No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu propia sombra te abandona en la oscuridad.
La lluvia caía sobre su cuerpo mojando cada una de sus prendas. Pero eso había pasado a segundo plano, pues para él era más importante correr por su vida.
Había salido de casa por una pelea con sus padres, y eso al parecer le costaría la vida.
Su corrida fue detenida en el momento en que el muro apareció ante el, revelándole así un callejón sin salida.
Vio con desespero a su alrededor en busca de salida que claramente no podía encontrar, o más importante, en busca del predador.
Una risita siniestra resonó.
—¿Intentas escapar de mí bolsa de sangre?
Su cuerpo se tenso por completo. Su fin estaba más que asegurado.***
Las clases habían sido más que aburridas, y sobretodo estresantes. James se la había pasado molestándolo todo el tiempo y por su culpa no había podido poner la atención necesaria.
Su labio se encontraba roto, su mejilla inflamada y sus ojos cafés contenían todas esas lágrimas que no se atrevía a soltar.
¿Por qué le sucedía esto? ¿Acaso estaba siendo castigado por tener diferentes gustos?
Con pasos lentos y un tanto descoordinados se dirigió a casa, esperaba no tener pesadillas esa noche, dudaba poder soportar algo más arruinando su día.
No muy lejos de lugar un hermoso joven de cabellos negros observaba al pequeño, una sonrisa maliciosa adornaba sus labios, aunque no duro mucho, pues al ver bien el estado de su pequeño, cualquier rastro de diversión fue desechada.
¡¿Quién había sido el imbécil que se atrevió a golpearlo?!
Rodarían cabezas, eso estaba más que dado por seguro.
Mordió sus labios hasta el punto de hacerlos sangrar.
¿Y si le hacia ya suyo? ¿Si les mostraba a todos a quien le pertenecía?
No, aún no podía profanarlo...eso arruinaría sus plan, sin embargo...si podía mostrar que era suyo, nada más debía encontrar a ese viejo brujo para que le ayudase, el precio sería alto, pero valdría la pena.
Tomó una grande bocanada de aire y se preparo para fingir ser lo más amable posible.
Tenía todo fríamente calculado, ahora solo debía ponerlo en práctica.
El juego muy pronto se pondría interesante.***
Estaba cansado, ya no podía, era demasiado para él. Sollozó con fuerza hecho bolita en un rincón de su habitación, su llanto hacía eco en cada una de las paredes de la casa, haciéndolo así sentirse más miserable. Estaba solo, no tenía compañía alguna. O al menos eso creía.
Una sombra fue reflejada en la pared, pero no le notó, estaba más ocupado lamentándose.
Sus profundos ojos azules le ven con algo muy similar a la lástima.
¿Realmente pensaba a herir a ese ángel?
Pero la pregunta que más rondaba su cabeza era.... ¿A quién demonios se le había ocurrido dejar tirado en este infierno a un ángel en brazos del demonio?
Ya tenía que ser cabrón Dios como para dejárselo así, sin más, para que se divirtiera...pobrecito ángel caído, ha confiado en el demonio disfrazado de humano.
Se acercó a la cama lo más silencio que pudo y cuando estuvo lo suficientemente cerca, le atrajo hasta sí y le abrazo.
Si quería ganárselo tenía que ser tierno ¿No?***
Realmente odio que sea tan corto pero es lo mejor que mi cabeza puede crear.
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La mascota del depredador
VampireNunca debió cruzarse en su camino, nunca debió enamorarse del predador.