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'Escritas al viento'; le había dicho a alguien sobre las cartas, esa persona hizo el comentario de que si cuando se sentaba a escribirlas no sentía que solo le hablaba al viento.

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D-350

Desayuné con una compañera de trabajo.

Estaba absorta en mi plato de comida deliciosa que para nada se me antojaba digerir, ella parecía estarlo en mí de repente. Hacían semanas que la mitad del edificio se detenía a medio pasillo para mirarme, ni siquiera para admirarme.

'¿No piensas dar bocado?' me preguntó y no respondí, solo cerré los ojos señalando mi agotamiento, '¿sabes? De un tiempo para acá te noto ausente, bueno, desde que te conozco' se atrevió a decir que me conocía cuando solo ha trabajado en el lugar como tres meses, 'siempre estas o pareces estar pensando algo, nada relacionado con tu trabajo debo señalar', la miré con desagrado, obviando las razones por las que 'le parecían' encontrarme así siempre. 'Deberías salir a divertirte, no es el fin del mundo', 'todavía'. Respondí.

'¿Cuál es tu problema? Solo trato de ser amable.'

De pronto solo lo dije.

'¿Crees que sufro por eso, porque no eres amable conmigo? ¿Piensas que me importa lo que pienses? Soy tu jefa, no tu amiga', 'estas insoportable... ', Inquirió. 'Nuevamente, ¿crees que me importa?'

'Lo siento, pero si sigues así pronto yo seré tu jefa', bufé a modo sarcástico, no estaba en mi mejor momento, lo admito. Ella fue un daño colateral.

'No intentes ser mi amiga, no lo necesito. No necesito acumular más amigos en este momento pero... y pon mucha atención: no trates de imaginar siquiera la posibilidad de ser mi enemiga.'

Amenacé a una persona.

A una persona que no me conoce ni conozco, alguien que solo intentaba ser amable, aunque solo fuera por querer mi puesto, no era responsable por lo que me está pasando... nadie lo es. Yo no lo soy, pero mucho menos merezco la culpa por algo que no puedo controlar.

Su rostro se desencajó. Jamás le había hablado a nadie de esa manera, solo porque sí. Arruinó mi día y posiblemente el suyo también.

Sin embargo no me detuve, no quise detenerme en ese momento.

'Te contaré algo, futura jefa...', seguí diciendo, '¿ahora por qué?', preguntó 'creí haber entendido que a pesar de mi marcada indiferencia hacia ti y el resto de la gente en este lugar, todavía te interesa conocerme, ¿no? Ser amable es parte del protocolo para conocer a una persona.' 'Bueno... la verdad...' '¿Debo repetirlo nuevamente? No me importa tu opinión'. Hizo una mueca de desagrado, siguió comiendo y me miró como diciendo 'adelante'.

'Hay un hombre en mi vida; no puedo estar con él, literalmente. Está en otro país y se encuentra haciendo un servicio militar y no sabré nada de él hasta que sea liberado. Él no sabe si existo.', hasta ahí todo bien, ella movía la boca sin dejar de poner atención, 'todos los días le escribo una carta o a veces más y las envío, no sé si las recibe, mucho menos si las lee pues no he recibido respuesta, no es como si esperara por ella, solo sé que no puedo y no quiero dejar de hacerlo, se lo prometí pero ya no es un compromiso, es una... necesidad. Es el único hombre en mi vida en este momento y desde hace tiempo'. Te lo dije, terminó por convertirse en eso. 'Me ayuda...' continué, soltó su tenedor y todavía con algo de comida en la boca me preguntó: '¿a qué?'

¿A qué?...

'Vivir no es respirar, es obrar; es hacer uso de nuestros órganos, de nuestros sentidos, de nuestras facultades, de todas las partes nuestras, que nos dan el sentido de nuestra existencia. El hombre que ha vivido más no es aquél que cuenta con más años, sino aquél que ha sentido más la vida.' Pensaba entre una respuesta lógica y otra.

'A sentirme... viva.' Ella me miró tratando de pasarse un bocado grande por la garganta diminuta que tiene. '¿Sabes?, hay mucha gente aquí, todos en medida de nuestras posibilidades tratamos d

637 cartas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora