—se levantó de la cama—primero babeas por ella, después dices que te enamoraste de ella y que harás hasta lo imposible por que te haga caso y ahora dices que nunca te podrías enamorar de alguien como "ella" no logro entenderte—dijo y salió de mi habitación.

Ni yo mismo me entiendo.

Me acosté y comencé a pensar en la innombrable, en el beso, en su sonrisa, en ella, en todo de ella.. no, no, no, no, ella solo quiere jugar conmigo o mas bien ya jugo conmigo.. no, no, ella nunca jugó conmigo.. ¡Hay ya basta! no me comprendo.

La realidad es que no me importa lo que es.
No me importa si es una asesina.
No me importa todas las veces que me desprecio.. bueno en realidad si.
Ya no me importa nada y menos ella.

¿A quien engaño? claro que me importa Kendall, ni siquiera puedo seguir diciéndole la innombrable, me importa y mucho, ella nunca jugó conmigo, me importa lo que le pasa, me importa saber donde esta, me importa todo lo que tenga que ver con ella, todo de ella me importa, ella me importa y mucho.

Y si, estoy enamorado de ella como nunca me he enamorado de nadie, me he enamorado de sus ojos, su sonrisa su.. todo de ella hace que este completamente enamorado de ella, mas bien la realidad es que la amo.

Bajé y me vi en bóxer y después volví a subir a mi habitación, me adentré al baño, me bañe, me cambié y listo, tan guapo como siempre, (y no es que sea egocéntrico, yo soy guapo por naturaleza,) volví a bajar y ví a Mariana viendo la televisión.

—al fin te dignaste a salir de tu cueva—murmuró sin apartar la vista del televisor.

—si, si lo que digas—dije restándole importancia.

—¿a donde vas?—preguntó con interés.

—a recuperar al amor de mi vida—sonreí y me miró.

—¿recuperar?—preguntó confundida—¿amor de tu vida? ¿de que hablas?

—La amo.. Amo a Kendall, la amo con todo mi corazón.

—eso es tan cursi—dijo sonriendo. Creo que todos tienen razón, nosotros solo sonreímos—y eres tan bipolar que no logro entenderte—dijo enojada.

Sonreí, cogí las llaves de mi auto y salí.

—¿y adonde la iras a buscar?—preguntó y la miré mientras se acercaba al auto—si ya te dije que no esta en su casa.

Demonios es verdad, ¿donde podrá estar?

Bajé del auto y me puse a pensar donde podría estar, ¿donde? ¿donde? aún así me volví a subir al auto y conduje hasta llegar a su casa.

Toqué la puerta varias veces pero nadie abrió, me giré para irme, me acerqué a mi auto y saqué las llaves del bolsillo.

—¿Itan?

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora