El primer paso de la ignorancia es presumir de saber- Baltasar Gracián
La palabra molesto le quedaba muy pequeña, pues en ese momento estaba que se lo llevaba.
¡¿Por qué demonios era tan difícil cocinar?!
Observó entre gruñidos su ropa sucia, ni siquiera sus pantalones se habían salvado, tendría que lavarlos más tarde. Demasiado molesto...
Suspiró resignando viendo con desagrado el plato lleno de avena, al final eso fue lo único que fue capaz de hacer, demasiado patético de su parte si cabía decir.Caminó con lentitud hasta la habitación del menor, pensando seriamente si le gustaría o si se lo terminaría tirando en la cara, lo cual podría comprender.
-Lewis,- tocó la puerta, no recibió respuesta- entraré.
Y así lo hizo, abrió la puerta y entró, solo para observar al menor dormitar en la cama, cobijado hasta la cabeza, haciéndose un pequeño ovillo.
-Te he hecho de comer- el menor volvió a ignorarle, o quizás estaba profundamente dormido.
Furioso por no obtener respuesta, le agarró del hombro y sacudió, el pequeño despertó viéndole aterrado.
-Y-Yo...- lloriqueó fuerte.
Escuchar tal cosa no hizo otra cosa más que molestarle.
-Te he dicho que te traje de comer- gruño furioso, tendiéndole con expresión seria el plato lleno de una avena con una apariencia no muy saludable, se veía un tanto negra, al punto que al pequeño castaño se le hacía extraño. ¿Qué le habría echado?
-N-No tengo hambre- tartamudeó de una forma un tanto tierna, viendo al mayor de forma suplicante, eso lucía realmente asqueroso.
-No te he preguntado si quieres, te estoy diciendo que lo hagas.
Haciendo uso todo su valor la llevo a su boca, haciendo una expresión de disgusto al sentir como esa avena se sentía toda masosa, vio al mayor con los ojos llorosos.
-Sabe asqueroso...
Y aquello fue como un baldazo de agua fría para el mayor, tenía tiempo de no equivocarse, y ahora, estaba quedando como un completo idiota ante esa desagradable bolsa de sangre.
¡Odiaba la cocina!
ESTÁS LEYENDO
La mascota del depredador
VampireNunca debió cruzarse en su camino, nunca debió enamorarse del predador.