Capitulo 1.

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Mi nombre es Lena Martín.

Tengo 17 años -casi 18- y curso último año de bachiller.

No tengo ni puñetera idea de qué estudiaré o qué será de mi vida después de eso.

Me queda menos de un año para decidir. Seguro me quedare calva por el estrés y la presión de mi familia con el tema.

Y ya no sé qué mierda escribir.

.....

Tachó esa última línea con el bolígrafo negro hasta que la hoja del cuaderno casi se rompe. Suelto un suspiro exasperado y cierro el diario con cansancio.

Ruedo sobre la cama y me estiro, todavía con sueño. Todo esto de escribir en un estúpido diario había sido idea de mi mejor amiga, Hannah. Aunque años atrás podía llenar los cuadernos con miles de estupideces sobre mi día, ahora que lo vuelvo a intentar no me sale nada. No tengo nada para escribir. Quizá simplemente mi vida se volvió aburrida y si no tengo nada bueno que contar, prefiero no escribir nada. Además, recuerdo que cuando solía escribir, un chico de mi clase había robado uno de mis diarios y lo había leído frente a todo el mundo hasta que yo había salido corriendo de ahí entre sollozos. Ahora que lo pienso, no había vuelto a escribir desde entonces.

Unos golpes en la puerta hacen que salga de mi ensimismamiento.

―¿Sí? ―pregunto. Mi voz sale ronca, pues es la primera vez que hablo desde que he despertado esta mañana.

―Es la policía ―dice Hannah intentando hacer voz varonil, me recuerda a Gastón de la bella y la bestia. ―Si no abre inmediatamente voy a tirar la puerta.

Suelto una risa y miró el reloj de mi mesa. Son las 10:00. Vaya, me quedé dormida bastante más de lo habitual. Hannah y yo habíamos quedado en ir al centro comercial de la plaza, hoy es el primer día de vacaciones de verano.

―Un segundo señor oficial -grité a Hannah. Escuché su risa del otro lado de la puerta y unos pasos que regresaban a la sala. Me levanté de la cama, hice una coleta en mi cabello y me puse rápidamente unos jeans y mis tenis de diario. No tenía tiempo para más, aparte son vacaciones, mi lema es 'nadie se arregla en vacaciones' y no lo pienso romper ni hoy ni nunca.

Antes de salir del cuarto, regreso a la cama y abro el diario en la primera y única página escrita hasta ahora. Y borró mi nombre hasta que sólo queda un manchón negro e irregular. Por si las dudas, me digo a mi misma.



~*~



Despido a Hannah con la mano y arranca el carro hasta que lo veo perderse al dar vuelta en la siguiente calle. Avanzo a la entrada de mi casa y después de encontrar la llave de la puerta, entro y veo a mis padres en el sillón de la sala.

Están esperándome, o al menos parece que esperan a alguien, y ya que soy hija única asumo que me esperan a mí. Que estúpida soy, pienso ante esto último. Dejo mi bolsa sobre el escritorio del pasillo y entro a la sala, sentándose frente al sillón. Ambos me miran detenidamente y luego se miran entre ellos. Dios, si no me dicen pronto lo que tengan que decirme me va a dar algo.

Hago como que veo la tv un buen rato, hay una película animada llamada El cadáver de la novia, creo que es de Tim Burton por lo macabro y creepy que resulta la animación.

―Lena, tenemos que contarte algo. ―Habla mi madre al fin. Su tono no es serio, o al menos no tanto, así que descarto divorcio de la lista de posibles cosas que podrían decirme mis padres.

―¿Sobre... qué? ―digo, curiosa.

―Lena, son vacaciones de verano, sabes que son muy largas... ―Habla ahora mi padre. Asiento. Las vacaciones de verano duran casi un mes, incluso más. Mi padre mira a mi madre y le sonríe antes de girarse y volver a hablar―: Tu madre y yo tenemos mucho sin hacer algo, y... hemos decidido salir estas vacaciones.

Uffff. Pensé que me pedirían buscar trabajo o hacer algo de provecho en vacaciones. Espera. Qué. ―Vaya, ¿vacaciones a dónde? ―digo, alzando una ceja― ¿Cuánto tiempo nos iremos?

Mi padre se queda sin saber qué responder y es ahí cuando me doy cuenta de que no planean llevarme. Qué tonta, por supuesto que no me llevarán si quieren pasar tiempo a solas.

―Ohhh... ya. ―me aclaro la garganta, aminorando el repentino silencio que se formó― ¿Cuánto tiempo estarán fuera?

―Todo el mes. ―responde mi padre y hace una pausa esperando mi reacción, luego prosigue―: Sabes, tu madre y yo nunca tuvimos un viaje después de que nos casamos, y habíamos pensado hacerlo ahora. Iremos a un crucero. El crucero por supuesto no dura un mes, pero tenemos planeado ir a otros lugares también.

―Es genial. Me alegro por ustedes. ―Y lo digo honestamente, mis padres nunca salen de casa, se lo merecen.― ¿Me dejarán dinero para la casa mientras vuelven?

―Sobre eso queríamos hablar...

Frunzo el ceño sin lograr entender qué es lo que tenemos que hablar exactamente. Mis padres se miran entre ellos un momento antes de hablar nuevamente y sé que nada bueno vendrá después de esa mirada.

Dark Soul »h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora