Capítulo 5

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Al día siguiente me levanté de la cama por los insistentes golpes de mi madre en la puerta.

-____, despierta, te llevaremos a comprar ropa para tus clases.-Al escuchar eso, rápidamente me levante.

-De acuerdo mamá, en un minuto bajo.-

Baje rápidamente las escaleras hacia la sala donde me esperaba mi mamá ya lista para ir a nuestro "paseo".

-Ya estoy lista- sonreí

-Muy bien... vamos, no quiero que haya mucho tráfico-

Salimos de casa, mi madre y yo entramos al auto y nos pusimos en marcha. Fuimos a las mejores tiendas de ropa que había en toda Nueva York.

-De acuerdo... ésta es nuestra última parada así que decide muy bien lo que vayas a comprar- dijo con mucha sabiduría mi madre, yo la mire sorprendida.

Entramos a la tienda y mi madre y yo nos separamos. Se supone que debía escoger; por eso me dejó sola. Caminaba por todos los pasillos llenos de ropa, observaba y observaba cada traje que había ahí hasta que escuche una voz chillona que sonaba en todo el departamento de ropa.

-¡No¡... ¡es mío!... ¡déjame!-

- ¡Daisy, regresa aquí!- esa voz era de otra persona... un muchacho.

Volteé y una pequeña niña venia corriendo con un teléfono en la mano, me agaché y la detuve.

-Espera linda... ¿Qué haces?- le dije con un tono de niña pequeña, mientras la cargaba.

-Es mío....- dijo con algo de tristeza.

-¡Gracias!... es difícil de controlar.- me respondió el chico que venía detrás de la niña.

-No es por nada, pero, ¿qué es lo que pelea?-

-Mi teléfono... ella no entiende que es mío....- la niña y yo empezamos a reír.

-De acuerdo pequeña... ¿no crees que es justo que le devuelvas su teléfono?- entonces la niña le devolvió su teléfono a aquel chico que estaba enfrente de mí.

-Gracias Daisy, y le diré a mamá sobre esto, así que no te salvas- los tres reímos y bajé con mucho cuidado a la pequeña. -muchas gracias por detenerla.- me dijo amablemente.

-No es nada. Apropósito... ¿Cómo te llamas?-

-Louis, me llamo Louis, ¿y tú?

-____, me llamo ____- ambos reímos levemente.

-Mucho gusto _____ ¿Y... tú tienes hermanos como la mía?-

-No, soy hija única, pero no me quejo- él sonrió.

-¿Y en donde estudias?-

-Me acaban de aceptar en Stanford-

-¿De verdad?, yo también estudiare ahí- dijo con una gran sonrisa.

Empezamos a platicar del lugar al que iremos a estudiar y cosas que no tenían mucho sentido.

-Espera... ya sé de dónde te conozco- me dijo con una mirada triunfante.

-¿De dónde?- en mi rostro se formó como un signo de interrogación.

-Eres una de las chicas que a veces bailan en el Gramercy Park- cuando dijo eso recordé ese día, el día en que aquel chico me había hecho caer en medio baile.

-SÍ, soy una de ellas- dije con algo de pena.

-Sí... de hecho, bailan muy bien- sonrió.

-Gracias, pero es sólo un pasatiempo para nosotros- de repente, mi teléfono sonó, era un mensaje que decía...

*¡_____! ¿Puedes venir?, estoy en la cafetería de siempre.... Hay noticias; no te tardes... Charlotte xox.*

-Lo siento... Me están buscando, tengo que irme- dije en modo de disculpa.

-No te preocupes, me agrado mucha esta charla. Te veré en la escuela en 4 días- ambos sonreímos y nos despedimos.

Tenía mucha duda de que era lo que me iban a decir. ¿Por qué tanta prisa?  

Por Un AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora