37. Alessa

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En esta fotografía hay un poco mas de luz, puedo ver que es Alessa quien está atada a esas cadenas. Mi respiración se acelera. Sus manos están llenas de sangre mientras arañan el suelo. Las cadenas tienen un destello extraño. Tardo un poco en averiguarlo. ¡Electricidad! ¡Le estaban soltando descargas!

Noto una fuerte arcada, me tapo la boca y me tiro al suelo. El estrés y la imagen me hacen vomitar en el suelo.

-Fue antes de que tú aparecieras, estuvo toda una noche y el día siguiente. Unas... 36 horas interrogándola.

Intento respirar y no escuchar lo que está diciendo, pero no puedo. Mi lado masoquista necesita saber lo que le han echo... Es mi penitencia.

Si no le digo lo que quiere pondré a Alessa en peligro y si lo hago tirare por la borda todo por lo que ella ha luchado. Respiro hondo y hablo alto y claro.

-No voy a decirte nada.

-Es una pena...

Noto una mano en el hombro y después un gran dolor me recorre el cuerpo de arriba a abajo.

-No te resistas, o será peor.- Alguien dice detrás de mí. No vamos muy lejos, pasamos por un par de cubos hasta llegar a dos juntos. Las paredes son muy gordas, como mis dos puños de grosor.

Me meten en uno de ellos donde veo una gran X de madera fijada al suelo, tiene grilletes para poner a una persona con los brazos en alto y los pies estirados. Los soldados me apuntan y Owen me pone ambas manos en los grilletes y cuando ata mis pies las luces de mi cubo se apagan. Me pone una pistola en la boca.

-Sera mejor que no digas nada.

Aterrorizada, las lágrimas empiezan a caer y mi cuerpo empieza a temblar. Veo a varios soldados flanqueando a Alessa, tiene esposas y un pequeño corte sobre la ceja. La sangre le cubre media cara. Mi respiración se acelera. La meten dentro del cubo y aseguran la puerta. Mas soldados entran a mi cubo.

Alessa gira la cabeza hacia mí y mueve la nariz un poco, como un ratón. Las luces están apagadas así que no puede verme, ella escruta la oscuridad.

-¿Sara?- Dice dubitativa.

-Hola Alessa, ¡cuánto tiempo sin ver esta sala!- Dice Owen emocionado y sonriente. Las luces se encienden. Alessa suelta un gran gruñido y se pega a la pared cuando ve la pistola en mi boca.

-Me sigue sorprendiendo lo mucho que han mejorado tus sentidos.

Alessa vuelve a gruñir, sus ojos mirando fijamente el arma. Separa sus brazos con fuerza, rompiendo la cadena de sus esposas que ahora cuelgan en sus muñecas como pulseras.

Owen me quita el arma de la boca y se la entrega a un soldado. Intento calmar mi corazón, pero no puedo. ¿Qué van a hacer?

-¡¿Que significa esto?!- Grita Alessa.

-Esto es un experimento. Veras Sara se ha negado a cumplir su parte del trato y este es su castigo. Y ya que estamos, valoraremos tu reacción

-¡Alejate de ella!- Grita cuando unos soldados se acercan y conectan unos cables a los grilletes.

-Fase 1.- Dice Owen.- Empezara leve.

Los soldados asienten y activan una maquina, poco a poco empiezo a sentir calor. Empiezo a sudar, y a respirar más rápidamente. Intento minimizar mis reacciones para no preocupar a Alessa que me mira aterrorizada pero los grilletes se calientan cada vez más. Muevo mis manos frenéticamente pero la temperatura sigue subiendo, me quema la piel y no puedo hacer nada más que gritar.

Alessa les grita que paren, que hará lo que quieran pero Owen sigue repitiendo la palabra "Castigo". Vuelvo a gritar, siento como mi piel se agrieta. No oigo a Alessa gritar. De repente se oye un ruido sordo y después se hace el silencio, todos miran el cristal. Owen le hace una señal al soldado para que pare, rápidamente el calor se va y yo desesperada soplo a mis pobres muñecas.

Algo llama mi atención y cuando giro la cabeza veo un gran golpe ensangrentado en el cristal de Alessa y sus palmas contra el cristal. Las retira. Sus manos están llenas de sangre por los constantes golpes que ha dado al cristal, la ropa de su codo está rasgada igual que su hombro. El cristal también tiene la marca de un pie rojo. Parece como si una gran piedra hubiera golpeado con fuerza el cristal, está completamente agrietado pero sin llegar a romperse. Su pecho sube y baja.

-¿Lo tienes?- Pregunta Owen, me fijo que fuera de los cubos hay científicos con cámaras. El que graba a Alessa asiente.

-Bien. Sigamos, Fase 1. Nivel medio. No, alto.

Alessa gruñe muy alto, como un animal. Los cristales tiemblan. Varios soldados se colocan junto a mí, frente al cristal. Con unas pistolas muy raras, son como escopetas pero con algo similar a clavos. Entonces me fijo, agujas. Parecen alfileres pero son inyecciones, probablemente tranquilizantes. Alessa no toca el cristal pero puedo ver la determinación en sus ojos.

-Comenzamos.

El calor vuelve demasiado rápidamente, me abrasa la piel desde el primer momento. Lloro y grito. Oigo golpes y las escopetas de los soldados levantarse y apuntar.

De repente el edificio entero tiembla.

¡Ámame como yo te amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora