18. Sorpresas

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-¿Que has visto exactamente?

-A Alessa agarrando del cuello a Max y levantándolo, le ha dicho algo como "Te está engañando" y ella le ha golpeado en la cara y cuando se ha caído le ha clavado la rodilla en el estomago. No sé de qué iba todo esto pero a Alessa no le ha hecho mucha gracia...

-¿QUE? ¿Dónde?

-Detrás del gimnasio.

-Vamos.- Digo agarrando rápidamente la mano de Vero y corriendo. Nada más llegar veo a Max agarrándose a un árbol para mantenerse en pie, se agarra el estomago con la otra mano y su ojo izquierdo ha empezado a hincharse. Levanta la vista, cuando me ve gira la cabeza hacia la izquierda.

-Va a volver a hacerte dañ...- Alessa le da un puñetazo en la mandíbula, ahogo un grito cuando veo la sangre salir de la boca de Max.

Alessa agarra del pelo a Max y levanta su cabeza bruscamente.

-Alessa.- La llama Vero, suena decidida pero noto el miedo en su voz. Ella se gira, sorprendida y cuando ve mis ojos se congela. Baja la mirada.

-Sara... Lo siento no sabía que estabas ahí... Yo...- Mira a Max, esta se tensa y habla rápidamente.

-Perdona Sara no se en que estaba pensando, yo nunca haría nada que te hiciera daño. Lo siento, lo siento mucho.

Me preocupa el estado de Max, pero me preocupa aun más el estado de Alessa. Tiene una mano en la cabeza, como si no pudiera soportar la idea de que yo lo haya visto. Me acerco a ella. Escucho a Vero caminar detrás de mí.

-Yo me lo llevo.- Dice ayudando a Max.- Creo que tengo un botiquín en el coche.

Asiento mientras yo abrazo a Alessa. Escucho las pisadas de Vero y Max, cuando ya no las oigo levanto la cabeza para mirar a Alessa. Sus ojos me miran apenados.

-¿Estás bien?- Digo preocupada por su expresión.

-Si.- Dice rápido.- No sabía que estabas ahí, de verdad.

-No te preocupes, no pasa nada. Pero, ¿por qué le has pegado tanto?

-¿Tanto? Me he controlado mucho.

-¿Y porque le has pegado?

-¿Por qué? Sara... Eres la razón por la que he estado luchando desde que te conocí, eres la persona en la que pienso antes de dormir y la primera que pienso cuando abro los ojos, ha sido así desde que te conocí. Decir te amo es demasiado poco, lo que siento por ti...- Agarra mi cara entre sus manos y la levanta para mirarme a los ojos.- Es tan grande... Siento como me llena, me da fuerzas, me da vida. Tú me has dado vida durante estos años. Y cuando me entere de lo de Max... Simplemente no he podido controlarme, no he podido.

-Desde que apareciste en mi balcón has puesto mi vida patas arriba.

Me pongo de puntillas y la beso, no es un beso tierno, sino uno voraz donde le transmito mis sentimientos. Ella lo siente y me lo devuelve. Pasa sus dedos por el borde superior de la falda y cuando llega a la parte baja de mi espalda me atrae hacia ella de un tirón al que respondo enlazando los dedos alrededor de su cuello.

-Te amo pequeña.- Susurra contra mis labios.

-Y yo a ti, mi chica mala.- Poso una vez más mis labios en los suyos y me aparto un poco. Pongo la cabeza en su pecho y rodeo su cintura, ella apoya la barbilla en mi cabeza y pone una mano en la parte baja de mi espalda, mientras la otra sube y baja.

-Vero lo sabe... Lo nuestro.

-Lo sé.

-¿En serio? Yo no tenía ni idea...-Digo suspirando, noto como sonríe.

¡Ámame como yo te amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora