Glad You Came (Nathan Sykes y tú) 1ª temporada TERMINADA

Capítulo X

-____, despierta... -alguien me balanceaba por los hombros- Venga, arriba, ya -gruñí por lo bajo- ¡Qué te levantes, coño!

Exaltada por el grito, abrí los ojos de golpe y observé a mi alrededor. Genial, me había vuelto a quedar dormida encima del teclado del ordenador.

-Jill no me habrá visto, ¿verdad?

-Tienes suerte de que no. -suspiré, aliviada- Te acabo de salvar el culo; me debes una.

-Lo sé, lo sé -me recosté hacia atrás en mi silla.

-¿Dónde estuviste anoche? Estás mucho más cansada de lo normal.

-Por ahí -me encogí de hombros. Al recordar la velada con Nathan una sonrisa se dibujó en mi rostró.

-¡Te pillé! -exclamó, triunfante- Cuando pones esa cara es que algo bueno pasó. ¡Cuéntamelo ya!

Con todo lujo de detalles le expliqué como me había ido ayer. Lo recordaba a la perfección, ya que juré para mí misma que jamás olvidaría ese día. Y tan solo pensar que Óliver nunca se molestó así por mí en cinco años... "Bueno, eso son cosas del pasado. Ahora centrémonos en el presente"

-Rachel, tengo que hablar contigo.

No quería llegar más lejos con aquella mentira, y aquella me pareció la ocasión perfecta para contarle qué había sucedido exactamente con, desde hacía un par de días, "mi ex". Aún me sonaba raro llamarlo así: "mi ex". En fin, que ella tenía que saber la verdad.

-Di.

-Bueno, no sé ni por dónde empezar. En primer lugar, prométeme que no te enfadarás.

Al principio me miró con desconfianza, pero terminó cediendo.

-Lo prometo.

-Ejem. -me aclaré la voz- No te conté esto antes porque temía lo que le pudieses hacer a él, así que por favor, después de lo que te voy a contar, no le hagas daño. -por su expresión supe que no sabía de qué iba la cosa- A lo que iba. Bien, yo no... No estoy con Óli.

-¡¿Le has dejado por Nathan?! ¡Enhorabuena! -me abrazó- ¡Por fin empiezas a actuar con sentido común! -ignoré su comentario, pero debo reconocer que me molestó un poco lo que dijo.

-No exactamente. Le pille, con otra. Los dos estaban... -no pude continuar, porque ya estaba de nuevo presente aquel dichoso nudo en la garganta. "Siempre tan oportuno" ironicé. Lo último que quería precisamente en ese momento era llorar otra vez, ya que con lo que me estaba costando superarlo...

Me observó callada unos momentos, con la vista perdida en sabe Dios dónde. Me extraño esa seriedad en ella. Rachel normalmente era de esas que no podía aguantar ni cinco minutos quieta. Me temía lo peor. Intentaba conectar su mirada con la mía, pero dado que sus pensamientos estaban en otra parte no se enteraba de lo que sucedía a su alrededor. Emitió una especie de farfullido y apretó los puños con fuerza.

-¡Se va a cagar!

-¡Rachel, no, me lo has prometido! -le bloqueé el paso hacia la puerta- Por favor, no le hagas daño. -hice un puchero- Hazlo por mí.

-Está bien -rodó los ojos y la abracé.

-Así me gusta.

***

-¿Cómo te encuentras, cariño? -tomó asiento frente a mí.

-Se podría decir que he tenido días mejores.

-¿Por qué dices eso? ¿Es por eso de la "intuición"?

-No lo entiendes, Ginger. -suspiré- Hay algo dentro de mí que me está diciendo que hoy va a suceder algo que no me va a gustar.