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"Una parte de mi"

LUKE

  Sonreí.

Y la primera lágrima se deslizó por mi mejilla. 

—¿Y qué carajo hago?—dije después. Porque sabía ser realista a pesar de lo incontrolable que mi corazón fuese. 

—Recuperarla—respondió al instante, como si fuera un idiota. 

—Calum por Dios, sé realista. Han pasados dos años, ella tal vez ya me olvido y tiene a alguien más. Soy un idiota, no puedo cambiar todo el tiempo que paso lejos, ni todo lo que le hice, no puedo cambiar el pasado.—sollocé.

—Luke, trata de escuchar lo que digo. La madre de Ashton murió y ella regreso por eso, no tiene a nadie más. Además, todo el mundo sabe que eres un idiota, ella lo sabía y no le importó la primera vez. ¿Por qué hoy debería?—dijo luego.

—Porque la lastime—respondí. 

—Ella jamás va a perdonarme, yo jamás perdoné una a mi padre por un engaño. ¿Cómo crees que ella va a aceptar mis mentiras y engaños, y traiciones, y esas cosas?—dije.

Él me miro. 

—No es mentira que la amas—recordó.

—¿Y que más da que la ame? Eso no va a dar, ni a reparar nada. No va aliviar todo el daño, ni los años. No va arreglar el hecho de que este aquí tirado rompiendo mi alcohol en tus paredes, ni lo mucho que aún me duele que ella ya no me quiera—lloré. 

—Mi amor no cambia nada—hablé después. 

—No, aún tienes opciones—animó. Negué con las lágrimas ardiendo en la garganta. 

—¡Maldita sea,Calum! Sé realista ¡No hay nada!—exaspere. 

—Bien ¡Estas hundido! No tienes vuelta atrás—dijo Calum. 

—Eres el mejor amigo—lloré diciendo irónicamente.

—¡No sé que carajo quieres que te diga!—respondió.  

—Que todo va a estar bien, que ella va a perdonarme y que todo será como antes. Que no todo en mi vida es un desastre—reclamé.

Él cerró los ojos y trago saliva.

—Luke... Eso—dijo con palabras cortadas.

—Es mentira, lo sé. Si, pero no pidas que acepte mi realidad ahora—rogué.

—Luke, no quise decir eso—susurró. Sus ojos comenzaron a cristalizarse también. 

—Pero lo pensaste—respondí.

Me tire en el sofá de nuevo. Y asentí tragándome las lágrimas.

—Hay que olvidarnos de esto de una vez—continué. 

—Sé que puedes. Puedes recuperarla, y tomar una parte de tu vida, una que valga la pena. Sé que todo va a estar bien, pero ¿que carajos haces para hacerme llorar también?—dijo.

Sonreí un poco. 

—Ella está de vuelta, esa una verdad y tal vez te haga daño. Y también sé que aceptar ahora tu realidad no es una opción y que no puedo comprender tu dolor, pero sé como te aterra lo que pasa—dice.

Miró al suelo.

—Lo cierto es que no necesitas cruzar ningún océano para volver a verla, y empieza ahora porque Ashton es un idiota pero es una buena competencia—continuó. 

—¿Y como lo hago?—cuestioné. 

Sonrió.

—Déjamelo a mi—habló. 


LYDIA 

Me tarde un segundo en recordar el lugar donde estaba. El pánico se apoderó de mi un minuto. Salí de mi habitación, y no pude ver a nadie.

—¿Karen?—cuestioné bajando al primer piso.

No recibí respuesta. 

—¿Ashton?—pregunté pero no hubo señales de vida por ningún lado. 

Abrí la puerta principal, esperando encontrarlos, mi sorpresa fue cuando vi una docena de rosas rosas y una alta torre Eiffel hecha de cristal. Era casi de tamaño y en la cima tenía una un papel con "Bienvenida" escrito en él. Sin remitente o alguna otra palabra. 

Sonreí y tome las rosas del suelo, estas no tenían ningún escrito, pero mi corazón comenzó a latir diferente. 

Jale la torre hasta adentro de la casa y la mire un segundo más. 

—¿Qué es eso?—cuestionó Ashton adormilado. 

Me encogí de hombros. 

—Lo encontré afuera—respondí. 

—¿Son para ti?—preguntó después.

Mi pulso se detuvo, sacándome de ese círculo emocional en el que estaba.

—Eso supongo, la nota dice "Bienvenida"—dije haciendo comillas. 

Su expresión se endureció, él pensaba lo mismo que yo. 

—¿Dice quién te lo envío?—habló. 

Negué. 

Él miro a otro lado y negó varias veces.

—Él no sabe que volví—hablé.

—¿Cómo estas tan segura de eso?—cuestionó de inmediato.

Trague saliva.

—No lo sé, pero a pesar de que él lo sepa, nada va a cambiar. No debes preocuparte por mi, ni por él—contesté. 

—Ya lo superé—continué.

Negó.

—Pero él no—susurró. 

—Está bien. Yo no puedo quitarlo de mi vida porque fue parte de ella, no puedo cambiar el pasado ni todas las cosas que pase junto a él. Él es una parte de mi—dije.

Bajo la mirada. 

—¿Lo entiendes?—cuestioné en un susurró.

Suspiro y luego asintió. 

—Lo sé, pero tu debes entender que me aterra esta situación, porque yo puedo despertar algún día de estos y encontrare otra nota. Y estarás lejos para entonces, no te volveré a ver en años—dijo. 

—No volverá a pasar—consolé.

—Estaremos bien, te lo prometo—dije después. 

Asintió. 

—Bien—dice.

—Pero entrarás de nuevo al instituto—continuó. 

Sonreí, él había olvidado lo anterior.

—Nunca—respondí con una sonrisa más ancha.

—Ahora tu mayor recurso no servirá de nada—contestó. 

—No iré al instituto—repetí. 

Ashton sonrió. 

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