1. La primera vez

18.8K 751 100
                                    

Hace 7 Años, 2 Meses y 3 Días

Estoy realmente cansada, llevo todo el día de aquí para allá. Limpiando con mi madre, cocinando con mi abuela, ayudando a mi padre, acabando mis deberes... En fin, un día muy largo. Miro la hora y veo que ya son las tres de la mañana. Dejo escapar un largo suspiro.

-¿Porque el tiempo pasa tan rápido?- Me pregunto a mí misma.

Me quito la ropa pesadamente y tiemblo cuando el frió pijama me roza la piel, no tarda en calentarse. Bostezo y me meto a la cama. Tapo también a Winnie (mi osito de peluche) y lo abrazo, no tardo en dormirme.

Abro los ojos de golpe, estoy estrujando a Winnie y hecha una pelota en la cama para conservar el calor. Oigo un fino sonido.

-¿Viento? ¿Me he dejado la...?- Si, me he dejado la ventana abierta.

Me tapo con el edredón y espero a acostumbrarme a la temperatura. No, imposible. Definitivamente no puedo acostumbrarme a esta temperatura. Completamente agotada agarro el edredón y lo uso de capa para no tener frió mientas me acerco al balcón. Mi habitación no es demasiado grande, pero tiene un montón de cosas. Muñecas, puzzles, ropa, juguetes, libros, pinturas, puf... Tendré que limpiar antes de que lo vea mama... Me fijo en la mesa junto al balcón, y por último la cama que está en una esquina del cuarto, definitivamente la mesa necesita un poco de orden también.

Aparto una de las cortinas blancas, realmente la escena es bonita, las cortinas meciéndose al viento mientras todo está en silencio. Cierro los ojos, siento como el edredón se mueve por el viento. Esta frió, pero es relajante. Oigo un gemido de dolor. El edredón se me cae al suelo del susto. Giro 360º pero no veo a nadie. No ha podido ser dentro de mi cuarto... Vuelvo a oírlo, pero esta vez detrás de mí.

Salgo al balcón, las frías baldosas me recuerdan que estamos en invierno y que no debería andar descalza, pero eso ahora no importa. Con el corazón acelerado me asomo al balcón. ¿Quizás haya alguien abajo? Es un segundo piso y es una noche oscura así que no veo nada. Noto como algo cae al suelo junto a mí y vuelvo a saltar del susto. Algo negro se mueve a mis pies. Estoy temblando. ¿Por el frió? ¿Por lo que sea que esté a mi lado? No lo sé, quizá los dos. Cuando me alejo me doy cuenta de lo que es.

-Una niña...- Susurro.

Ella se sacude por un escalofrió. Me fijo en su ropa, no lleva más que un jersey largo, húmedo y andrajoso, tiene las piernas y los pies desnudos. Las mangas rotas y manchas oscuras por todo el cuerpo. No le veo la cara por el pelo negro y mojado. Qué raro, hoy no ha llovido, ¿cómo se ha mojado así? Ella vuelve a gemir, como si le costara respirar. Me acerco a ella, mis ojos ya se han acostumbrado a la oscuridad y soy capaz de ver que está en los huesos. Parece que algo le duele mucho.

-¿E-Estas bien?- Digo un poco nerviosa. Al fin y al cabo ella es una extraña que, de alguna manera, ha subido a mi balcón.

Ella sigue temblando, no reacciona a mi voz. ¿No me habrá oído? Vuelvo a preguntarle, pero no dice nada. Decido acercarme y tocarle el hombro.

-¿Puedes oirm...? ¡Oh dios mío!

Su cuerpo está muy frió y duro, como si tocara el hueso directamente. Cuando nota mi mano se tensa y se echa hacia atrás rapidamente. Cuando toca la pared se levanta. La luz de la farola le ilumina un poco. Dios mío, su piel esta azul y tiene tonalidades moradas. Cuando se levanta puedo ver una gran mancha donde antes estaba ella. Y manchas del mismo tono en todo el cuerpo. Cuando me doy cuenta de lo que es soy incapaz de apartar la mirada.

Sangre. Sangre roja y brillante.

La miro a la cara y veo que me está mirando. Me quedo petrificada. Es hermosa, la chica más hermosa que jamás he visto antes. Esta en los huesos, pero aun así sus rasgos son preciosos. Pómulos altos, nariz respingona, cejas finas y labios carnosos. Pero sus ojos... brillan como plata derretida, nunca había visto un color así. Ella flaquea y está a punto de caer cuando salgo de mi mente y la agarro. Ella gruñe y se remueve un poco, débilmente, pero no la suelto. Me pongo su brazo en el cuello y la llevo hacia dentro.

¡Ámame como yo te amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora