» Nos estamos enfrentando a algo grande.

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A las siete y quince de la mañana estoy saliendo de casa con un bolso lo bastante grande como para meter dentro mis cosas esenciales. No sé cuánto tiempo estaré fuera y no sé qué tanto podría alargarse todo esto de los casos así que es mejor prevenir llevando conmigo unas cuantas mudas de ropa, toallas de baño, productos femeninos y claro está, todo mi papeleo y artículos de oficina. Dos bolsos, uno con ropa otro con mi trabajo. Le doy una última mirada a casa rogando en mis pensamientos que mi hermano esté bien, que deje todo cerrado y que coja el dinero que le he dejado sobre la mesa de la cocina para sus gastos. No me gusta dejarlo mucho tiempo solo aunque sea un adolescente y no un niño pequeño simplemente no me gusta.

Sobre todo si estará solo en casa de nuestros padres.

El camino a casa de Theo no es largo a decir verdad pero me tomo unos momentos extras para darle la privacidad necesaria antes de llegar a por él. Cuando es tiempo estaciono frente a su casa y toco la bocina. Le veo salir con dos grandes bolsos colgados en sus hombros, uno rosa de princesas y uno negro, a su lado tomando su mano está la pequeña mano de Willow su hija de tres años de edad. Sonrío al verlos venir y no evito por ningún motivo dejar salir el "awww" que me provoca verlos a ambos. Theo se ve simplemente espectacular de papá, me bajo del vehículo yendo directamente hacia ellos, Willow me sonríe totalmente adormilada y yo me pongo en cuclillas frente a ella antes de envolverla con mis brazos alzándola del suelo.

—Hola hermosa—La saluda dejando un beso en su frente y sintiendo como se acomoda en el hueco de mi cuello

Hoda tía ashi.

Me derrito como un chocolate al sol al escucharla hablar. Theo besa mi cabeza y se encamina hacia el auto, abre la cajuela y mete los bolsos ahí. Cuando está listo con ello se encarga de colocar la silla de bebes en la parte trasera del auto y luego sentamos a la pequeña Willow ahí. Conduzco hasta la casa de los padres de Theo y les saludo con la mano desde el interior del vehículo cuando estos salen a recibir a su nieta. No hago esperar antes de cambiarme al asiento del copiloto dejando el motor encendido y el asiento del conductor calientito para cuando Theo vuelva. Él se ríe cuando ve que he cambiado de sitio, pero no dice nada simplemente se mete dentro y comienza a manejar alejándonos de la casa de sus padres y prontamente de la ciudad.

Tenemos un gran y largo viaje por delante y ambos sabemos que no es nada bueno esta vez.


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Nuestra primera parada es Brístol, tras seis horas de camino llegamos a la ciudad que nos recibe con una lluvia intensa y despampanante. Buscamos la dirección del hotel que nuestra institución nos ha facilitado y cuando llegamos ahí pareciera que el cielo está a punto de caerse, hemos acabado llegando justamente el día que la tormenta decidió hacer su aparición en el lugar. Estacionamos el auto en el subterráneo y cogemos el elevador hacia la recepción donde pedimos nuestras llaves de habitación y también máxima tranquilidad. Le dijo a Theo que le veré en una hora más y me meto dentro de mi habitación lanzándome de inmediato a la cama dejando la comodidad y suavidad del edredón me reciban.

Aprovecho el momento que estoy sola para buscar mi traje deportivo y mis cosas de aseo personal, me vendría de puta madre una ducha en este momento. Así que eso hago, media hora después estoy enrollando una toalla en mi cabello antes de vestirme. Theo llega a mi habitación más tarde, a su lado hay un carrito con platos y sé que se trata de nuestro almuerzo—cena. Se sienta en mi cama, pone la comida en una bandeja entre los dos y comenzamos a comer. Ninguno dice mucho, creo que ambos tenemos nuestros momentos de perdición dentro de nuestras propias mentes, no sé en que pueda estar pensando mi compañero, pero sí tengo claro en lo que yo estoy pensando. Pienso en Elliot, pienso en mis padres, pienso en los chicos que tengo que proteger, pienso en mis amigos y pienso en mi puesto de trabajo. Mierda, son muchas cosas para pensar pero no puedo evitarlo, todo esto del asesino y de su nuevo mensaje me tiene completamente metida en el embrollo.

Caso 765 » h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora