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"Haré lo que quieras"

LYDIA 

  Los días después de ese, habían sido casi lo mismo.

Pero pronto terminaría, y todo sería como antes. O por lo menos eso esperaba.

—Debería odiarte—dijo Allison con una amplia sonrisa.

Fruncí el ceño.

—Es por tener a Ashton todo el día cerca de ti, no lo dije literal—explicó. 

—Lo sé. Es solo que han sido días difíciles—dije.

—Entiendo como puede comportarse Luke cuando se trata de Ashton—animó.

—Pero todavía no entiendo porqué es que se odian de esa manera—hablé.

Allison se encogió de hombros.

—¿Estas lista Allys?—cuestionó Ashton deteniéndose a mi lado.

—¿Lista?—preguntó Allison aún más confundida.

Me maldije mentalmente a mi misma por haber olvidado decirle sobre mi cumpleaños.

—Si, el cumpleaños de Lydia ¿Tampoco lo sabías?—dijo Ashton con un tono particular de sorpresa.

Allison bajo la mirada, la vergüenza en sus mejillas y rostro, me hizo odiarme más.

—No suelo hablar de eso con las personas—admití.

—Si fueras mi novia por lo menos me molestaría en averiguarlo—me dijo.

—¡Pero no lo eres, joder!—habló Luke enojado. 

No sé de que manera siempre lograba escuchar lo que era menos adecuado.

—Y si lo fuera, lo haría mejor que tú, como toda la vida lo he hecho—respondió.

Las cosas se salían de nuevo de control. De mi control. 

Estaba cansada de tener que soportar sus peleas diarias y absurdas, usándome de excusa para hacerlo.

—Paren—pedí.

—Si jamás le hubiera dicho, jamás lo hubieras sabido—defendió.

—Puedo dar o hacer lo que sea por ella, lo que sea y será aún mejor de lo que tu puedas darle. Porque ella me ama a mi—recalcó.

Una parte en mi pecho se encogió por escuchar lo que Luke pensaba que era lo que significaba mi amor.

—¡Maldita sea, basta!—grite.

—No puedo seguir más con ustedes. No soy una cosa o recompensa que recibirán por tenerme. Y duele que piensen eso acerca de mi y de lo que valgo—dije.

Ellos dejaron sus semblantes duros un momento. Y luego negué alejándome de ellos a grandes pasos.

No me detuve a mirar atrás aún pese a todos los gritos con mi nombre tras de mi. Yo había lo más que podía, pero la tolerancia no era mi virtud. 

—¡Hey!—dijeron detrás de mi y me tomaron por el antebrazo. 

—No, Luke. Quiero estar sola—pedí.

—Lo siento—habló.

Negué. 

—Últimamente eso es lo que único que dices—dije.

Escuche como tragaba saliva. 

—Lo sé, pero no encuentro una excusa creíble para mi comportamiento. Te he dicho y hecho cosas de las que realmente me arrepiento. Pero créeme, por favor es solo el miedo a perderte.—dijo.

—No, tú no lo entiendes. Sé que tienes miedo o enojó de que Ashton este tan cerca de mi, pero yo jamás te engañaría, o mentiría. Te amo, y hoy cuando escuche eso sobre mi, me sentí como sí solo hicieran esto para herir al otro—hablé.

Su mirada cayó al suelo.

—No quiero pelear con contigo. Hay que olvidarnos de esto. Te veo mañana ¿si?—terminé.

Él asintió. 

Comencé a caminar, más lejos de él.

—Lydia—dijo en un pequeño grito.

Me giré y vi su cara alegre.

—Yo también te amo—sonrió y yo con él.

Ashton se tiró en el sofá.

—Creo que ya termine con todo—dijo. 

—Gracias—sonreí.

—Es un completo placer—afirmó también sonriendo. 

Tome aire un segundo.

—Ash, sé que has organizado todo esto con mucho entusiasmo, y realmente estoy agradecida contigo. Solo espero que no te enojes conmigo después de esto—dije.

—¡Mierda! ¿Quieres cancelar todo?—habló decepcionado.

Reí un segundo. 

—Nada de eso... Es solo que yo, no sé. Quería hacer algo para Luke dentro de la fiesta. Sé que no es su cumpleaños ni nada parecido, pero creo que nadie jamás ha hecho algo por él. Y yo quiero hacerlo—expliqué.

—Esto es aún más trágico que cancelar todo. Estas loca—habló. 

Bajé la mirada un segundo. 

—Bien, hazlo. Solo no pongas esa cara—dijo. 

—También necesito tu ayuda—comenté sonriendo.

—¿Usas tu mejor recurso para hacer que haga algo bueno?—cuestionó. 

Negó. 

—Haré lo que quieras—propuse.

—¿Lo que quiera?—encarnó las cejas.

—Menos lo que estas pensando—advertí.

—Déjame escoger el vestido que usaras mañana—pidió.

Lo dude un momento, no me parecía un trato pervertido, ni fuera de lugar. 

—Bien, pero te mantendrás alejado de los probadores—dije.

Él río.

—Lo prometo—dijo.

—Será el mejor maldito vestido que jamás has visto—sonrió.   

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