Capitulo 8 Los Ojos De Kendall

308 34 1
                                    

Itan Mccolman

Kendall se fue apresuradamente del restaurante, pague la cuenta y salí corriendo para hablar con ella pero no estaba, me resultaba  algo muy extraño,  ¿como alguien puede desaparecer en segundos? comencé a caminar hasta que la ví sentada en una banca del parque y me acerque a ella.

—¿estas bien?—pregunté sentándome a su lado.

—si—respondió sin mirarme—lo siento, tengo que irme—miró hacia otro lado y se levantó.

—¿que es lo que te pasa?—pregunté—pareciera que huyes de mi

—no, no es eso—aclaró volviendo a sentarse.

—entonces ¿que es?

—es complicado,—observo el suelo—no quiero hacerte daño.

—no te enti...—dejé de hablar al notar un color mucho mas claro en su piel—tu piel es mas blanca de lo natural.

Me miró y negó con la cabeza—no, así ve en la obscuridad—volvió a levantarse—tengo que irme.

—espera, ¿que quieres decir con que no quieres hacerme daño?—pregunté nuevamente. Quería una respuesta.

—no soy lo que tu piensas—susurró mientras comenzaba a caminar alejándose de mi y perderse de mi vista.

¿Que quiso decir con eso?

Kendall Connor

El siguiente día llegó, caminé hasta mi casillero y guardé algunos libros en el.

—hola.

Cerré el casillero encontrándome con Mariana—hola.

—¿oye me podrías ayudar en algo?—preguntó.

—eso depende.

—vamos a hacer un pastel.

—no—dije rápidamente.

—¿por que no?—preguntó confundida.

—no se cocinar—respondí recargandome en el casillero.

—yo te enseño.

—no—repetí nuevamente.

—por favor—pidió.

—no—dijé fríamente.

—por favor—hizo un puchero y junto ambas manos.

—no.

—por favor.

—no.

—por favor di que si.

—no—dije con fastidio

—hola querida hermana—sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo, me gire y lo ví tocándose la nuca, mientras observaba detenidamente a Mariana.

—Andrés,—susurré—¿que haces aquí?—pregunté esquivando mi vista de sus ojos.

—quise venir a verte—sonrió y se acerco a Mariana—hola guapa.

—hola—dijo la morena sonriendo.

¿Que demonios hace el aquí?

—soy Andrés—intentó presentarse.

—Mariana—extendió su mano en forma de presentación y el la beso.

Estamos en otro año imbécil.

Me miró y sonrió falsamente.

—¿dijiste algo querida hermana?—preguntó  y le devolví la sonrisa falsa.

Si, que eres un hipocrita.

Mire a Mariana—tenemos que irnos a clases para después hacer el pastel—ni siquiera pensé lo que dije pero no podía poner en riesgo a nadie mas.

—pero creí que no querías—dijó confundida.

—cambie de opinión—dije rápidamente mientras llevaba mi vista hasta ella y la miraba con total seriedad.

—genial—murmuro.

¿Por que ha venido después de lo que pasó? Muchas preguntas pasaban por mi cabeza pero ninguna tenía respuesta.

Mariana Mccolman

Cuando terminaron las clases nos fuimos a casa y comenzamos a hacer la tarea.

—oye Kendall—asintió sin mirarme—¿por que no me dijiste que tenías un hermano?—pregunté dejando el cuaderno a un lado.

—por que no me gusta hablar de el—respondió con frialdad.

—¿por que?

Despejó su vista del cuaderno y miró el suelo—por que el se fue,—levantó la vista y me miró—pero eso ya no importa.

Al terminar de hacer la tarea nos dirigimos a la cocina y comencé a hacer la cena y ella comenzó a preparar el pastel, mientras cortaba el tomate maneje mal el cuchillo lo que provoco que me cortara y comenzara a salirme sangre.

—¡Auch! ¡Duele!—exclamé sosteniendo el dedo.

—traeré el algodón—salió corriendo y regreso muy rápido (diría yo) y me lo coloco en el dedo—listo.

Levante mi vista pero cuando la levante pude ver que la mirada de Kendall se torno roja, después sus ojos se pusieron negros y eso me asusto mucho.

—¡Kendall! ¡Tus ojos!—grite asustada.

Ella volteo rápidamente y bajó la cabeza, esto es muy extraño y en eso escuche los pasos de Itan hasta llegar a nosotras.

—¿que sucede?—preguntó acercándose.

—solo.. olvidalo—dijo con la mirada hacia el piso—me tengo que ir—se dirigió hacia la puerta.

—¡Kendall! Espera no te vayas—dije corriendo hacia la puerta.

Pero cuando llegue a la puerta no estaba, es raro por que ninguna persona ni corriendo desaparece tan rapido, la hubiera visto pero no la ví esto es demasiado extraño.

—¿que pasó?—preguntó llegando hasta mi.

—Kendall—susurré.

—¿que pasa con Kendall?—preguntó preocupado.

Mariana: su..su..sus ojo..ojos—tartamudie.

—¿que pasa con sus ojos?—preguntó mirándome esperando a que respondiera.

—cambiaron—susurré y el miro de una manera extraña.

—creó que estas alucinando.

Mire una vez mas la puerta y baje lentamente la mirada.

—si, tal vez es eso, el corte en mi dedo me tiene mal ¿cenamos?—pregunté y el asintió.

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora