LEN
Ni aún con el cálido vapor de la regadera envolviendo mi cuerpo, puedo relajarme. Cuando pienso que las cosas están saliendo bien, la esperanza que flota en mí no dura ni dos segundos, porque sabemos que aparecerá algo en el camino. Que mierda de situación, maldita sea. Pero, ¿qué más podía hacer ayer? Jamás vi a Miku de esa manera tan...trastornada. Me mentiría a mí mismo si digo que no sentí miedo por ella, por lo que pudiera hacerse ella misma. Gritó tantas incoherencias, que de seguro tienen alguna relación en su cabeza. Y quiero descubrirla. Desconozco si en algún momento de su vida sufrió un trauma, pero de ser así, quisiera ayudarla.
Permanezco unos segundos más bajo el chorro de agua caliente. La tibieza con las que las gotas resbalan en mi cuerpo me hacen querer no salir nunca de ahí, ojalá fuera así de simple.
Resignado, salgo de la regadera. Sinceramente, no quiero ir al parque, ni hoy ni nunca. Uno de los dos va a salir más lastimado que el otro, odio la idea de que esa persona no sea yo. Que me dolerá cortar una relación de dos años así como así, me dolerá, pero no me destrozará. Nunca como a Miku. Si que es una mierda esto del amor.
«—Todavía eres capaz de lograr esto en mí, Len, todavía...»
Y ahí va mi cara de estúpido. Sonrío, porque me es imposible no hacerlo cuando recuerdo la manera en que su boca se unía con la mía, ni la cara que puso para recuperar el aire que ocupamos, no puedo no sonreír ante eso. Esa niñita rubia, mierda, si que merece la pena acabar con esto de raíz.
Me motiva saber que aún me quiere a su lado, que todavía me quiere, aunque sea sólo un poco, es más que suficiente para levantarme todas las mañanas con la ilusión de molestarla, escucharla cantar y, de vez en cuando, tener la oportunidad de besarla, por más ínfimo que sea el contacto.
Amo a esa rubia loca de remate, la amo.
Después de contar sólo con un bóxer para cubrir mi cuerpo, me dedico a pasear como idiota por la casa. Es aburrido vivir solo en un departamento que está a kilómetros de mis amigos, bueno, ni tanto, pero queda lo suficientemente lejos como para que dé pereza caminar hasta ellos.
Ahora que lo pienso, mi departamento queda a la mierda del parque...¡Maldición!Piensa, Len, ¿cómo irías para un acontecimiento serio? Busco en el armario la cosa más formal que tengo: una corbata de rayas rojas. Está bien, otra cosa. ¿Camiseta, pantalón y corbata? Demasiado formal. ¿El uniforme del colegio? Ni siquiera estuve ahí ni las dos primeras horas, ¿para qué tendría que ponérmelo otra vez? Podría salir así como estoy, todo el mundo babea con mis abdominales, no sería mala idea.
Una notificación llega a mis oídos en el momento que ordeno el desorden que dejé.
COLETAS 💙✌
Cerebrito, cambio de planes. Tú casa es mejor lugar que el parque, nos vemos ahí.
Directa como siempre, genial—notase el sarcasmo—. La ropa quedará para el último, ahora, ¿qué demonios se cocina para un acontecimiento serio?
***
Una vez que termino de ordenar la mesa, me aseguro de que todo este en orden. Al final, me decidí en cocinar comida tailandesa, y vestirme con una camisa arremangada acompañada de los vaqueros más impecables que tengo. Eso suena exactamente a conversación seria e importante. Mentira, parece más una cena romántica. Dios, no tengo arreglo.
Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que me he sentido ansioso. ¿Cómo no voy a estarlo? Perderé, posiblemente, a una de las personas con la que más he compartido en la vida, eso, en el mejor de los casos. ¿Y si otra vez se descontrola? ¿Deberé besarla para que se calme? ¿Me permitirá ayudarla? ¿Qué será capaz de hacer para mantenerse a mi lado? Está noche, nada está asegurado.
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¿Me perdonas? | RiLen
Fiksi Penggemar¿Nunca has deseado encontrar a tu endemoniado príncipe azul? Porque yo sí. De hecho, soy de esas personas que creen en el verdadero amor, y créanme cuando les digo que lo encontré. Pero no exactamente de la manera que yo esperaba. Len Kagamine era u...