» Tendré cuidado.

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¡Hey estoy en casa!—Grito apenas entro al lugar y cierro la puerta con mi pie—Vi el auto de Hayden fuera así que espero que ambos estén vestidos

No obtengo una respuesta, pero mientras entro a la cocina escucho los pasos de los dos adolescentes en el segundo piso de casa. Me río, dejo la compra de la colada sobre la barra de desayuno antes de comenzar a guardar todo en su respectivo sitio. Minutos más tarde cuando estoy metiendo las verduras al refrigerados escucho las escaleras y luego la voz de mi hermano menor a mis espaldas.

—Hola Aisha—Elliot se acerca hasta mí y deja un beso en mi mejilla. Le miro y noto lo sonrojado que está y lo brillante que sus ojos se encuentran. No digo nada, solo río en voz baja y miro a su novia.

—Hola Hayden

—Hola Aisha—Me saluda la castaña de vuelta mientras mi hermano vuelve a su lado y toma su mano.

—¿Te quedarás a cenar?—No comento nada más, no les reprocharé el cabello alborotado, ni los ojos brillantes, ni los labios hinchados ni siquiera la esencia post orgásmica que desprenden ambos. Son adolescentes, tienen sexo y es normal.

—No puedo lo siento. Debo llegar a casa papá ha hecho una reunión familiar o algo así.

—Oh—Asiento—Bien. Espero que vaya bien—Miro a mi hermano—Iré a quitarme el traje—Miro mi vestimenta formal—Los dejo solos.

Paso por su lado y me despido de Hayden antes de subir las escaleras y llegar a mi habitación. Suelto una risotada a penas cierro mi puerta y me quito la ropa que traigo puesta. Dios, mi hermano es todo un querubín no puedo imaginármelo teniendo sexo con su novia, cuando hace no más de un par de años que estaba tras de mí para que le cogiera en brazos.

Una vez que me he quitado la incómoda ropa y la he sustituido por un cómodo pantalón deportivo y una camiseta de tirantes vuelvo a bajar hacia la sala atando mi cabello en una coleta. En la cocina está Elliot preparando la mesa para ambos. No digo nada, solo beso su cabeza y me concentro en sacar de la nevera la cena pre-lista y ponerla en la estufa para acabarla de cocer y así poder comer.

—¿Cómo te fue hoy?

Giro mi cabeza para ver a mi hermano quien me habla pero sigue arreglando los platos y los cubiertos en la mesa. Sin dejar de revolver la comida para que no se pegue le contesto;

—Bien, me han dado un caso nuevo y tenemos que hablar—Su rostro pierde un poco de color y eso me hace reír, pero hablo antes de que él lo haga y piense que le diré algo sobre el tema de él, su novia y las hormonas alborotadas—No tiene nada que ver con Hayden y contigo.

—Oh, bien, sí, claro dime.

—Debo irme por unos días—Muerdo mi labio inferior volviendo mi vista hacia la comida—El nuevo caso que me han asignado tiene varios puntos de visita y debo esperar órdenes para ver que más debo hacer.

—Vale—Susurra—No hay problema.

—Te quedarás con nuestros padres por estos días hasta que esté de vuelta ¿vale? Prometo que volveré apenas pueda.

—No te preocupes. Es tu trabajo.

La comida está lista así que sirvo dos porciones en los platos y hago una rápida pero eficaz ensalada de lechuga para acompañar. Elliot y yo nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer en silencio.

—¿De qué es tu caso esta vez?

—No puedo decírtelo. Pero quiero que tengas mucho cuidado

—Lo tendré, lo prometo.

Caso 765 » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora