"Desperté" justo cuando mi despertador sonó (y pongo "desperté" entre comillas porque para despertarse, primero hay que dormir). Fui a mirarme al espejo del baño y me di asco a mí misma al verme con ojeras y ojos hinchados. Tenía que aplicarme una buena capa de maquillaje si no quería dar aquella desastrosa imagen de mí. Me puse unos pantalones vaqueros cortos desgastados, una camiseta negra con el eslogan "I'm a rockstar, bitch" en blanco y botines del mismo color al estilo militar. Bajé a tomarme los donuts con leche que Verónica se había molestado en dejármelos preparados antes de irse de compras por Nueva York.
-Buenos días, Bryan -le mostré una falsa sonrisa mientras pasaba desanimadamente por delante suya.
-Buenos días, señorita Anderson -todavía no me había acostumbrado a que me saludase. Muy majo se había vuelto de repente desde que había visto a mi amiga- ¿Se encuentra usted bien?
Su pregunta me pilló por sorpresa. "Ahora sí que es raro: ¿él preocupándose por mí?"
-S-sí, pero gracias por preguntar de todos modos -agaché la cabeza, ocultando una lágrima traicionera mientras abandonaba el edificio. Tomé mis gafas de sol y pedí un taxi. "Mierda, si sigues llorando se te va a correr el maquillaje" me dije, una vez que estaba frente a la redacción.
-¡Hola, ____!
-Hey -aparté la vista de Rachel y prácticamente corrí a pillar el ascensor.
-¿Qué pasa, me estás evitando? -me alcanzó y se subió justo a tiempo conmigo antes de que las compuertas se cerrasen. Negué con la cabeza- Para el carro -me miró con detenimiento- ¡¿Has estado llorando?!
-N-n-no -tragué saliva pesadamente y cuando llegamos a mi piso me fui directa a la oficina, tratando de esquivar todas sus preguntas.
Intentaba concentrarme en redactar el último artículo que estaba escribiendo a cerca de la candidatura del futuro aspirante a presidente Josep Frederich, pero Óliver estaba siempre presente en mis pensamientos. No podía más, me era imposible contener mis ganas de estallar en llanto. "Cinco años de relación a la basura... Y todo gracias a esa zorra". De verdad tenía esa sensación de cuando se te venía el mundo encima. Saqué mi móvil del bolso al sentir su vibración.
-¿Qué tal te encuentras?
-Mejor -mentí.
-¿"Mejor"? -imitó mi voz- ¿Enserio? Definitivamente la actuación no es lo tuyo. -reí entre sollozos- Sé que es difícil, pero tarde o temprano tendrás que pasar página.
-Eso trato de hacer, aunque nunca desaparece de mi cabeza. Le quiero, Vero, le quiero mucho. A pesar de que me halla traicionado jamás podré olvidarle, fue mi primer amor...
-Cielo, dale tiempo al tiempo. Seguro que en un par de días preguntarás: "¿Óliver? ¿Qué Óliver? Yo no conozco a ningún Óliver". -solté una pequeña carcajada mientras me limpiaba las lágrimas- Ves, así me gusta escucharte reír. Y recuerda: ten paciencia. Que él no es el único hombre del planeta.
-Tienes razón. -sonreí- Gracias por todo, no sé que sería de mí sin ti.
-No hay de qué, por algo soy tu mejor amiga, ¿no? -asentí, y a pesar de que ella no pudiese verme me conocía tan bien que supo que estaba haciendo ese gesto- Pues eso, y no te ralles con el tema. Un besito, te quiero.
***
Escondí la cabeza entre mis brazos, apoyándola sobre la mesa.
-Tranquila, mi niña, todo va a salir bien -intentó tranquilizarme a pesar de que mis sollozos no cesaban.
-Le, le... He... Per-perdi-perdido... -un nudo se me formo en la garganta y Ginger me ofreció un vaso de agua.
-Pero tú no tienes la culpa, cielo. Son cosas que pasan, pero estoy convencida que encontrarás a alguien mejor.
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Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADA
FanfictionFanfic (o novela) con Nathan Sykes de The Wanted y contigo. ¡Espero que os guste! :3