Capítulo VI

2.8K 85 4
                                    

-¿Pero aún no se lo has dicho? -negué con la cabeza- ¡Tienes que contárselo!

-No es tan fácil como parece. -suspiré- ¿Y si después me odia?

-¡Por favor, ____, no digas tonterías! ¡Él te adora!

-Sí, ya, claro. Por eso ayer estaba bailando con otra...

Rachel se quedó unos segundos observándome en silencio con expresión pícara.

-¡Tú estás celosa! -me señaló, dejando ver una sonrisa triunfante.

-¿Qué? ¡No!

-Claro que sí, ¡hasta te has sonrojado! -tapé mi cara con ambas manos.

-¡Tengo novio!

-¡Deja de usar siempre la misma excusa! -me espetó- ¡Que estés con otro no quiere decir que no te puedas enamorar de alguien diferente!

-¡No-lo-es-to-y! -silabeé.

Caminamos un rato más en silencio hasta llegar a Central Park. Ambas nos sentamos en un banco, exhaustas de tanto andar.

-¿Por qué estás tan segura de que Nathan te va a odiar?

-No lo sé. -suspiré- Creo que si espero hasta ahora para contárselo se enfadara por no habérselo dicho antes.

-Yo en tu lugar se lo diría en cuanto antes, porque luego será demasiado grande. -miró su reloj- Debo irme, tengo que ir a cuidar de la pequeña Suzy. Te quiero -besó mi mejilla y se fue en dirección al piso de su vecina.

-¡Dale recuerdos a ella y a su madre de mi parte! -grité y alzó su pulgar derecho.

Una vez que se había marchado, volví a tomar asiento en el mismo lugar. No sabía ni que hacer ni adónde ir. "Hace mucho que no me paso por el gimnasio" me dije. Sí, igual me vendría bien...

***

-Noventa y ocho..., noventa y nueve... ¡Cien! -exclamé, al levantar por última vez aquella gran pesa. Apenas sentía mis músculos. Me dolía todo el cuerpo. Definitivamente el ejercicio en exceso no era bueno.

Decidí darme una buena ducha de agua caliente en el vestuario. Al terminar, me dirigí a tomarme un zumo a la cafetería del pabellón.

-Disculpe, ¿podría dar...? -una voz familiar preguntó a mis espaldas. Me di la vuelta y apenas podía creerlo, ¡era ella! Las dos empezamos a dar saltitos de alegría.

-¡Aaaaaaah! -gritamos emocionadas. Hacía mucho que no veía a Verónica, mi mejor amiga en el instituto- ¡¿Qué haces en Estados Unidos?! -preguntamos al unísono, intercambiando unas risas. Cogió una silla de una de las mesas vacías y se sento enfrente mía.

-¿Recuerdas que te dije que mi sueño era ser periodista de The New York Times? -asintió- ¡¿Pues a qué no sabes quién se encarga de llevar la sección de 'Sociedad'?!

-¡¿Qué?! ¡¿Enserio?! -asentí y largó un chillido, eufórica- ¡Eso es genial!

-Bueno, ¿y qué es de ti? ¿Qué te ha traído a la gran ciudad?

-He roto con Ángel. -le miré con tristeza- Quería olvidarme de él y por eso creí que venir aquí sería la mejor manera de hacerlo.

-Vaya, no sabes cuánto lo siento -acaricié su mano, intentando ser lo más sensible posible.

-Oh, no te preocupes por eso, ya lo he superado. -hizo un gesto con la mano, restándole importancia- ¿Y tú con Óliver cómo lo llevas?

-E-eh. Bien, bien -fingí una sonrisa. "____, si está tal y como dices, ¿por qué te pones nerviosa?" me pregunté. No, si al final Rachel me estaba comiendo el coco con el tema y todo...

Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora