Caso 765 » h.s

» No puedo perderlo

Son cerca de las tres de la mañana, mis parpados pesan y mi cuerpo se siente cada vez más pesado, más cansado, más inestable. Pero aun así a pesar del cansancio físico y mental que tengo encima no puedo irme a acostar, no puedo cerrar los ojos y dejar de ver a Elliot o simplemente dejar de pensar en esa maldita nota, en ese tan claro mensaje. Miro a mi hermano dormir, tan pacífico, tan relajado, sin tener ni siquiera una idea del peligro que puede estar corriendo ahora mismo, todo por mi culpa, todo por no saber protegerlo de la manera adecuada. ¿Qué hice mal? Siempre he sido cuidadosa con todo el tema de mi familia, muy pocas personas saben exactamente qué es lo que ha pasado conmigo, mi hermano y mis padres. La verdad es que todo eso no es para mí una situación de la cual se pueda estar orgulloso. He cuidado de Elliot desde que tengo memoria, me he preocupado de mantenerlo a salvo de todo y de todos y ahora sucede esto...

Él maldito sabe perfectamente cuál es mi punto débil, cual es la única cosa en el mundo que puede hacerme caer, doblegarme y perder la razón. Mi hermano. Elliot es todo lo que tengo, todo por lo que vivo y viviré y él quiere quitármelo, él sabe que puede quitármelo. Sabe que de esa manera él me tendrá exactamente en el lugar donde me quiere. Fuera de su camino.

Por un momento, solo por un momento pienso que fue una malísima idea involucrarme en este caso, quiero decir, si no lo pudieron atrapar la primera vez fue por algo, el tipo o tipa ya que no sabemos bien que es, es mucho más inteligente que nosotros, logró confundir y tener a los agentes de hace años atrás en el filo de lo que ellos creían era su oportunidad para cogerle y meterlo a la cárcel. Demonios, todo esto era más de lo que alguna vez vi, mucho más de lo que alguna vez siquiera pensé que podría pasar. ¿Qué me hacía pensar que ahora yo podía contribuir a capturar a alguien que claramente es mucho más inteligente, capaz y rápido que nosotros? El claramente tenía razón, él siempre va un paso más adelante.

Los ojos se me llenan de lágrimas y un nudo gigante se acopla en mi pecho y en mi garganta de tal forma que me cuesta respirar. Dios... miro nuevamente a Elliot y no puedo soportarlo, suelto a llorar, en silencio, con dolor y con demasiadas ganas de querer gritar gracias a la impotencia que siento. Son muchos eventos, demasiados pensamientos a esta hora de la noche. Enojada conmigo misma limpio abruptamente las lágrimas que siguen mojando mis mejillas y me acerco en silencio hacia mi hermano. En cuanto estoy a su lado me inclino despacio para acariciar su cabello como cuando éramos niños y luego beso su cabeza antes de salir de su habitación cerrando la puerta tras de mí introduciéndome a la oscuridad del pasillo y luego a la de mi habitación. Soltado un gran suspiro me dejo caer de espaldas a mi cama cerrando los ojos en el proceso y disfrutando por un momento de la comodidad que mi colchón le regala a mi dolorida espalda.

Mi móvil comienza a vibrar fuertemente contra la mesita de noche, esto hace que abra los ojos y me incorpore en la cama para poder cogerlo, en la pantalla se refleja el número, la foto y el nombre de Theo. Deslizo mi dedo contestando la llamada teniendo cuidado de ser silenciosa.

—Hey—Le saludo en voz baja

—Hola nena ¿Cómo está todo?

—Uhm—me encojo de hombros aun sabiendo que él no me está viendo—no lo sé, tranquilo por ahora.

—¿Cómo está Elliot?

—No le he dicho nada, no puedo decírselo, no quiero que esté sicosiado con esto como lo estoy yo y se la pase todo el día evitando si quiera mirar a la gente. No quiero asustarlo Theo...

—Lo sé nena lo sé, pero tienes que estar tranquila ¿Sí? No sabemos si lo que esa nota decía es cierto o siquiera si fue él quien la envió.