Mi nombre es María Guerrero ; No soy nadie especial, tan sólo una chica sencilla de 15 años que quiere disfrutar al máximo del verano que le espera en un campamento de verano. Pero, cada persona, por muy corriente que sea tiene una historia que con...
Cerré el diario. ¿Y ya está? ¿Así acababa? No. Imposible. Algo más tendría que pasar... Bajé por la barandilla como siempre lo hacía cada vez que subía al desván, y me dirigí al sillón donde mi abuela dormitaba. -CHST, CHST ¡ABUELA! -La llamé intentando despertarla. Ella pegó un brinco, visiblemente sobresaltada, y miró hacia los lados. -¿Qué pasa Martina? -Preguntó colocándose las gafas. -He encontrado esto en el desván -Le tendí el diario y ella lo miró con añoranza. -Así que lo has encontrado -Susurró pasando los dedos por el lomo. -Sí. -Y... Quieres que te cuente el final, ¿No es cierto? -Adivinó. -Ajá -Asentí intrigada. -Vamos a ver... Por dónde empiezo...
FLASHBACK
María quedó destrozada después de la apresurada marcha de su amado, lo que era normal en este caso. Aquella última mañana de campamento, se despidió muy tristemente de su compañera y, mejor amiga Emma.
-Bueno, Emma daros un abrazo de despedida. -indicó la madre de ésta.
-¿Cómo que un abrazo? Con un abrazo no puedo agradecerle...
-Pff, si es que joder, dos despedidas en el mismo día pues es demasiado. -dijo pegándole un abrazo de esos que parece que te van a partir el cuello.
-Que sepas que nunca perderemos el contacto. NUNCA. ¿Me oyes? Que porque tú estés en Mallorca no significa que no podamos volver a vernos.
-¿Vendrás a visitarme?
-Por supuesto, y me llevare a dos gemelos sevillanos mu' salaos.
-Sí, y montaremos una fiesta de la ostia todos juntos. Imagínatelo por un segundo.
-¡María! ¡Nos vamos! -indicó su madre.
-Voyyy -grita esta.
-Que te quiero. Adiós. Y recuerda, nunca te des por vencida. -dijo María propinándole el último abrazo.
María recorrió con su madre el trayecto hasta el aparcamiento, donde se encontró con Alba y Anabel.
-¡CHICAS! -Alzó la voz provocando que ellas se giraran. Cuando éstas vieron a María corrieron hacia ella y se fundieron en un abrazo.
-¿Os vais ya? -Preguntó María conmovida. Ellas dos asintieron.
-María, Dani y Jesús... -Intentó contar Alba.
-Lo sé -Suspiró María conteniendo las lágrimas.
Ella no dijo nada, simplemente la abrazó.
Al segundo, vino Arnau corriendo.
-Anabel, te quiero muchísimo -Dijo agotado- No te olvidaré.
Ésta se quedó petrificada y le dió un gran beso en los labios.
-Mi vuelo sale a las cinco desde Málaga capital... Si queréis pasaros... Os lo agradecería -Explicó cabizbajo.
Las tres se miraron y asintieron.
17:00 María, Alba y Anabel se encuentran en el aeropuerto junto a Arnau.
-Se informa a los viajeros con el destino a Londres que deben acudir a las puertas en tres minutos. Gracias por su atención. -Informó la voz de la azafata.
Llegó el momento. Arnau le dió un abrazo a Alba, otro a María y cuando llegó el turno de Anabel, simplemente la besó.
Pero no fue un beso normal. La cogió y la volcó un poco hacia el lado, como si fuera una princesa.
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-Adiós - Se despidió entre lágrimas.
Las tres se le quedaron mirando con añoranza.
-¿Y ahora, qué? -La voz de Anabel se quebró un instante- Me han quitado una parte de mi.
Alba y María la miraron con tristeza. Ellas más que nadie entendían perfectamente lo que le pasaba.
Se dirigieron a paso lento hacia la salida del aeropuerto, y divisaron a sus respectivas madres esperándolas.
Pero de repente, algo sucedió.
Escucharon una voz que provenía de alguien familiar.
-¡ESPERAD! -Arnau se dirigió corriendo hacia donde se encontraban las chicas- Me quedo.
24 de Diciembre de 2065
Mi abuela cerró el diario y vi que le caían lágrimas.
-¿Estás bien? -Le pregunté preocupada.
Ella simplemente sonrió.
En ese instante, llamaron a la puerta.
-Voy yo.
Al abrir la puerta, me encontré con mi abuelo Daniel.
-¡Mi nieta preferida! -Exclamó elevándome en sus fuertes brazos, a pesar de su edad.
Yo le correspondí el abrazo.
-Estábamos leyendo el diario.
Él sonrió melancólicamente.
-Vayamos adentro, ya mismo llegarán los demás invitados y tus padres.
Un rato después, empezó a llegar la gente, entre ellos mis padres.
-He leído el diario de la abuela -Les expliqué - Pero aún no sé que pasó hasta llegar adónde estamos.
-Bueno, luego llegará el tío abuelo Jesús y Alba, les puedes preguntar a ellos.
Yo asentí.
La pareja llegó acompañada de otros ancianos.
-Abuela, ¿Quienes son esos? -Le susurré
-Ellos son Anabel y Arnau.
-¿De verdad? -Pregunté asombrada.
Ella asintió conmovida.
Arnau y Anabel traían también a sus nietos, que tendrían más o menos mi edad.
Uno de ellos era muy guapo.
-Martina, ven -Me dijo mi tío abuelo Jesús.
Yo me acerqué y me susurró algo que me hizo reír.
-¿Cuándo contaréis lo que pasó después ?
Él me sonrió, y llamó a su gemelo, mi abuelo Dani.
-Yo soy Jesús.
-Y yo soy Dani.
-Y somos Gemeliers.
Ellos se miraron con añoranza y sonrieron.
-Bueno, hay más historia pero eso lo dejaremos para otro día.
