LEN
—...como saben, es costumbre en esta institución, como especie de integración, que los nuevos alumnos canten una canción representante de los sentimientos que provocan este gran paso en sus vidas. ¡Adelante, muchachos!
I can hold my breath, I can bite my tongue, I can stay awake for days, If that's what you want, Be your number one...
Mi cuerpo se eriza al escuchar su suave voz inundar mis oídos. Mis ojos exploran con ternura el tesoro de su cuerpo. Quién diría que un pedazo de mi corazón ha crecido tanto a tan enorme distancia de mí. El espectáculo de sus sonrosados labios moldeándose a las palabras de la canción, acelera mis respiración. Si supiera el tormento que es mi mente desde el día de su partida...ella no me creería.
I can fake a smile, I can force a laugh, I can dance and play the part, If that's what you ask, Give you all I am...
Cuando sus pequeñas manos toman el micrófono, ese momento exacto donde su voz resuena con más claridad que nunca, recuerdo. Recuerdo la primera vez donde entrelazamos nuestras manos en una tonta promesa. Río internamente con ganas. Ahora que lo pienso, nunca debí prometerle que mi cabello estaría a su disposición cuando ella lo quisiera. La imagen de un pequeño rubio de doce años con el cabello en forma de champiñón aún me avergüenza. Mierda, como la he extrañado.
I can do ti, I can do ti, I can do ti...
Mi corazón palpita de manera descontrolada cuando sus orbes de color cielo se posan en el público, ¿será capaz de verme? Espero que sí, lo ansío. Intento pararme del suelo, aferrado a la idea de que Rin está cantando para mí, que me vió y siente lo mismo que yo: una sensación de melancolía tan abrumadora, que lo único que deseas es estar cerca de la persona que es el centro de esos recuerdos bañados de amor. Sin embargo, siempre hay algo se encarga de regresarte a la realidad.
—¿Correrás tras ella, no? —la inexpresiva voz de la persona que minutos atrás le ofrecí asiento en mis piernas me sobresalta. Demonios.
—Coletas...yo... —reprimo la sensación de agachar la cabeza, aunque sea precisamente eso lo que quiera hacer. No, Len, ella no mereces que te comportes como un cobarde. Un nudo se forma en mi garganta, dubitativo si lo correcto en esta situación es mentir o decir la verdad, la respuesta está más que clara...— Sí, quiero ir tras ella —mis palabras son tan sinceras, brotadas desde lo más profundo de mi corazón, que incluso para mis oídos suenan ajenas.
—Pero no puedes hacerlo, Len, te lo prohíbo —sus manos agarran con una ferocidad pasiva los lados laterales de mi cara—. No después de hacer hace menos de una hora el amor, no después de que te confesara nuevamente mis verdaderos sentimientos, ¡no después de ver como te la has quedado mirándola!¡No puedes volver con esa zorra!
But I'm only human, And I bleed when I fall down, I'm only human, And I crash and I break down...
El calor hierve en mi torrente sanguíneo, junto con la presión que acumula mis puños apretados. Merezco sus reproches, los merezco, también el cargo de consciencia que pesa en mis hombros tras sus palabras, sin embargo, que la palabra zorra haya salido desde sus labios para dirigirse a Rin de esa manera, me sobrepasa. ¿En que posición está para hablar así de ella?
—No te metas con Rin, ¿oíste? Ella no se lo merece —la cercanía que comparto con la peliturquesa en estos momentos, es lo suficientemente cerca para poder reflejarme en sus peculiar color de ojos. La sorpresa es grande cuando me reflejos en ellos, y descubro mis facciones inyectados en frialdad.
—¿Qué quieres que no diga?Porque, vamos Len, tengo mucho que decir. ¿Quieres que deje de decir lo zorra que es esa rubia de allí?¡O ya sé!¿Quieres que omita el hecho de lo patética que es al volver aquí?Debe ser humillante que el amor de tu vida no haya correspondido tus sentimientos, ¿no?
Mi lengua es más rápida que mis dientes, y cuando soy consiente de la mierda que he cometido, de lo poco que valgo como persona, ya es demasiado tarde.—¿Quieres hablar de humillación?¿De sentimientos no correspondidos? Entonces busca un espejo, Miku, porque esa persona que acabas de descubrir no eres más que tú misma. ¿O sé te olvida como aceptaste estar conmigo sabiendo que nunca te daré el amor que realmente quieres?
Sus facciones se contraen por un breve momento de un sentimiento difícil de descifrar, no obstante, a los segundos puedo reconocerlo: Ira en su estado más puro, y en mi caso, mi cuerpo experimenta la sensación de sentirse cohibido. Un escalofrío desagradable recorre mi cuerpo al percatarme que esa ira no va dirigida hacia mí, sino a la sonriente rubia que canta los últimos versos de tan especial canción.
—¿Importa si esa persona te quiero o no realmente? Al menos puedes estar a su lado; mimándolo, conociéndolo, admirándolo. Eso es lo que realmente importante, porque después de todo, el cariño se va colando a través del tiempo —sin más, abandona mis piernas, dejando una efímera sensación de frío. Veo su silueta pasar entre las personas ajenas a nuestra conversación. ¿Qué mierda significó esto?
—...actuación, pueden retirarse! —los aplausos llenan la habitación, siguiéndole los diversos pares de ojos expectantes ante cualquier movimiento de los nuevos alumnos. Ahora que presto más atención, hay dos nuevas caras al lado de Meiko, una hermosa chica de caballera rosada junto a un chico, visiblemente más alto que ella, de cabellos anaranjados.
Mi atención es totalmente enfocada a una dulce vibración conocida como risa. Giro mi cabeza en dirección a ese adictivo sonido, y a la vez que mi cabeza se va olvidando de los momentos anteriores, una sonrisa que siento realmente cálida se dibuja en mis labios. La chica rubia de al frente mío ríe como si su vida dependiera de ello. ¿Qué será tan gracioso? Las ganas de acércame aumentan, y las obedezco. Cada vez menos gente se encuentra en el auditorio, todos se han ido detrás de esos dos chicos, pero la chica que a mí me importa sonríe feliz con una chica de apellido Megpoid, creo. El nostálgico aroma de su cuerpo perfora mis fosas nasales. Me dejo guiar por la melodía de su garganta, dejo de ser consiente de cuán lejos o cerca estoy, sólo me dejo guiar por mi corazón, y cuando siento que este late desenfrenadamente, abro mis ojos.
—¿Qué es tan gracioso, Rin Kagamine?
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¿Me perdonas? | RiLen
Fanfiction¿Nunca has deseado encontrar a tu endemoniado príncipe azul? Porque yo sí. De hecho, soy de esas personas que creen en el verdadero amor, y créanme cuando les digo que lo encontré. Pero no exactamente de la manera que yo esperaba. Len Kagamine era u...