8. La verdad, Ella y Él

7.8K 506 20
                                    


-¿Sara? - Dice ella a través del aparato.

No lo pienso dos veces y salgo corriendo hacia el bosque. Es demasiado. ¡Demasiado! Siento que mi cabeza va a estallar, necesito salir de aquí.

-¡Sara! -Oigo detrás de mí, noto en su voz la sorpresa. No se esperaba esta reacción.

Apenas he avanzado algo en el momento que ella me alcanza. Aun así estamos bastante alejadas del instituto.

-¿Fuiste tú?- Digo sin vacilar. Quiero saberlo, necesito saberlo. Necesito saber qué demonios está pasando.

-¿Qué?- Dice ella, su voz completamente calmada y pausada. No como la mía, que está completamente agitada por la carrera. Ella no parece afectada. Cometo el error de subir la vista, esta  frunciendo el ceño y sus ojos me miran fijamente, sin perder detalle. La curiosidad y la sorpresa se mezclan con el plata de sus ojos. - ¿Sara? - Repite ella. Se gira un momento como si hubiera oído algo.

-L-Los ladrones.- Digo con una voz rota, me doy cuenta de que estoy llorando. ¿Por qué lloro? Es una estupidez pero siento que realmente ya no puedo más. -¿Fuiste tú quien les...?

Ella suspira y me clava la vista sin vacilar.

-Sí. Lo hice yo.- Me mira sin perder detalle, acercándose cada vez mas. Sus ojos son aterradores, parecen distintos.

-¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso?

Ella sube la mirada a las hojas de las arboles y suelta un pequeño suspiro antes de contestar.

-Por... Jake.

-¿Jake? ¿Qué tiene que ver Jake con esto?- Digo por fin sin llorar, pero con la voz aun rota. Ella se acerca y me mira con dolor. No, no es dolor lo que hay en sus ojos, sino furia y... algo que no se interpretar.

-Ese...- Gira la cabeza para no decirlo.- En aquella pequeña pelea de niños que tuvimos al parecer herí su orgullo.- Sonríe de manera espeluznante.- Se le ocurrió que la mejor manera  para vengarse era mandando a unos ladrones a robar a tu casa y de paso a golpearte.

-Mientes...- Digo sintiéndome débil de repente, pero algo me dice que Jake es capaz de eso. Levanto la vista a ella con temor. Sus ojos muestran algo distinto. Me mira como si yo no fuera capaz de ver algo obvio. La intensidad con la que me mira me aturde, y siento la necesidad de apartar la vista de nuevo.

-Lo detuve. Tanto la agresión, como a Jake.

-Tú... ¿Tú lo dejaste en el hospital? Dios mío... - Me fallan las rodillas. Quizás por todo lo que está ocurriendo. Puede que sea también porque realmente no he estado comiendo demasiado bien, ni durmiendo bien. Ella me agarra antes de que toque la hierba.

-Lo siento. - Digo.- Demasiadas emociones en poco tiempo.

-Está bien, no importa.- Dice amablemente. Confundida levanto la vista, ella me devuelve una mirada preocupada. ¿Cómo es posible que Jake y Sam la teman tanto? Es decir, Jake y ella tuvieron una fuerte pelea, pero hoy en día eso es horriblemente común. Entonces ¿Por qué Sam parecía que suplicaba por su vida?

Suspiro, no entiendo nada. No entiendo porque Sam actuó así, no entiendo porque Jake quiso hacerme eso, no entiendo porque antes he salido corriendo y no entiendo porque mi corazón parece querer salir de mi pecho. Su mano, me quema en la cadera, donde me ha agarrado para que no golpeara el suelo.

-¿Mejor?- Dice con una suave voz que me aturde y me acaricia  la oreja. Estoy sentada contra un árbol y ella está frente a mí, apenas hay espacio que nos separe. Aun me tiene agarrada por la cadera y por alguna razón eso me está enloqueciendo en corazón, si no cuido mi respiración se va a volver frenética. Su voz me manda escalofríos por todo el cuerpo. 

De repente me doy cuenta de que ella está esperando mi respuesta, así que asiento con la cabeza y le respondo.

-Sí, y-ya estoy mejor.- Me alejo un poco, odiándome a cada centímetro que me alejo de su calor. Maldita sea, ¿por qué duele tanto?

-Me alegro.- Dice ella sonriéndome. No es la sonrisa que le ofreció a Max, ni la que trae todos los días a clase. Esta es una sonrisa diferente, sincera. Mientras yo estoy atontada, ella me pone un mechón detrás de la oreja y me acaricia con las yemas de los dedos mientras baja la mano. Siento algo intenso y como algo en mi interior tira de mí. Ella se acerca, sigilosamente. Cuidadosamente. Pidiéndome permiso. Cierro los ojos, desesperada y ansiosa por sentirlo. Mi respiración me delata.

Posa sus labios en mi frente, dándome un suave y delicado beso. Algo explota dentro de mí, dándome cuenta de la verdad. Dios mío... ¡Joder! ¡LA AMO! Desde aquel día en mi balcón la he amado, ¡no he dejado de pensar en ella desde aquel día! ¿Cómo he podido no darme cuenta de algo así? No puedo mentirme más, duele demasiado.

Ella se aleja de mí. Siento que es ahora o nunca.

-¿Estas... Estas saliendo con Max?

Ella rápidamente pone una cara agria.

-¿Qué? ¡No! ¿Max? Por favor... El es un buen amigo y todo eso pero ¿novio? No. - Me mira de repente. - ¿Porque lo preguntas?

-Por... Nada.- Digo sonrojándome. Me levanto para que no me vea.

-Sara.- Su voz es diferente, más seria y con un matiz un poco más oscuro. Cuando me doy cuenta mi espalda esta contra un árbol y Alessa esta frente a mí con un brazo a cada lado de mi cuerpo. Es más alta que yo. Las palabras se atascan en mi garganta.

-Te he estado observando.- ¿A mí? ¿Cuándo? No coincidimos en ninguna clase. - Siempre que se trata de sentimientos cambias de tema. Lo haces inconscientemente.  Y siento tener que forzarte pero necesito saberlo.

Sus ojos buscan mi mirada, es tan intensa... Hace rato que he dejado de controlar mi respiración y mi pulso sigue desbocado. Presiono las palmas de la mano  contra la corteza del árbol y cojo una gran bocanada de aire.

-¿Que sientes por mi Sara?

Me quedo en silencio, el aire no quiere salir de mis pulmones. Y las pocas palabras que se me ocurren no pueden pasar el nudo que se ha formado en mi garganta. 

-Yo... No sé. No lo sé. Lo siento, lo siento. - Digo sintiéndome cada vez peor. La amo, ¡se que la amo! Pero no... No puedo decirlo. ¿Acaso soy estúpida?

-Está bien. No pasa nada.- Dice acariciando suavemente mi cabeza. Ese tacto, solamente ese tacto es capaz de relajarme y a la vez alterarme. La miro a los ojos, a ese color plata tan brillante y puro como el reflejo de la luna. Una chispa de determinación brilla en sus ojos. - Esperare a que pongas orden a tus sentimientos. Pero, como no ha sido un "no", y para dejar claros mis sentimientos...

Se acerca a mi rápidamente, esta vez sin pedir permiso. Al principio sus suaves labios solamente rozan los míos enviándome descargas por todo el cuerpo. Le devuelvo el beso, pidiendo más. Bruscamente los apoya completamente, como si no pudiera esperar más, con deseo y ansia. Mi corazón late increíblemente rápido y por mi columna siento escalofríos mientras sube la adrenalina. Es algo que no había sentido nunca. Siento como mi vello se eriza cuando mueve sus labios contra los míos, mi respiración es un desastre.

Al principio dudo, pero al final subo mis manos a su cara, a la base de su cabeza y agarro suavemente sobre el nacimiento del pelo. Ella quita las manos de la corteza del árbol y las pone sobre mis hombros, va bajando suavemente sin dejar de tocarme, siento sus frías manos mientras desciende por mi cuerpo hasta que llega a mi cadera. A pesar de sus frías manos, siento como me arde la piel bajo su tacto. Desliza suavemente el pulgar y el índice bajo mi camiseta.

Solo quiero estar aquí, quedarme aquí para siempre. Con ella. Ya no me importa nada más. Le devuelvo el beso mientras me alzo un poco poniéndome de puntillas y de repente un ruido sordo me perfora los oídos. Abro los ojos sorprendida por el sonido, en ese momento me doy cuenta de que Alessa está arrodillada en el suelo tapándose los oídos con ambas manos. Su cara muestra una completa agonía.



¡Ámame como yo te amo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora