Capitulo 11

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-He dicho que me sueltes –dije forcejeando con la tela del sueter, donde Harry me tenía agarrada.

-Y yo he dicho que te calles y vengas conmigo –dice tajante.

-Vete a la mierda –masculle logrando apartarme una distancia considerable.

Seguía sin creer que me había sacado del hospital con la chapuza de que era mi hermano mayor. He increíblemente aun, que nadie lo hubiese detenido, inclusive cuando proteste.

El coche de Harry se encontraba aparcado en la cera del frente, de ninguna manera iba a entrar ahí con él, no hasta que me explicara que mierda estaba sucediendo. Pase de largo el coche y seguí caminando derecho, mi corazón bombeaba cada vez más deprisa, los pasos a mi espalda aumentaron la velocidad. El sonido de nuestras pisadas sobre el adoquín me ponía de nervios.

Una mano se aferró con fuerza sobre mi antebrazo y tuve que frenar de golpe. Gire solo para encararme con un Harry enfadado, con la vena de la frente saltada y palpitante.

-Lena, he dicho que te voy a llevar yo, y puede ser tanto por las buenas como por las malas. Igual da. –hablo con voz seca.

-Hasta que me expliques que demonios está pasando, lo último que quiero es estar cerca de ti. -dije pausadamente mientras lo miraba fijo, su expresión parecía dolida- Eres tú el que me ha hecho esto, no sé cómo o que es exactamente, pero lo sé. Y quiero saber por qué... -trague saliva- ¿por qué yo?

Clavó la vista en el cielo que empezaba a oscurecer, frunciendo el entrecejo. No esperaba recibir alguna respuesta de su parte, pero de igual forma espere. Después de lo que parecieron un par de minutos, me cruce de brazos y di media vuelta decidida a buscar quien me llevase de vuelta al pueblo.

–Es verdad –dijo Harry detrás mío. Me detuve, y fue como si todo a mí alrededor lo hiciera también. –Lo he hecho yo.

Me giré para poder mirarle. Aturdida, no supe qué decir, solo me quede ahí parada. Por alguna razón sabía que todo se debía a él, pero escucharlo en voz alta, de sus propias palabras... se sentía como si me hubiesen quitado la respiración de un golpe.

–Las cosas podían haber sido diferentes –dijo con cierto aire ausente, como si hablase más para sí mismo que para mí.

Mientras tanto, algo en mi estómago crecía cada vez más, un nudo que se me había instalado desde que desperté en el hospital. Una sensación de pánico. La mano izquierda me había comenzado a temblar de nuevo, abrí y cerré el puño un par de veces, hasta que el espasmo desapareció.

-Harry –hable en voz baja y temblorosa, pero logrando captar su atención-. ¿Qué me has hecho?

Las manos de Harry estaban hechas puño a ambos costados. De la nada, se dirigió hacia el árbol más cercano y comenzó a golpearlo, entre abrí la boca, totalmente confundida. Sus puños iban y venían en rápidos movimientos, golpeando la corteza rasposa del árbol. Gotas de sangre empezaron a esparcirse por todo el suelo y en el lugar donde depositaba los golpes. Sus puños se tiñeron por completo de rojo.

Mire alrededor aterrorizada y note que un par de personas estaban prestando atención a la escena, una mujer que se encontraba un par de casas más adelante tecleaba su celular con rapidez, lo más probable es que llamase a la policía.

-Harry, ¿qué diablos crees que haces? –grite, éste siguió golpeando el tronco sin inmutarse–. Joder, tienes que parar ya –mi voz salió entrecortada por la desesperación, necesitaba que se controlara- En cualquier momento vendrá la policía, estas asustando a las personas. –Levanté la voz aún más–: Me estas asustando a mí.

Sus golpes cesaron, podía escuchar su respiración acelerada. Me acerqué a él, aunque todo en mi decía que hiciera lo contrario, que era mi momento para salir corriendo. Alargue la mano para tocar su hombro, pero se movió y en su lugar él me agarro de la muñeca.

Di un respingo, el movimiento me tomo por sorpresa.

Me subió la manga del sueter con lentitud, dejando expuestas las marcas, parecía que estaba estudiándolas. Instintivamente tire de la tela para cubrirlas, temiendo que alguien más pudiese verlas.

-¿Estás loco? –sisee por lo bajo, mirando a todos lados. No podía ni imaginar la reacción que tendrían las personas al ver algo así.

-Tranquila, nadie aquí puede verlas. –dijo Harry- Excepto tú y yo, claro.

Negué con la cabeza, sin acabar de comprender.

-¿De qué estás hablando? –pregunte-. ¿Cómo que nadie puede verlas?

Cerró los ojos y soltó un suspiro con pesadez antes de hablar. –Para los humanos, lo esencial es invisible a los ojos. –dijo en voz baja, citando aquel libro infantil que ya conocía.

«Humanos» había dicho. Tragué saliva y contemplé su cara, serena, totalmente diferente a hace apenas unos minutos, mientras daba de golpes contra aquel árbol. Si nadie más podía ver las marcas, eso explicaba porque en el hospital no las habían notado, tenía sentido aunque seguía sin responder a mi pregunta.

Cuando por fin abrió los ojos, estos habían adquirido un tono más oscuro, me miraban fijo, aguardando por una respuesta. Necesité bastante tiempo para que saliera algo de mi boca.

-¿Acaso buscas hacerme daño? –esta vez mi voz no vaciló, al contrario, fue bastante directa.

Clavó en mí una mirada de sorpresa, claramente no se esperaba la pregunta. Luego, una sonrisa gigante hizo acto de presencia. Noté algunos retorcijones pinchando mi estómago, mis manos se pusieron sudorosas.

-Al contrario, cariño, lo que menos quiero es que te pase algo –sus ojos chispearon al decir eso, sus labios volvieron a formar una línea-. Ven conmigo, no quiero que termines subiéndote al coche de cualquier extraño en mitad de la noche.

Pero si tú eres un completo extraño, pensé. Harry me miro alzando una ceja, enseguida desvié la mirada, ¿acaso había dicho aquello en voz alta? No sabía qué podía llegar a ser peor: ir sola en medio de la noche o ir con Harry. Me lo pensé un momento, pero terminé desechando esa idea. No podía ir caminando tan lejos con la pierna aun lastimada, era una locura. Suspire, mirando por última vez el lugar, y al final me limite a subir al coche, estaba cansada de pelear.

Dark Soul »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora