Capitulo 5 Muerta En Vida

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Al mirarme una sonrisa apareció en su rostro.

—tome asiento —pidió el director—¿por que esta aquí Connor?

—la maestra Martinez me mando por platicar en su clase—expliqué.

—iré a hablar con ella, no se muevan enseguida regreso—se levantó para acercarse a la puerta e inmediatamente salió.

Suspire y tomé asiento a un lado de Itan—¿que haces aquí?—pregunte observando el escritorio.

—¿no es evidente?—preguntó—me castigaron.

—pero ¿por que?

—por no hacer tareas y poner una rata en la bolsa de la maestra de quimica—dijó aguantando la risa.

Lo mire—no es gracioso—susurré.

Rió y me miro fijamente—¿que te pasa?

—nada—respondí fríamente.

La puerta se abrió dejando ver al director el cual nos miro a ambos y acomodo su corbata.

—muy bien, se quedaran aquí por el resto del día haber si así aprende a no poner ratas en las bolsas de las maestras y a cumplir con tareas señor Mccolman,—advirtió mirando al rubio—que sea el capitán del equipo de football no le da el derecho a hacer eso ¿me escucho?

—si director—agachó la cabeza intentando mostrar vergüenza frente al director.

Me miró—y usted señorita Connor, a no hablar en clases.

—aguarde, ¿dijó que me quedare el resto del día con el?—pregunté apuntando al rubio.

—así es—afirmó—¿algún problema?

—si el problema es que..

—no hay ningún problema—habló sin dejarme terminar y lo mire.

—cuando salgan lo estarán esperando para entrenar, recuerde que mañana es el partido señor Mccolman.

—si, si—dijo restandole importancia—este es el mejor castigo que me han dado—dijo sonriendo y el director lo miro extrañado—quiero decir que ahí estaré.

—muy bien, con permiso—abrió la puerta y salió.

—espere no se vaya—susurré y cerro la puerta.

Segundos después la volvió a abrir y nos obligo a entregarle los celulares y nuevamente salio dejandome sola con el teñido, mire hacia la ventana y observe lo vacío que estaba el patio.

Si hay algo que odiaré toda mi vida es estar muerta en vida.

—¿que ves?—preguntó y lo miré.

—nada que te importe—dijé—mejor ponte a hacer la tarea.

—no le entiendo.

—no es mi problema.

—podrias ayudarme—opinó.

—podria, pero no lo haré.

Bufó y comenzó a buscar algo en su mochila.

—ya me aburrí.

—solo llevamos unos minutos.

—bien, bien—guardó silencio y se quedo pensando.

Las horas pasaron y no dejaba de pensar en que lo que le había pasado a Luisa era por mi culpa, no dejaba de preguntarme cuando acabaría eso, ¿por que Andrés no hizo nada para detenerlos? ¿por que han acabado con todo lo que tengo? ¿seguirían haciéndole daño a mas personas inocentes? yo solo quería que acabará ese infierno.

Recordé cuando era pequeña, cuando Andrés y yo eramos muy unidos, nos queríamos mucho, recordé aquella promesa que me hizo pero no la cumplió, recordé aquel momento en el que todo termino, en el que ya estaba completamente sola.

¿Por que no pude ser yo quien muriera y no ellos?

Salí de mis pensamientos al ver que Itan saco un cuaderno y comenzó a dibujar algo, cuando término me mostró su cuaderno, había dibujado un dinosaurio el cual estaba con su familia.

Sonreí al recordar lo feliz que era antes, hacía mucho tiempo que no sonreía.

—es muy lindo.

—¿como yo?—preguntó y lo mire mal.

—dije lindo, no egocéntrico.

Itan Mccolman

Kendall había sonreído, nunca antes la había visto sonreír, por fin pude contemplar lo hermosa que se veía una sonrisa en su bello rostro.

—no soy egocéntrico.

Mantuvo la sonrisa—si lo eres.

A ella podría pasarle todo, podría incluso aceptar que me llamara egocéntrico aunque no lo fuera, podía perdonar cualquier cosa que fuera por parte de ella.

Un pequeño sonido hizo que voltearamos hacia la pared en donde estaba el reloj del director, había marcado las dos de la tarde lo que significaba que ya solo faltaban diez minutos para salir.

—faltan veinte minutos para salir—dijó.

—si—dije haciendo una mueca.

Realmente no quería irme, no me gustaba estar ahí pero por estar con ella podía soportarlo todo.

—¿que te pasa?—preguntó.

—nada, es solo que tengo entrenamiento y mañana es el partido, por cierto vendrás ¿verdad?

—no me gustan los partidos—respondió.

—¿por que?—pregunté.

—me parecen una perdida de tiempo.

—pues deberías de venir.

Miró hacia el frente y bajo la vista—ya veremos.

—¿eso quiere decir que hay una oportunidad de que asistas?—pregunté con esperanzas de que asintiera.

—no lo se.

—sería genial que estuvieras en el partido—dijé y me miró. No creo poder contenerlo mas—Kendall..

—¿si?

Bien este es el momento, es ahora o nunca.

—bueno yo...

Para mi mala suerte entró el director, el timbre de salida sonó y nos entregó nuestros celulares.

—señor Mccolman lo están esperando en la cancha para entrenar, mucha suerte.

—si gracias—guarde el celular en el bolsillo del pantalón y mire a Kendall la cual estaba saliendo dirección.

—ahora si ¿que me querías decir?—preguntó mientras salíamos de la dirección.

—que me..

—¿Kendall vamos de compras?—preguntò la ingrata que tengo por hermana llegando hasta nosotros.

—pero ya te dije que no me gusta ir de compras.

—no importa, aun así iremos—dijo llevándosela.

—lo que quería decirte era que me gustas—susurré mientras veía como era alejada por la infeliz de mi hermana.

Hice una mueca y comencé a caminar hacia el patio trasero para irme a entrenar.

AtrapadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora