Una verdad descubierta

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El día siguiente Castiel, como prometió, fue a visitar a Leyla. Llevaba ,sin despertar, desde que había ingresado al hospital.  El se comenzaba a preocuparse mucho. Pues en su interior sabia que le atraía Leyla, pero no lo quería admitir. 

Camino por los pasillos del hospital con la cara echa un zombie a causa de la preocupación.  No lograba sacársela de la cabeza. Entró y la vió recostada en la camilla, estaba ligeramente pálida. Sus mechones rosados caían a los costados de sus hombros, su mano se posaba al costado de su cuerpo con las uñas de color negro. Sus brazos permanecían quietos, conectados a varios cables y en su frente una leve costura. se hallaba.

Se sentó en una silla que daba contra la cama de la joven, este le cogió la mano.

-Eres muy complicada tabla.- Suspiró. -Lo complicado me gusta.- Castiel apretóó su mandíbula y s entruería que Leyla despertase.

Narra Leyla:

-Mama, por favor no me vuelvas a dejar sola... Por favor, te lo suplico...¡Que no me dejes coño!- Rompí en llanto, me perturbaba tanto la muerte de mis padres. Lo recuerdo como si hubiese sido ayer, pero en realidad tan solo tenia 10 años.

Mi padre, un hombre dulce y tranquilo. Mi madre, una mujer generosa y cortés. Todo paso tan rápido... El incendio, las llamas, sus cuerpos y yo en un rincón llorando.

Me desperté sobresaltada pero aliviada de que solo había sido un sueño, mis padres murieron de verdad. Los que tengo ahora son solo adoptivos, los quiero pero me siento bastante incomoda con ellos.

Note un sensación rara, esta no era mi cama, ni mucho menos mi cuarto. Me gire y vi a Castiel recostado sobre mi regazo. Tomé un posición más erguida, levanté mi mano y acaricie el cabello rojizo de Castiel. Se sobresaltó.

-Hola.- Dije con una sonrisa. El solo me abrazó. -De acuerdo... ¿Que está sucediendo? ¿Donde esta la cámara oculta?.- Castiel frunció el ceño.

Entonces, todo lo que había pasado la noche anterior volvió a mi mente.

-Castiel, yo... Es una de las tantas cosas que no te quería contar apenas te conocí.- Me mire los dedos. -De todos modos gracias por, ya sabes, salvarme.- Su rostro se alivió. Le besé la mejilla.

-De acuerdo, veo que a despertado.- Se escuchó la voz de un viejo canoso. -Soy el doctor House, encargado de su caso. ¿Como se encuentra?-

-Muy bien.- Respondí con una sonrisa.

-Vale, le informaré un par de cosas pero necesito que se retire por favor.- Dijo dirigiéndose a Castiel, le hice un gesto para que  se fuera, el asintió.

Una vez el fuera el doctor me contó todo, me cosieron un tajo que tenía en mi frente, que aplicaron cirugía, también tenía varios hematomas pero con una crema se me irían a la semana y me harían pruebas; pero mañana podría volver a casa. 

-Deberá tener mas cuidado la próxima vez, tuvo mucha suerte. Viendo su historial medico, espero que esto no se lo haya buscado- permanecí callada. House me miro. -Trato con adolescentes como usted todos los días como para saber que aquello se lo a buscado solita, solo tenga cuidado la próxima vez, o de lo contrario si solo quiere terminar muerta que su novio no la siga. Si no hubiese sido por el usted tal vez nunca hubiese llegado aquí, y menos viva- Estaba dispuesta a abrir la boca y decirle de todo. Pero como por costumbre me lo trague, solo me limite a fulminarlo con la mirada. 

-Cariño, ¿Como te encuentras?, estábamos muy preocupados por ti- se escucho desde la esquina de la habitación, Priscila se acerco a mi rápidamente junto a su esposo. 

-Estoy bien mama.- Ladeé la cabeza.

-¿Como se te ocurre darnos este tipos de sustos?- me estrecho entre sus brazos. -Hija mía, nos asustaste demasiado, pensamos que habías rec..- cerró su boca repentinamente. La mire de reojo. 

-¿Que había que?- pregunte cautelosa. 

-Cariño lo que tu madre intenta decir es que...- Elyas suspiró- Que habías recaído...- Reí sarcásticamente. 

-Que par de estupidos sois vosotros...- les mire fulminante.







"Tu Y Yo Por Siempre"  [Castiel&Tu] C.d.m |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora