Capitulo 26 Tu Me Importas

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Itan se acercó a mi y me limpie las lágrimas.

No, yo no puedo llorar, soy un vampiro, yo no tengo sentimientos.

—ya perdí lo único que tenía—susurre.

—aún me tienes a mi.

—no quiero que te pase nada por mi culpa.

—no me pasará nada por tu culpa.

—tienes que saber que el consejo quiere acabar conmigo.. ellos quieren que me disculpe por haber dicho que se arrepentirían por haber matado a Luisa.

—¿que quieres decir con acabar?—preguntó y lo miré.

Itan podía llegar a ser tan tonto.

—ellos quieren—tengo que mentir—que.. no lo se—no puedo decirle la verdad—tal vez solo quieren enfrentarme.

—¿que?—preguntó—¿entonces tu hermano también quiere hacer eso?

—Andrés me odia y esta dispuesto a hacer lo que sea y no.. Elizabeth, una vieja am... mi mejor amiga me ayudará.

—¿una vieja amiga?—preguntó—¿o tu mejor amiga?

—mi mejor amiga, a ella la conocí hace unos años y cuando se entero de la verdad dejamos de ser amigas pero me di cuenta de que jamas dejara de ser mi mejor amiga,—hice una mueca—además ella quiere ayudarme en esto.

—entonces yo también quiero ayudarte.

—no te pondré en peligro—me levanté—además ella es una..—mire el suelo—bruja.

—¿bruja?—preguntó incrédulo—Bruja, duendes, vampiros, licántropos, hechiceros ¿que siguen unicornios?

—hechiceros no lo creo, los unicornios no existen y licántropos.. solo conocí uno en toda mi vida..—recordé que había ofrecido ayudarme pero no recuerdo a cambio de que—¿duendes?—pregunté—Por favor..

—bien, pero ¿y si los pitufos existen y me comen?

Lo miré extrañada de que creyera en esa cosas y el solo se encogió de hombros.

—bien niño popular, miedoso que cree que los pitufos vendrán a comérselo.

—¡Oye!—exclamó ofendido.

Me volví a sentar en la ventana, se acercó y después se sentó frente a mi.

»Quiero saber acerca de todo sobre los vampiros«

—no te voy a decir, no quiero poner en riesgo a nadie mas.

—¿podrías dejar de leer mis pensamientos?

—bien, pero ¿no te das cuenta de que me importas? y no voy a dejar que te metas en esto, no quiero ponerte en peligro ni a ti ni a nadie mas.

—¿yo te importo?—preguntó y lo mire.

—no lo pienso volver a repetir.

—tu también me importas a pesar de que me hayas hecho sufrir mucho.

—¿de que hablas?—pregunté confundida.

Yo no recuerdo haberlo hecho sufrir.

—todos tus desprecios me dolieron.

Fruncí el ceño—no creo que te dolieran tanto debido a que cada semana salias con una puta nueva.

—celosa—afirmó sonriendo exageradamente.

—no—dije fríamente.

—bien, celosa, hermosa, creo que me tienes la suficiente confianza para decirme todo vamos entendiendonos.

—Itan.. yo tengo que decirte algo.

—no—lo miré, ¿acaso dijo que no?

—¿no?—pregunté y negó con la cabeza.

—yo soy el que debe hacer eso—»quieres.. quieres... ser..«

—eso no estúpido.—solté luego de leer sus pensamientos.

—oye no soy ningún estúpido—dijo ofendido.

—si lo eres, pero bueno la realidad es que...—aquí vamos, el también lo hace—Luisa me convenció de estudiar nuevamente pero como Elizabeth y yo no terminamos muy bien me cambie de instituto, todo era diferente, no quería volver a ser la burla de nadie así que saque a mi monstruo interno.

Recordar los gritos de algunos de ellos pidiendo ayuda o que me alejara me hacían sentir satisfacción pero mas que nada dolor al recordar lo que fui.

—me acosté con medio instituto—solté de la nada y abrió los ojos como platos—y maté a algunos de ellos, mi humanidad comenzaba a apagarse, necesitaba matar pero no para sobrevivir, lo veía como una diversión, Luisa no permitió que la apagara así que me volví diferente y seria, nadie me reconocía, esa no era Kendall la que se metía con todos.

Todos me miraban extrañados, nadie sabia que me pasaba, ¿donde había quedado Kendall "la perra"?

—tiempo después Andrés me encontró, trate de alejarlo de mi pero Luisa se entero de que era mi hermano, lo cuido igual que a mi pero yo sabia de lo que el y el consejo eran capaz hacer, me aleje de Luisa intentando protegerla pero todo salio mal y la mataron.

—eso quiere decir que eras como..

—si.. como tu—afirme mirándolo.

—valla.. Entonces eras..

—no lo digas—dije inmediatamente.

—esta bien—bufó—pero ve el lado bueno.

—¿cual lado bueno?

—me conociste—sonrió.

Si no fuera por lo que siento lo dejo caer desde la ventana.

—ese seria el lado malo.

—gracias yo también pienso que eres genial—dijo sarcásticamente.

—de acuerdo—asentí—me alegro de haberte conocido.

Me moví un poco de la ventana para poder saltar.

—nunca pensé decir esto.. pero.. gracias por todo y también por escucharme.

—si sobre eso—alargo la ultima palabra—aún me debes un beso.

Sonreí, me acerqué a su rostro y besé su mejilla.

—un beso en los labios—susurró.

—nunca especificaste donde, ahora mejor duermete, mañana te espera un día largo.

—¿como lo sabes?—preguntó.

—puedo ver el futuro, además de que no hemos terminado de hablar.. por cierto..—bufé—es complicado pero bueno.. Te amo—y finalmente salte por la ventana—cierra la boca—dije alejándome sin ni siquiera mirarlo.

Valla que mañana sería un día largo.

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