Caso 765 » h.s

» Sabes que nada de esto es tu culpa

—Entonces el maestro me dijo que si quería tener la calificación debía de improvisar algo en el momento, por una extraña razón terminé cantando bajo del mar de la sirenita.

Me río fuertemente por encima del ruido y bullicio del lugar logrando que Elliot ría conmigo mientras corta su carne para luego echársela a la boca. Extrañaba tanto esto, el estar con mi hermano, el salir a comer a uno de nuestros lugares favoritos solo los dos como lo hacíamos tiempo atrás. Pero a pesar de que ambos estamos pasando un buen momento, hablando de cómo fueron nuestros días separados hay algo que me mantiene realmente inquieta, sobre todo después de haber compartido con la madre de Styles.

—¿Cómo fue todo en casa de nuestros padres Elliot? ¿Se comportaron?

Veo como mi hermano baja el tenedor con la comida y su mirada automáticamente adquiere un tono de tristeza, aquello no me gusta, eso está diciéndome que hay algo ahí que Elliot no me dijo ni me quiere decir ahora mismo.

—Todo fue bien estos días Ashi, de verdad.

—Elliot...—Comienzo, dejando que mi tono de voz demuestre el cansancio y la intriga que siento ahora mismo. —No me mientas

—Simplemente no es nada. Una tontería. —No sé qué tipo de mirada le doy a mi hermano pero inmediatamente suspira y quita su mirada de la mía. —Bien...ganaste, hay algo.

—Soy toda oídos.

—Una noche cuando ellos pensaban que estaba en mi habitación les escuché hablar sobre cómo nos perdieron, como nos dejaron ir. Hablaban del resentimiento que sentían y de cómo aun después de tantos años ellos siguen sin sentirse cómodos sabiendo que estamos cerca de ellos, ya sabes—Elliot se encoje de hombros intentando quitarle importancia al asunto, como si eso fuese siquiera posible—viviendo en la misma ciudad y esas cosas. Intenté no estar mucho en su casa mientras no estuviste, salía temprano en la mañana a clases y volvía tarde por la noche después de estar con los chicos, con Hayden o simplemente entrenando. A veces iba a casa y me quedaba unas cuantas horas hasta que debía volver con ellos.

Inmediatamente un sentimiento de culpa bastante grande se apodera de todo mi cuerpo. Miro a mi hermano y veo a aquel pequeño de cuatro años que lloraba cada día en mis piernas porque mamá y papá no estaban o porque cuando estaban no le querían cerca. Miro a mi hermano y veo a aquel muchacho que yo he criado y amado, como hemos sido nuestra única familia el uno al otro. Veo a Elliot y no evito por ningún momento sentirme una mierda al haberlo dejado tantos días con aquellas dos personas que se hacen llamar nuestros padres ante la ley.

Cierro los ojos por un momento dejando que un torrente de adrenalina y sentimientos me recorra el cuerpo entero. Rabia, sentimentalismo, angustia, desesperación, vergüenza, tristeza. Todo se junta dentro de mí y es tan solo una bomba de tiempo antes de que explote y deje salir todo. Elliot toma mi mano por sobre la mesa dándole un apretón firme pero dejándome sentir su presencia, su cariño y sobre todo su comprensión. Elliot y yo hemos sido una unión desde que él nació y tuve que hacerme cargo de él porque mis padres no lo hacían. Elliot ha sido la única persona que me ha mantenido a flote entre tanta mierda de mi vida, ha sido por la única persona que me he decidido salir adelante, para darle un futuro, para darle una vida digna y una familia complementaria que le sujetara, impulsara y sobre todo amara.

—Lo siento...—Le escucho susurrar. Abro los ojos y le veo notando como sus ojos se encuentran cargados de tristeza. Me siento sumamente mal pero aun así intento sonreírle.

—Sabes que nada de esto es tu culpa Elliot. —Muerdo mi labio mientras acaricio su mano con mi pulgar—En este caso yo tendría que pedirte disculpas, lamento haberte dejado con ellos, pero sabes que debía hacerlo no porque quisiera si no porque es así y lo sabes