Cap 28. Las novias perdidas.✨

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                                  Arnau Marín en multimedia.
Jesús.
Me dirijo cantando hacia la cabaña de Alba, y por el camino me encuentro a Arnau que anda preocupado:
-Hey, ¿Qué te pasa Tío?
-Es que no encuentro a Anabel en su cabaña -Se rasca la nuca- Oye, ¿Y tú adónde vas a estas horas? -Me mira extrañado.
-Me parece a mí que a lo mismo que tú -Vacilo.
-Pues Alba tampoco está en la cabaña, así que...
Yo me quedo paralizado un momento intentando recordar si habíamos quedado en la cabaña o no. Sí, sí que habíamos quedado en su cabaña, porque decía que Anabel y Arnau se iban.
-No sabes dónde está, ¿Verdad? -Le pregunto.
-La verdad es que no, llámala a ver porque yo me he dejado el móvil cargando. -Me dice.
Cojo mi móvil y llamo a Alba primero.
Uno, dos, tres toques... Nada. No hay respuesta.
-Pues llama a Anabel a ver si están juntas -Me aconseja.
Marcó el número de Anabel y cuando llevaba ya varios toques, me salta el contestador.
-¿Dónde se habrán metido? -Pregunto mosqueado.
-Si no lo sabes tú, yo menos -Responde sarcástico.
María.
Me despierto porque una suave pero molesta mano me está agitando para que me despierte.
Quién habrá sido el/la valiente que ha osado a despertar a María antes de las doce del mediodía.
-María, vamos, despierta que son las once -Me ordena la enfermera.
Jum, con que es la enfermera... Baia baia, eso no me lo esperaba. Creí que era Dani.
Dani... Recordé la noche anterior y de sólo recordarla me puse roja y me dieron escalofríos en la espalda.
Dejé de pensar en mis cosas y miré a la enfermera, que me observaba atentamente.
-Como si son las tres, yo de aquí no me puedo levantar. -Me escondo tras la almohada.
-Venga vamos, que necesitas tomarte el jarabe -Insiste la enfermera.
-¡Pero eso es asqueroso! Deberían dejar de vender ese producto por envenenamiento -Me indigno.
Sí, la verdad es que me indigno muy fácilmente, pero bueno qué se le va a hacer si la culpa la tiene el apestoso jarabe, no yo.
-María ¿Te quieres levantar de una maldita vez? -Esta vez lo dice en tono algo enfadado.
-Puffff -Resoplo.
Me inclino en la camilla y ella coge la cuchara y me la mete en la boca rápidamente, sin que me tiempo a rechistar.
-¡Eh! -Digo con el líquido en la boca- ¡Ni siquiera me había dado tiempo a abrir mi preciada mandíbula! -Ironizo.
Bueno, la verdad es que no era del todo ironía. Me encanta comer pero sólo de la comida que me gusta (No malpenséis, guarrillas)
-Trágate ya el líquido, anda -Ríe.
Yo también me río y acabamos las dos riéndonos. Al final me iba a acabar haciendo amiga de la enfermera. Punto para María, babyss💁
-¿Cuándo podré salir de este espantoso lugar? -Pregunto mientras me vuelvo a acostar en la camilla- Si ya me encuentro perfectamente- Resoplo.
-Tranquila, que en unas pocas horas podrás salir de aquí -Me responde en tono tranquilizante- Y hoy, como es el último día, te dejo que comas un trozo de chocolate.
-¡¡¡CHO-CO-LA-TEEEEEE!!!! -Exclamo con los ojos fuera de las órbitas.
La enfermera se va, y vuelve al rato con una tableta de chocolate con leche.
-Toma. Pero no comas muy rápido que te sienta mal.
Tarde -Pienso.
-¡EL PODER ES MÍO, SORRAS! -Digo pegando un salto y cogiendo la tableta.
Arnau.
No sé dónde se han metido.
Jesús y yo las hemos buscado por todo el campamento, pero no hay ni rateo de ellas.
Esto me empieza a preocupar, y creo que Jesús me lo nota porque me mira y me dice:
-Arnau tío no te preocupes, seguramente estarán bien -Me dice intentando tranquilizarme.
-No, no, si yo estoy tranquilo -Digo intentando parecer fuerte- Es sólo que estoy muy cansado porque es demasiado temprano para mí.
Jesús me mira extrañado y asiente.
Vaya Arnau, la has cagado. Intentando hacerte el fuerte delante de un amigo ¿eh? Vaya imbécil -Me dice mi conciencia.
Pero una parte de mi me dice que tenemos que encontrar a Alba y a Anabel cuanto antes.

El campamento de verano✨ {GEMELIERS}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora