1.2

16 1 0
                                    

  "Una porquería." 

LYDIA 

 —Esta vez ningún chofer va a joderme los planes—habló Luke, con su aliento chocando en mi nuca. 

Sonreí aún de espaldas. 

—¿A dónde me vas a llevar?—pregunté. 

Me tomo por la cintura y me dio un beso en la mejilla. 

—Al único lugar que me pertenece—respondió. 

Me tomo de la mano y subí al asiento del copiloto. De este hermoso auto que me encantaba ver. Luke avanzo el doble de la velocidad permitida y jo pronuncie ninguna palabra, porque no me cabía en el pecho tanta felicidad. 

Cuando llegamos a la misma casa de campo que hace algunas semanas, los latidos del corazón hacían que mi pecho subiera y bajara con más rapidez.

Me llevo del brazo hasta dentro de su preciosa casa, y comenzó a sacar algunas galletas del pequeño almacén que no estaba segura como se rellenaba. Lo miraba como idiota mientras sostenía la cabeza con mi mano. 

Él se giró y me sonrió, y yo respondí de esa manera. Pero su cara se esfumó de inmediato y corrió a pararse a espaldas frente a mi. 

—¿Qué haces aquí?—preguntó Luke enojado. 

Mire más allá de su cuerpo y vi a un hombre de algunos 39 años y vestido con un desordenado traje.

—Como te veo la cara, ahora que tanto lo aborreces—respondió el hombre. Por la forma en como se hablaban y como el hombre mataba con la mirada a Luke, ambos se conocían y además se destetaban el uno al otro. 

—Lárgate de mi casa—grito Luke y le señalo la puerta con el dedo. 

La cara arrogante del sujeto se volvió aún más fría y con burla en ella. 

—¿Tu casa?—río el hombre. 

—Si, mi casa. Lamento informarte que mi madre me la obsequio hace años, me pertenece y quiero que te largues de ella—defendió. 

—Te hubiera dado todo lo que tengo, si tan solo no fuera un imbécil—hirió. 

—No me interesa nada que tu puedas darme. Lo único que quiero es que te largues de una maldita vez de mi vida—expreso Luke. 

—¿Es la manera de tratar a tu padre?—cuestionó. La sangre de mi cuerpo cayó a mis pies, con esas palabras. Luke no mintió cuando describió a su padre. En realidad era monstruo, una persona sin humanidad. 

—Tu no eres un padre. Y si quieres amor y respeto, Lárgate con el hijo de tu zorra y pídele todo ese amor que me has quitado. Y no te acerques a mi—pidió Luke. 

—Eso lo he hecho toda la vida, y fueron mejores resultados. Tu has sido un error desde que naciste, un estúpido inútil que jamás has logrado si quiera el derecho de que yo pueda quererte—escupió su padre. 

—Quería dejarte algo de mi, aunque te aborreciera—continuó hablando. 

Pude escuchar a Luke tragarse la saliva y las lágrimas. 

—No quiero tu vida de mierda, llena de mentiras, llena de engaños y lastimando a todas las personas de mi alrededor. No quiero ser tú, y odiarme por serlo—escupió Luke en defensa. Sabía que él no decía lo que realmente quería, porque yo estaba aquí. Era tan deprimente como su padre podía lastimarlo de esa manera. Y aún más como Luke ponía resistencia a todo ese dolor. 

—¡Lárgate!—grito Luke furioso. 

—¿Cuál es tu maldita prisa en que me largue?¿No puedes esperar a acostarte con ella?—cuestionó. El pecho de Luke subía y bajaba aún más rápido. Mire sus manos todavía con las huellas de su otra pelea. Él las apretaba con todas las fuerzas, para evitar explotar. 

—Vete—repitió Luke en un susurró.

—Créeme linda, que te estas metiendo con la más grande porquería que puede existir—me habló.
Y luego salió de la casa azotando la puerta. 

Él se giró hacia mi y me miro a los ojos. Los suyos comenzaron a ponerse cristalizados. 

—Lo siento—disculpó y bajo la mirada. 

Yo no dije nada. Esta vez sería yo la que lloraría al ver esta escena. Y en vez de ver a un Luke deprimido y roto, estaba uno que no le importaba más esto. 

—¿Estas bien?—cuestioné. 

—No—susurró. 

Tome el aire suficiente para hablar, pero Luke no dejo de mirarme, ni un segundo. 

—¿Piensas que estar conmigo es una porquería?—cuestionó en un sollozo y su mirada cayó al suelo. 

Estaba tan afligido con esa pregunta que el pecho me dio una punzada. 


LUKE 

El pecho me dolía extrañamente. Y es que él no había entrado en mi punto débil, hasta que le menciono o más bien confesó a Lydia la verdad sin saber. 

—¿Piensas que estar conmigo es una porquería?—pregunté con la voz medio cortada. Pero no quería que ella lo notara así que baje la mirada. Mi miedo incrementó al no escuchar su respuesta.

—Eres todo lo que algún día pensé buscar y ahora encontré. Y sé que esto suena raro y extraño. Pero te amo, más de lo que pensaba—habló. 

Suspire y la mire. Temía decirle algo, y hacer todo trizas, pero si me quedaba callado era otorgar a que no sentía nada por ella, cuando en realidad aunque me arrepentía, la amaba. 

—Te amo, y estoy sorprendido de estés aquí después de ver lo que pasó. No sé de que manera explicar todo lo que me haces sentir. Soy un idiota, que está enamorado, y no sabe como hacerlo, y tiene miedo a echarlo a perder—confesé. 

Ella sonrió con las mejillas ruborizadas.  

—Jamás te haré daño. Lo prometo—dije y levanté la mano en señal de mis palabras.

Lydia me abrazó y mientras su estaba tan cerca de ella todos los malditos demonios rodaban mi cabeza. 

—Eres una porquería—comentó mi mente. 

—Lo sé—respondí a mi cabeza. 

Cerré los ojos disfrutando aún más de su cercanía. No podía dejar que ella se fuera. 

—Quédate conmigo—pedí. 

Los brazos de Lydia perdieron fuerza en el agarre de mi espalda. 

—¿Está noche?—cuestionó asustada. 

—Si—susurré. Ella no respondió nada, solo me beso hasta que le faltaron el aire a los pulmones. 

—No te he mostrado el resto de la casa—dije en su oído. Mi aliento la removió. 

—Hazlo—susurró en el mismo punto que yo. 

**************************************************************

ke veyo llore ahre 

voten y comenten si quieren otro cap 


giuli

forget;lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora