Hay tristeza en tus ojos , pero tu insistes en decir que todo esta bien
Podía su cuerpo temblar, sentir las lágrimas acumularse. Sin embargo, no podía hacer nada, su cuerpo no respondía, y aunque lo hiciese, dudaba mucho el poder tener las fuerzas para poder correr lejos de él.
¿Por qué siempre todo le salía mal?
Deseaba tanto poder llorar, hacerlo solo para así no sentirse tan humillado como ya se sentía, pero parecía que el destino no deseaba que las cosas fuesen así.
Ahí estaba él, viéndolo con sus profundos ojos azules y con esa maliciosa sonrisa que orgullosamente mostraba sus colmillos.
Sus camisa blanca, la cual siempre solía estar pulcra, yacía manchada de un intenso todo carmesí que no tardó mucho identificar como sangre, sus pantalones tenían una sustancia blanca que sin duda, no deseaba saber qué era o a quien pertenecía.
Ahora que sabía su naturaleza, suponía que ya no era necesario tener que estar presentable.
Arrugó la enorme camisa -la cual era la única prenda que llevaba- al apretarla con fuerza.
No podría soportar nuevamente eso, prefería morir.El de ojos azules dejó de sonreír, aunque sonase extraño, ya no le parecía tan divertido. Casi le era desagradable verle de ese modo.
Era divertido asustarle, pero ahora se veía tan aterrorizado y demacrado que sentía qué no tenía sentido.¿Cuál era la gracia de hundir algo que estaba ya destruido?
- Por favor... déjame solo- su voz sonó débil, casi desganada y eso -aunque no quisiese admitirlo- le preocupó.
El capítulo es muy corto y lo siento, últimamente me he quedado sin ideas para todo lo que escribo.
Intentaré publicar la continuación el sábado.
Nos leemos pronto.
Emilyeliza
ESTÁS LEYENDO
La mascota del depredador
VampireNunca debió cruzarse en su camino, nunca debió enamorarse del predador.