-Empezare por el principio de todo.- Dice. Acabo de limpiarle la herida.- Mi padre maltrataba a mi madre.- Me paralizo.- A demás era un ludópata que se metía cada dos por tres en deudas que no podía pagar. En un intento de pagarlas prostituyo a mi madre, pero se paso con la droga y la mato.- Me mira mientras lo cuenta para ver mi reacción, yo estoy paralizada con un brazo en alto, escuchando.-Entonces decidió que yo era lo último que le quedaba y decidió vender mi virginidad. Recuerdo que me metió en la jaula del perro del vecino y me llevo a un lugar oscuro, unas manos me desnudaron y ataron las manos y los pies. Me inyectaron algo que me hacía perder las fuerzas y me sacaron a un escenario. L-La gente pujaba números cada vez más altos
Noto como su labio tiembla al contarlo. Bajo la mano t le cambio la venda de la mano.
-Me desperté en casa de un tío que no conocía de nada. Dijo que le había pagado mucho dinero a mi padre por mí así que iba a hacer lo que él dijera o habría consecuencias. Mi memoria esta algo confusa aquí, pero sé que ese hombre y amigo pelearon y el amigo lo acabo matando. Me llevo a una especie de laboratorios y allí me hicieron de todo. Miles de pruebas, dijeron que era un "sujeto especial", que era valiosa. A mí no me importaba, solo quería comer mi comida y dormir. Las pruebas eran cada vez peores.- Noto como tiembla.
-Había una sala.- Traga saliva.- Los que entraban allí volvían como zombies, las descargas eléctricas que les daban para ver como las soportaba su cerebro les freía las neuronas. Mark estaba allí. Le di un cacho de pan porque el suyo se le había caído, sin saber que su pedazo estaba envenenado con parálisis para llevarlo a aquella sala. Le salve ya cambio el me dijo que al día siguiente iban a llevarme a mí. No podía dejar que eso pasara así que cuando el hombre con el gas vino lo ataque y conseguí salir por el pasillo.
-¿Qué paso después?- Le agarra la mano.
-Sabia que me acabarían pillando así que recordé donde estaba la sala de mandos y tuve mucha suerte, todos había salido a buscarme. Libere a todos los niños que estaban allí y sin darme cuenta corte también la electricidad interrumpiendo los demás experimentos. Cuando me gire había un guardia con una pica eléctrica en la mano. De repente se giro y vi como Mark le había clavado una jeringuilla en la espalda, no tardo en caer paralizado.
Respira hondo.
-Había muchos niños corriendo, era la distracción perfecta, pro sabíamos que no duraría eternamente así que corrimos por los pasillos, algunos chicos sabían donde había alguna posible salida así que los seguimos. Mark, Erik y yo llegamos a las alcantarillas, a la mayoría de los niños los habían gaseado al intentar salir por las ventanas o conductos de ventilación. Nosotros tuvimos suerte, éramos los más delgados así que conseguimos pasar entre las verjas antes de que nos atraparan los perros. Estábamos en el siguiente bloque, en este bloque estaba la sala. Teníamos que correr unos treinta metros, pasar otras verjas y la cascada de fuera nos llevaría a la orilla. Antes de que diéramos un par de pasos llegaron los perros.
Acaricio su mano, no debe der fácil contarme lo que le ocurrió. Dios, ¿Cómo pueden existir lugares así? Es simplemente horrible, abominable y... siento mi mente bloqueada, solo puedo escucharla.
-Nos separaron. Al menos a mi me separaron de ellos, me metieron en una sala completamente blanca, me ataron las manos a unos postes y me dejaron sin comida días y días, el hambre me mataba y sentía la garganta agrietada y seca. Cuando me trajeron un plato de comida sabía que estaba envenenada, iban a freírme el cerebro. Así que no comí. Me golpearon y amenazaron, pero no comí. Entonces vino aquel doctor.
Su respiración se vuelve irregular y temo que le vaya a dar un ataque de pánico, se que al recordar momentos traumáticos las victimas "vuelven" a ese lugar, aprieto la mano de Alessa un poco para recordarle que estoy aquí y que no la voy a abandonar.
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¡Ámame como yo te amo!
RandomCuando tenia apenas 10 años una hermosa chica apareció en mi balcón seriamente herida, con marcas de combate y deshidratada. A la mañana siguiente de atenderla, desapareció. Mi nombre es Sara, tengo 17 años y... aun no puedo olvidar a esa pequeña...