Capitulo 20 Atrapada

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Elizabeth Johanson

Comencé a caminar, supuse que nadie me veía, tal vez solo es mi espíritu el que esta aquí.

Observé a un niño pequeño que se me era muy conocido, tarde algunos segundos en reconocerlo para saber finalmente que era James, el hermano de Kendall, aquel niño que me mostró en fotografía.

—James ven, vamos al bosque—indicó Kendall mirándolo.

—si ya voy—dijó desde la puerta de la casa y finalmente corrió hacia Kendall.

Comenzaron a caminar y fui tras ellos, a lo lejos ví un cuerpo tirado cerca del río.

No yo no estoy aquí para eso.

Me giré al perderlos de vista y fui hasta una cabaña donde supuse que encontraría algo.

No podía traspasarla así que decidí coger una piedra y pegarle al candado que tenía rompiéndolo y haciéndolo caer al suelo, abrí la puerta cuidadosamente y entré, miré hacia todos lados, se veía obscuro pero a simple vista se veía el polvo que había, como si no hubieran limpiado en años.

Comencé a caminar hasta que choqué con una mesa en la cual habían tres botellas, cogí una observando un liquido verde, la otra se encontraba vacía mientras que la tercera contenía una llave adentro, quebré la botella contra la mesa y saqué la llave, la sostuve entre mis manos y seguí caminando.

Ví una pequeña puerta de madera en el suelo, la levanté y al parecer abajo había un sótano, entré contemplando que habían muchas botellas, pero no sabía que había en cada una de ellas, contemplé una pequeña caja de madera, me acerqué y la cogí, observé que tenía un pequeño candado pero no había llave, decidí intentar abrirla con la llave que había en la botella que quebré y rápidamente se abrió.

Ahí estaban unas pequeñas botellas, supuse que serían la cura, las miré, tenían un sello extraño, al no distinguirlo las guardé y seguí buscando, de pronto sentí que alguien se acercaba y me escondí detrás de una pequeña mesa.

Escuché algunos pasos aproximándose y decidí guardar absoluto silencio.

—¿la tiene?—preguntó una voz masculina.

—si aquí debe de estar—respondió una mujer.

Miré cuidadosamente por encima de la mesa y observé a una señora que buscaba algo en una manta hasta que saco una botella grande con un liquido rojo.

—aquí esta—se acercó al hombre y se la entregó.

—muy bien.

—ahora quiero lo que me prometió —el hombre la miró y asintió mientras sacaba algo de una bolsa de papel dejando a la vista una daga.

La mujer comenzó a retroceder asustada mientras el hombre se acercaba a ella.

—lo tendrá—murmuró el hombre.

—espere, ese no era el trato.

—que ingenua.

El hombre le clavó la daga a la mujer en el estomago haciéndola caer, se agachó y sacó cuidadosamente la daga y la volvió a meter a la bolsa, se levantó, miró a la mujer y se giró yéndose.

Al verlo irse me levanté y salí de donde estaba acercándome a la mujer, la observé sin vida y miré hacia donde se había ido el hombre, cogí una botella vacía y salí del lugar regresando a donde anteriormente estaba.

No habían tantas personas, al parecer en la época anterior eran pocos los habitantes.

Seguí mi camino hasta llegar al río, al otro lado ví un túnel, me dispuse a caminar por la orilla del río para acercarme hasta el, después de un cansado recorrido logre llegar, dudé en entrar pero todo lo hacia por Kendall.

Entré contemplando una total obscuridad, no podía ver nada, intente sostenerme de algo lográndolo de una pared rocosa, me guíe por ella hasta sentir algo helado, lo toque detenidamente sintiendo una tubería, así que seguí caminando hasta llegar a un lugar donde había un poco de luz y se podía observar una llave de agua, me acerque e intente abrirla pero estaba muy dura y fría.

—aquí debe de estar—escuché que alguien dijo.

Me giré y observe al señor que había matado a la mujer momentos antes, el paso traspasandome, intentó abrir la llave pero inmediatamente alguien le clavo una daga en la espalda haciéndolo caer 

—no lo mereces—dijó una mujer de aparentemente sesenta y cinco años.

Miró hacia donde yo estaba, parecía que me había visto, se acercó a la llave y logró abrirla depositando un extraño y espeso liquido rojo carmesí en una botella que traía consigo.

—no es mucho pero usted sabrá que hacer con el—se acercó a donde yo estaba y me lo entregó y lo cogí.

—usted puede verme—afirmé y asintió.

Sostuve cuidadosamente la botella, la mujer sonrió y por la obscuridad no pude distinguir a donde se fue, me giré y salí de ese lugar siguiendo las direcciones que había tomado para entrar.

Al salir observe que el liquido que contenía la botella era muy poco, lo mire durante unos segundos y supuse que ya era hora de regresar.

Espero y esto le sirva a Kendall.

Me incline afuera del túnel, cogí las cosas y las coloque sobre mis rodillas, cerré mis ojos y comencé a hacer el conjuro pero no pasó nada, lo volví a hacer y no pasó nada, una vez mas lo intenté pero tampoco pasó nada.

Eso comenzaba a asustarme.

No puede ser, me he quedado atrapada en el pasado.

Volví a hacer el conjuro y no pasó nada.

Me levanté asustada y miré hacia todos lados.

Estoy atrapada.

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