Capitulo 27 Te Salve

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Corrí a velocidad vampiro y desaparecí entre los arboles, decidí llegar a casa, estaba a punto de entrar cuando escuché unos pasos aproximarse pisando las hojas secas que caían de los arboles, voltee inmediatamente y un hombre de negro se acercaba con una pistola en las manos, y me apunto directamente al corazón.

—no te muevas—ordenó.

—¿quien eres y que quieres?—pregunté.

—aquí yo hago las preguntas ¿donde están los demás?—preguntó exigiendo una respuesta inmediata.

—¿Los demás?—no entendía de que hablaba.

—sabes a que me refiero ¿donde están los de tu especie?

—no se de que me hablas—comencé a acercarme y me disparó en el brazo—no debiste hacer eso—murmuré cubriendo mi brazo y me dio otro disparo en el mismo brazo.

—si das un paso mas te mato.

Maldita sea, necesito sacarme estas balas. En un ágil movimiento me acerque a el y le quité la pistola, la arrojé al suelo y le cogí el brazo llevándolo hasta su espalda en un punto inalcanzable para los humanos.

—¿quien te envió?—pregunté.

—jamas te lo diré.

—entonces prefieres morir—mientras le detenía el brazo le di una patada en la espalda lo que hizo que cayera—si me dices quien te envió te dejare vivir.

Mi hambre apareció, me acerqué a el y lo cogí por el cuello para después levantarlo.

—¿quien te envio?—volví a preguntar y comencé a manipular su mente pero no sirvió de nada, al parecer había bebido verbena, lo solté y cayó—muy listo—afirmé mirándolo.

Comenzó a salirle sangre, traté de controlarme pero mi hambre aumentaba cada vez mas.

—¿¡Quien fue!?—pregunté gritando—te conviene decírmelo si en verdad valoras tu vida—me acerqué y sentí como algo quemaba mi pierna.

El hombre comenzó a levantarse, cogió la pistola y me disparó en el estómago, después me dio un disparo en la pierna, traía algo en la otra mano, me la acercó a mi mejilla y comenzó a pasarla, ardía como el infierno.

—ver-verbe-verbena—dije debilitándome.

—¿donde están los demás?

Puede que hayan destruido mi vida pero no soy una traidora.

—¿no piensas hablar? bien, te vas a pudrir en el infierno—sacó una estaca y la acercó a mi corazón pero de pronto una mano le traspaso el pecho y comenzó a derramar sangre, el hombre me miró con los ojos bien abiertos y cayó a un lado, no sabía si eso sería bueno o malo, lo único que tenía en claro era que Alexis había salvado mi vida.

Traté de levantarme, la verbena aún me ardía, los balazos me dolían, tenía que sacármelos de una maldita vez, comencé a sacarlos y las heridas comenzaron a cerrarse, lo miré y el sonrió con la sangre aún en su boca se la limpió con su brazo el cual también tenía sangre y se acercó apegandome a uno de los árboles.

—¿que quieres Alexis?—pregunté mirándolo.

—¿así me agradeces que te haya salvado?—preguntó sonriendo.

—no te pedí que lo hicieras.

—esta es la Kendall que conozco—dijo riendo—no la que finjes ser.

—yo no finjo, yo cambie.

—lo que digas—colocó su mano en mi cuello sin apretar, lentamente la subió hasta acercarla a mi mejilla—¿aún te duele?—preguntó.

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