¡Ámame como yo te amo!

20. Trabajo

-Es tarde.- Dice mirando la hora.- Voy a dejarte descansar.

Veo como se quita la manta para salir de la cama y actuó rápidamente.

-No.- Digo y me tiro sobre ella, noto como intenta no estallar en risas.

-¿Me has hecho un placaje?

-No te vayas... Quédate a dormir...

-¿No te voy a molest...?

-Tú nunca eres una molestia.- Digo repitiendo sus palabras de esta mañana.

Ella se mete de vuelta en la cama y yo pongo mi cabeza sobre su pecho, es mi nueva almohada favorita. Ella me acaricia el pelo y noto como su respiración se vuelve regular y su cabeza se cae de repente. Subo la cabeza para verla profundamente dormida, realmente estaba completamente cansada. Bostezo y me acomodo para caer dormida junto a ella.

A la mañana siguiente

Oigo una alarma familiar, abro un ojo para ver a mi móvil sonando, estiro una mano para apagarlo. Noto como alguien se remueve debajo de mi, parpadeo un par de veces hasta que enfoco a Alessa en toda su gloria. Esta completamente dormida, a mi merced... Sonrió malévolamente.

Deposito un beso en su pecho, subo un poco haciendo un caminito con la punta de la lengua. Ella se remueve y se queja un poco, yo le muerdo un poco en la clavícula, como ella a mí ayer y después voy dejando un rastro de besos por su cuello, reacción el sobre de rápido. Aja, así que este es tu punto más sensible, el cuello. Anotado. Sigo hasta su boca donde antes de llegar ella me besa.

-¡Mierda!- Dice rápidamente, se tumba de nuevo y cierra los ojos.- Esta intentando no moverme pero he perdido el control. Continua.

-Tonta.- Le digo mientras me lanzo a su cuello. Ella se remueve ruidosamente.- Se cuál es tu punto débil.

-Sí, lo noto. ¡Au!- Dice cuando le muerdo el cuello.- Oye, ¿crees que tu madre...?

-No, ella se suele ir antes a trabajar. Y no ha gritado ni te ha echado de la casa así que supongo que no se ha asomado a mirar.

-Menos mal...

Un rato más tarde

-Se me olvido preguntarte ayer, esos pantalones son raros...

-¿Estos?- Dice levantándolos.- Los uso para trabajar.

-En serio de que trabajas exactamente.

-¿Sinceramente?

Asiento.

-Quizás prefieras no saberlo.- Dice seria.- No es algo de lo que me alegre, pero no tengo otra opción. Lo mejor para ti seria alejarte de mí, y lo que debería hacer si yo fuera inteligente seria alejarte de mí. Pero no tengo la fuerza para hacerlo.

-Me estas preocupando...

-No te preocupes.- Me da un beso en la frente.- ¿Qué te parece si te lo cuento esta noche?

-Vale.

En clase

-Así quee... ¿ahora Alessa tiene tu ropa?- Levanta una ceja mientras me mira.

-N-No preguntes.- Le digo a Vero que me mira demasiado fijamente.

-Está bien, no es que fuera a preguntarte intimidades ni nada.

-Vero, estoy viéndote suspirar por el reflejo de la cafetería.

-¡Mierda!

-¿Y? ¿Qué tal con Dani?

-Bueno...- Se encoje de hombros.- Lo que dice es verdad, los papeles del hospital lo demuestran, solo necesito un poco de tiempo para asimilarlo y arrancarle los pelos a esa zorra. Pero si, le he perdonado.

-Me alegro mucho Vero.- Le doy un abrazo.- Me alegro de verdad.

-Gracias Sara.

A la tarde

Las horas de clase han sido horriblemente aburridas, parecía que las horas no pasaban y cuando pensaba que tenía que estudiar todo eso para el examen me han dado menos ganas todavía... Necesito ir con Alessa. He hecho los deberes de hoy, y eso es todo lo que voy a tocar la mochila hoy. A demás tengo muchas ganas de saber que trabajo es el de Alessa. Espero hasta casi las tres de la mañana, le mando mensajes y la llamo, pero no responde a los mensajes y el teléfono no da señal. Me quedo dormida esperándola.

Al día siguiente no la veo en clase, Vero se ocupa de que no me entre un ataque nervioso pero sé que ella también está preocupada, a demás Max tampoco ha venido a clase. ¿Max no ha podido hacerle nada verdad? Intranquila y sin prestar atención en nada me voy a casa. Me meto a la cama y me quedo mirando el techo sin poder dormir. Oigo un ruido y veo como Alessa entra por la ventana. Tiene esos pantalones puestos y otra camiseta negra. Parece alerta, mira a todas partes por la ventana, mirando la calle a oscuras.

Cuando me fijo mas en ella veo que su camiseta tiene varios rasguños y esta rasgada. Su mano derecha tiene una venda y de su ceja baja algo oscura. ¿Es...? ¡¿Sangre?! Cuando deja de prestar atención a la ventana habla.

-Limpio.- Se gira y yo rápidamente cojo su cara y la acerco a la mía. Mierda, sí que es sangre.

-Vas a tener que explicarme esto.- Digo mientras voy silenciosamente por el botiquín de la casa. Miro el estado de la brecha, no es muy grande y no parece que necesite puntos.

-Lo siento.- Dice.- Hubo una emergencia y no podía arriesgarme a que supieran que tienes algo que ver conmigo.

-Solo explícamelo antes de que me de algo.- Digo mientras le quito la sangre y le desinfecto la herida.

-Empezare por el principio de todo.- Dice. Acabo de limpiarle laherida.- Mi padre maltrataba a mi madre.- Me paralizo. ¿Que?