Disculpas:

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El día llego. Me levante de la cama al escuchar como sonaba mi alarma, realmente sentía un ansiedad por poder hablar con Castiel, pero al mismo tiempo una inmensa tristeza por no comprender nada de lo que sucedió. No tenía muy en claro que le diría, pero aun así debería hablar, porque, ya es hora de admitirlo.

Fui directo a mi guardarropas en busca de unos shorts rasgados, unas calzas negras, mi viejo jersey gris con un 46 en letras mayúsculas grande y unas botas. Me mire unas doce veces antes de salir. Baje, salude a mis padres y salí al Instituto apresurada, pero para mi sorpresa no había nadie dentro. Aproveché a sentarme en una de las bancas. Recargue mi cuerpo sobre el asiento blanco y traté de dormitar un poco. Al instante sentí una mano posada en mi hombro, abrí mis ojos de par en par encontrándome con el rostro de Nathaniel

-Ey Leyla, ¿Estás bien?-

-Si- suspiré, Nath se disponía a irse pero lo detuve- Nath, se que no tuvimos un buen comienzo pero... me gustaría darte mis disculpas- dije algo nerviosa, nunca se me dieron muy bien las disculpas.

-Tranquila, lo se, yo también me comporté como un imbecil entrometido- reí

-Ambos fuimos unos completos idiotas al reaccionar de esa manera, ¿me disculpas por haberme hecho la princesita?-

-Mmm... Si- lo abracé y le conté  el rollo de mi plan con Castiel. Me aconsejo que se lo dijera en un lugar tranquilo como al biblioteca o el jardín, pero también me advirtió que siempre fue un gilipollas.

-En cualquier caso es un idiota, y si hace falta no dudes en venir a buscarme- dijo con su tono mas malote que pudo.

-Espera, no te pases ¿eh?-

-Vale, vale-

Seguimos platicando un rato más hasta que comenzaron a entrar los demás estudiantes, me despedí de Nathaniel y busqué a Castiel con la mirada pero no lo hallé. La idea de ver a Castiel con otra me enfermaba, tenia mis sospechas de aquello pero... no lo podía comprobar. Sonó la campana que indicaba la prima clase. Me di por vencida, así que decidí buscar mis libros del casillero e ir a la clase de ciencias. 

-¡Hola Leyla!- saludo Kentin

-¡Hola!- lo abrace, en estos momentos es reconfortante unos brazos en los cuales pasar un buen rato. 

-¿Te quieres sentar? creo que Alexy se salteará la clase de ciencias. -Sentí con una sonrisa. -¿Como llevas el tema de rehabilitación?-

-¡Como un guante!- bromee

La clase de Delanay por lo general es algo entretenida cuando se trata de hacer experimentos, siempre y cuando no exploten. Pero para mi suerte hoy tocaba teoría de no se que. No presté demasiada atencion a la clase, pes mi cabeza tenia mejores asuntos; Castiel.

Sonó la campana que marcaba el primer Break, cuando salí lo vi en una esquina, recargado contra un árbol, lo habitual. Corrí hacia el:

-¡Castiel!, por fin te encuentro, por favor escúchame, no es lo que tu crees-

-¿Lo que yo creo?, vale, pues lo que yo creo es que primero te vi con mi mejor amigo y luego con el estúpido delegaducho-

-¿Qué?- luego me acordé a la mañana cuando abracé a Nathaniel

-Castiel si me dejaras explicarte entenderías, yo...-

-Creo que ya he visto suficiente por estos días.-

-Si tan solo no vieras tanto y escuchases mas-

-¡Te eh dicho que pares!- dijo elevando el tono de voz

-¡Escúchame maldita sea!- lo tome del brazo pero me empujo hacia atrás. No lo pude creer, mis ojos se cristalizaron. Me había empujado, nunca pensé que lo hubiese hecho, pero Nathaniel tenía razón. Salí corriendo hacia los vestuarios, en los cuales me coloqué en una esquina para tratar de tranquilizarme.

Escuche unos pasos caminar hacia mi levanté la mirada para encontrarme con Lysandro, lo mire, y creo que no puedo evitar ver mi decepcionado rostro sin tener el impulso de abrazarme. 

-Tranquila, estaré aquí contigo- 

Luego de un rato, me limpie las lagrimas y le conté absolutamente todo a Lysandro. Trato de tranquilizarme diciendo que no valdría la pena seguir con todo esto, que esperara a que se calmara. ¡Pero no!, no perderé a alguien más. Me niego y es por esa sencilla razón que tengo un plan.

Al final de clases salí persiguiendo a Castiel, discretamente, hasta su casa. Mi idea seria ver donde vive e ir a hablarle al atardecer. Al parecer vivía en un apartamento, por lo que pude ver del ascensor en el piso 5 apartamento C. ¡Madre mía!, ¡me estoy volviendo una Yandere!. Llegué a mi casa y me recosté en el sofá esperando la maldita hora.

Me encontraba frente a la puerta del departamento, escuchaba ruidos extraños detrás de esa puerta. Mi curiosidad fue mas allá de mis pensamientos, a tal punto de dominar mi mente e impulsarme a abrir la maldita puerta.

Pero...

Nunca tuve que haberlo hecho, nunca tuve que haber abierto esa maldita puerta.  Simplemente no podía borrar la horrorosa imagen de Castiel desnudo sobre una morena a la cual conocía a la perfección. Mis ojos comenzaron a cristalizarse al tiempo que la vista la encontraba algo nublada. No podía pensar con claridad, solo podía sentir como mi corazón comenzaba a partirse en mas de mil pedazos

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"Tu Y Yo Por Siempre"  [Castiel&Tu] C.d.m |Editando|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora