El campamento de verano✨ {GEMELIERS}

Cap. 42

Dani.
Me encuentro en mi habitación, junto el pesado de mi hermano que no hace más que dar por culo hablando de lo maravillosa que es Alba.
-¿Te quieres callar ya, pesado? -Le suspiro rodando los ojos cansado.
Él me mira con cara de pocos amigos y se da la vuelta quedando de espaldas a mi.
-No te importa, ¿Verdad? -Pregunta molesto.
-¿Qué debería importarme? Ya sé lo increíble que es tu novia, pero yo estoy genial con la mía -Le contesto cortante.
-No es eso -Se toca el pelo cansado- Es sobre nuestras relaciones en general. ¿Qué va a pasar después? -Su voz suena cortada, como si tuviera ganas de llorar.
Yo suspiro. Tiene razón. Nosotros nos iremos de gira y estaremos liados con la discográfica mientras mi chica está a miles de kilómetros de mi.
-No sé. No me preguntes más por eso -Le pido un poco enfadado.
Lo único que quiero hacer ahora mismo es evitarlo. Disfrutar cada momento y punto. Sin mirar el futuro.
-Dani es que eres tonto -Me insulta.
-¿Y ahora qué he hecho, aparte de haber nacido? -Ruedo los ojos molesto, ya que insultarnos entre nosotros es algo normal, pero lo hacemos sin malos rollos.
-¿No te das cuenta? Te vas a volver a liar con tu amiga Blanca, siempre te pasa lo mismo. -Me culpa Jesús.
Y ya tiene que volver a sacar el temita.
Le pego un puñetazo a la cama y lo miro enfadado.
-¿Crees que no me importa? ¿Crees que eres el único que quiere a su novia? No, Jesús no. María me gusta mucho. ¿Qué narices? ¡La quiero! ¡Estoy enamorado de ella! -Las palabras salen de mi boca sin que me dé cuenta, por lo que Jesús me mira sonriente.
-Eso necesitaba escuchar.
      
Unas horas más tarde.
Calum y Emma se están liando en la habitación de éste.
Si, como lo oís.
Es la primera vez del chico y ha venido a pedirme condones y consejos.
-Tú relájate y no vayas muy deprisa -Le digo intentando tranquilizarlo.
-¿Y si no le gusta como lo hago? ¿Y si le hago daño? -Empieza a preguntar nervioso.
Yo suspiro.
-Si es su primera vez, seguramente le harás un poco de daño pero ES NORMAL. Y obviamente, si te quiere le gustará como lo haces -Le aconsejo.
El sonríe un poco más calmado.
-Gracias tío, no sé que haría sin ti -Me agradece.
En ese instante, tocan al timbre.
-¿Todo preparado? -Le pregunto, a lo que él asiente- ¡Pues a por todas chaval! -Le digo dándole palmaditas en la espalda.
Yo me voy a mi habitación y veo a Jesús hablando por teléfono con Alba, parece ser que están diciendo algo de Arnau.
-¿Y bien? -Le pregunto cuando termina de hablar.
-Voy a convencer a Arnau para que vaya a cenar con Anabel -Me explica.
-Vale.
Llama a Arnau y a los pocos minutos ya lo ha convencido. Tiene mucha labia.
Así qué aprovecho para decirle que convezca a María para que venga un rato a la cabaña.
-Dile que tengo condones -Me río imaginándome su cara al leer el mensaje.
Pero el que se ríe es Jesús.
-Tío es la puta ama -Se  descojona mientras me enseña la conversación.
En ella aparece lo siguiente:
(Están hablando desde el móvil de Dani)
Yo:
Tengo condones😏
Guapetona😍😍
Pues ínflalos y pínchalos.
Yo:
Por qué?
Guapetona😍😍
Porque es lo único que vas a pinchar esta noche.

Miro a Jesús que está mordiéndose el labio inferior para no soltar una carcajada, y al ver mi cara de molesto empieza a reírse como un loco.
-Yo no sé como lo hace pero siempre me deja cortado. Y mira que es difícil -Suspiro algo orgulloso.
-Bah, da igual. Si en realidad seguro que lo está deseando -Intenta relajarme Jesús, que aún hace esfuerzos por no reírse.
-¿Sabes qué? Qué si no viene ella voy yo -Dicho esto, salgo de la habitación para dirigirme a su cabaña.
-¡Eso hermano! ¡A por todas! -Oigo gritar a Jesús desde el balcón.
Unos minutos más tarde
Llamo a la puerta de la cabaña de María, y me abre Alba sonriente.
-Está en el salón -Me chiva- Yo ya me voy, pasarlo bien -Sonríe pícara.
-Gracias -Le susurro en el mismo tono.
Voy sigiloso hasta el salón, encontrándome a María con un pijama algo corto para mi salud y de espaldas a donde estoy yo.
-Hola, Dani -Sonríe dándose la vuelta - ¿Has hecho lo que te dije? -Me sonríe pilla.
-No. Ya te tengo a ti para eso -Susurro agarrándola por la cintura.
Ella no se aparta, pero tampoco me sigue el juego.
-Que sepas que mi hermano se ha estado descojonando de lo que me has dicho toda la tarde